Capítulo 8

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Elena

No se que me pasa hace días que me quedo dormida en el sillón y me despierto inquieta luego de soñar con unos ojos azules que me miran con mucha ternura. No entiendo de dónde viene ese sueño. Lo peor de todo es que si hace mucho no logro descansar ahora es peor. Tengo ganas de despejarme y aunque hace frío me voy a sentar al parque.

-Buenos días señor Grey.

-Buenos días Diana. ¿Alguna novedad?

-No señor. Tiene lo que me pidió para revisar sobre su escritorio.

-Una consulta. ¿La señora Lincoln vino hoy?

-No señor. Realmente la señora solo viene cada dos meses cuando se realiza la asamblea general.

-Por favor lléveme un café.

-Ahora se lo alcanzo señor.

Christian

Diana me trae el café mientras reviso los papeles que tengo frente a mí. Ahora que lo pienso es raro que la señora no venga más seguido a su empresa, como dueña ella tendría que estar más presente y así pienso que la respetarán más. Podría ir a consultarla sobre los cambios que me gustaría hacer después de una semana de trabajo, de esa manera sabría que hace ella cuando no viene a la oficina. Voy a preparar una carpeta con todo y se la voy a llevar antes de ir a mi casa, pero no le voy a avisar para que no esté preparada para mi llegada.

Por la tarde Christian va a la casa de Elena.

-Buenas tardes señor Grey.

-Buenas tardes, quisiera ver a la señora Lincoln.

-No sabía que ella lo esperaba.

-No, solo pase para mostrarle unos cambios que deseo llevar adelante en la empresa. Supuse que no habría problemas en venir.

-Acompáñeme que la señora está en el parque. Ella suele pasar todo el día sentada en una banca, eso lo ha hecho desde que llegó a vivir a esta casa.

-¿No hace otras actividades o recibe visitas?

-No, siempre está sola. Solo una vez por mes vienen sus padres, pero no son visitas solo vienen a buscar plata y se van. Puedo decirle algo que pienso y espero que no le parezca algo imprudente de mi parte.

-Lo que usted me diga quedará entre nosotros.

-Desde que conozco a la señora nunca la vi disfrutar o ser feliz, siempre esta sumida en sus pensamientos. Es una mujer muy joven que parece estar viviendo los últimos días de su vida. Sería bueno que alguna vez salga de este encierro y conozca la felicidad que se merece.

-Si usted me ayuda quizás logremos que salga. Tengo una idea que si funciona ella logrará tener una vida mejor.

-Claro señor, deseo mucho verla bien porque es una gran mujer y se merece tener una buena vida. Ahora le digo que usted la busca.

-No se preocupe yo voy a donde esta ella. Gracias por contarme algo de la vida de la señora, se que juntos la sacaremos de este modo de vida.

Christian

Me acerco y la observó sentada pensativa y mirando hacia la nada. Cuando estoy cerca ni siquiera se da cuenta de mi presencia.

-Buenas tardes señora Lincoln.

-Buenas tardes señor Grey. No recuerdo que le haya dicho que viniera.

-No señora, perdone que la moleste en su casa. Vine porque quiero mostrarle unos cambios que me gustaría llevar a cabo en la empresa y quería saber su opinión.

-Usted no necesita de mi opinión para llevar a cabo cambios en la empresa. Lo contrate para que usted sea el que decida.

-Estoy de acuerdo con usted señora. Pero como usted es la dueña tendría que aprobarlos para que sean aceptados por todos.

-Esta bien los voy a leer, pero vayamos a mi oficina para estar más cómodos.

-Como usted diga señora.

Elena

Me desconcierta mucho que haya venido a mi casa sin avisarme. Pero es la primera persona que trabaja para mí y me tiene en cuenta para tomar decisiones que afecten a la empresa. Voy a revisar lo que me trajo ya que parece ser importante para él.

Christian está comenzando a conocer un poco más a Elena y siente que se debe hacer cargo de su empresa. ¿Logrará llevar a cabo su cometido?

Dos corazones cambiando su destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora