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Era una noche preciosa y en las alcantarillas se encontraban cenando cuatro hermanos.

Eran muy espaciales, demasiado dirían algunos ya que eran unas pequeñas tortugas mutantes.
Cada una tenía su forma particular de ser, el hermano mayor era muy obediente a lo que su padre le ordenaba, no le gustaba desobedecer y si llegaba a hacerlo se ponía extremadamente nervioso de nombre Leonardo pero de cariño leo, el segundo era muy temperamental y sobre protector pero lo que más sobresaliente en el era que no le gustaba mostrar sus debilidades o sentimientos era Rafa, el tercer hermano un poco más alto que los demás mostraba una inteligencia superior a cualquier niño de su edad, algo tímido pero nunca cobarde algunas veces ingenuo con un gran corazón era Donatello o más fácil donny, el último pero no menos importante Miguel Ángel o Mickey un niño juguetón travieso y bastante simpático, era muy ingenuo pero no era torpe, el es el más querido por sus hermanos y sensei.

Su padre y sensei era experto en artes marciales, un roedor gracias a una mutación pero aún así era un buen padre para estos niños llenando los de amor, su nombre era Hamato Joshy o Splinter para los niños.

•••

Los cuatro hermanos se encontraban jugando tranquilamente, bajo un árbol bastante frondoso que crecía dentro de la alcantarilla.

Se escuchaban los carros que pasaban por las calles de Nueva York, a la gente pasando, sonidos que levantaban la curiosidad de aquellos niños.

Con bastante sigilo Rafael se acercó a una rejilla que dejaba observar las calles, veía todo con curiosidad en sus ojos, todas esas cosas extrañas pero llamativas le decían que debía salir a explorar y conocer más.

Regreso con sus hermanos para contarles lo que había visto en esos pequeños minutos que para el fueron horas, en los que pudo observar a los humanos, las tablas con ruedas en las que habían pasado unos adolescentes, música nueva que salía de una caja, levantando la curiosidad en los demás.

— Yo también quiero ver —gritó con emoción el menor.

— Shhh Mickey, papá no puede saber o nos regañara —argumento el más alto.

—Donny tiene razón, pero como podemos ir a ver sin que se de cuenta— pregunto Mickey.

—Y-yo no creo que debamos, papá dijo que no debíamos— leo un poco nervioso entrelazando sus dedos.

—No seas gallina leo —dijo Rafael mirando feo a su hermano.

— ¡No soy una gallina! —Se defendió leo.

Rafael solo se burló provocando el enojo de su hermano mayor que optó por ignorarlo, le enseñó su lengua y simplemente le dio la espalda.

— Como sea, solo hay que esperar a que papá se quede dormido y podremos ir —dijo donny a sus hermanos, estos asintieron.

•••

Ya había pasado un rato y su padre los había mandado a dormir, cada quien tenía su propia habitación, pero como aún eran muy pequeños seguían durmiendo juntos ya que estar solos en un cuarto "tan grande" les daba miedo.

Esperaron a que su padre se quedará dormido para ir a observar todo aquello que Rafael les había platicado.

Salieron despacio de su habitación compartida, en total silencio para que no se despertara y arruinara su salida.

Criado Por Mi EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora