Criado Por Mi Enemigo

7.-

Los días pasaron tan rápidamente que se volvieron meses y estos en años para los tres hermanos que vivían en las alcantarillas.

Cada uno daba el cien al entrenar, combatir o pelear, a veces diferentes técnicas provocaban algunos desacuerdos, pero nada de eso podría romper su unión alguno terminaría sediendo tarde o temprano ya que en el fondo los unia un mismo propósito recuperar a su hermano,  y una discusión no cambiaría sus planes.

Pronto las tres tortugas se sentían lo suficientemente preparadas para ir a buscar alguna pista o señal  sobre el paradero de su hermano, pero por desgracia a su sensei aún no lo convencían lo suficiente para salir.

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— A ver chicos este es el plan, vamos a emboscar al maestro pero primero donni tu lo acorralaras usando tu Boo y las estrellas ninja necesito que lo distraigas mientras que tú Mickey lo amarraras  con tus chacos mientras trate este distraido— susurraba Rafael haciendo casita con sus hermanos

— ¿Y tú qué vas a hacer?— interrogó Mickey

— Yo tratare de golpearlo— dijo un  tanto inseguro

— ¿Estás seguro de que funcione Rafa?— dudaba Donnie

— Tiene que, así verá que ya emos mejorado mucho— protesto Rafa

— Entonces ¿Estamos listos?— grito Mickey

— ¡Sii!—Gritaron Rafael y Donnie

—¡A la carga!

Las tres tortugas llevaban en marcha su plan para poder ganarle a su maestro pero este esquivaba con mucha facilidad las estrellas que donni le lanzaba, agarrando algunas y lanzandose las de vuelta a su hijo.

— Demonios— grito donni al ver que ninguna le había tocado ni un pelo

Mickey ya había lanzado sus chacos encontrá del roedor como habían planeado pero este salto haciendo que los chacos se enredaran en aquella tortuga de antigas rojo que se había lanzado encontrá de su sensei.

—¡¡MICKEY!!

—UPS, person hermano— dijo nervioso soltando a su hermano

En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban en el suelo quejándose por el golpe que les había dado su sensei.

— Todavía les falta bastante por mejorar y su trabajo en equipo da bastante a desear, deben sincronizarse, estudiar al enemigo y luego atacar — decía splinter de forma calmada

— ¿Eso significa que aún no podremos salir sensei?— soltó donni

— No, aún no— respondió serio

— Pero sensei, si nunca salimos como podremos estudiar al enemigo, usted pelea de una forma y podemos acostumbrarnos a eso pero los de ahí afuera no pelean como usted y si no los enfrentamos nunca sabremos lo que nos espera— explicaba Rafael

— Aún no están listos y no voy a dejar que se arriesguen así

— Sensei se que trata de protegernos pero ya no somos tan pequeños podemos cuidarnos entre nosotros— hablo calmadamente Mickey viendo a sus hermanos

— Maestro déjenos salir, necesitamos respuestas que no encontraremos aquí y que necesitamos — dijo donni observando a los ojos a su sensei

— ¿No es para lo que emos entrenado? ¿Para salir a encontrar a nuestro hermano?— cuestiono Rafael

—Mmmmm— gruño splinter acariciando su barba

No estaba de acuerdo del todo, ya que aquel recuerdo de su hijo perdido lo mataba lentamente, tenía miedo de perder a sus demás hijos, temía por su seguridad, pero no los podía dejar ahí toda su vida, sabía perfectamente que tendría que lidiar con ese miedo tarde o temprano y ese día había llegado.

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— No puedo creerlo al fin estamos afuera— grito con emoción Mickey

— Shhhh no llames la atención —reprendio Donnie

— solo cálmense chicos— dijo nervioso Rafael

— Ahora ¿A dónde vamos? ¿Cómo deberíamos empezar? — cuestiono donni

— Me acuerdo perfectamente del lugar síganme — guío Rafael a sus hermanos hasta aquel edificio donde vio entrar a su hermano — Es aquí.

—Dijo el maestro que cuando entro estaba vacío — comentó donnie

— Pues ya no lo está miren — exclamó Mickey señalando a dos hombres vestidos de negro custodiando la puerta

— Eso significa que los que se llevaron a Leo ya regresaron a nueva York — hablo Donnie

— Entonces es probable que el este aquí o no donn— Mickey trataba de esconder la felicidad pues si era cierto podría volver a ver a su hermano

— No lo sabemos Mickey a demás tenemos que tener cuidado si nos confiamos mucho podrían hacernos algo — Concluyó Rafael

Los tres revisaron las ventanas y puertas de aquel lugar, tenían que saber cómo era y como hacer para infiltrarse en el, pero algo era demaciado claro no sería algo tan sencillo

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Mientras las tres tortugas revisaban aquel edificio, una joven pelirroja se encontraba dando un paseo con su padre hasta que unos hombres bastante extraños estaban tratando de meterlos en una camioneta.

— Señor O'Neil, deberá acompañarnos

— Papá ¿Quienes son? ¿Que quieren?

— No lo sé hija, será mejor que corras

La chica al escucha eso trato de correr pero uno de aquellos hombres la había agarrado de la muñeca llevándola arrastras

— ¡No! ¡Hey suelte me! ¡Auxilio! ¡Me tratan de secuestrar personas que no conozco! ¡Hahahahah!

— será mejor que no se resista señorita abril

Aún que aquellos gritos no parecían tener una respuesta alertó a los tres hermanos que se encontraban cerca.

— Escucharon eso, debemos ayudar— grito Mickey

— Ese no es nuestro problema tenemos cosas que hacer — respondió Rafa

— Si alguien te hubiera ayudado tal vez leo seguiría aquí, no somos como ellos no debemos ayudar a que se roben a más personas — protesto

— Tiene un buen punto— ayudo donn, intercambiando una mirada con el menor

Los tres chicos fueron al rescate de aquella joven, cada uno peleando a su manera pero en sincronía.

Pelear con aquellos sujetos era más difícil de lo que se habían podido imaginar por más que los golpeaban estos no parecían sentir nada en lo absoluto.

— Rafa esto es inútil, parece que no les hacemos daño en lo absoluto— grito desesperado donn

— ¿Juntos? — cuestiono Rafael, que recibió la mirada de sus hermanos en afirmación

Rafael corrio hacia donni agarrándolo de la mano, lo lanzo hacia uno de aquellos hombres haciendo lo caer encima de los demas, Mickey lanzo  sus chacos dejándolos inmóviles, Rafael les dió varios golpes metiendo los a la camioneta

—¿Estan bien? — pregunto donni dándole su mano a la chica

—S-si ¿Lagartijas? —contesto con bastante asombro

— Tortugas en realidad

— Pero ya debemos irnos — interrumpió Rafael