Caras Vemos

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Luego de la noticia pasamos todo el resto de la semana entrenando arduamente, era como si fuéramos a jugar directamente esa noche contra quien nos ponga el destino como rival en el sorteo, Sakusa centrándose en entrenar los saques para poder anotar puntos directamente con ellos, Bokkun con unos remates laterales cada vez mas perfeccionados y estrechos anotando en espacios que bordean estar dentro o fuera de la cancha y por último el pequeño cuervo, noto como el mas bajo de nuestro equipo se vuelve mas ágil y veloz con cada día que pasa, admito que mi percepción quizás también este nublada y encima adornada por la atracción que siento hacia Shouyou-kun, pero verlo volar e intentar controlar totalmente su cuerpo en el aire con bloqueos, saques y mis remates a gran velocidad dejan impresionados a mas de uno.

La noche esperada finalmente llega, terminó siendo inevitable que los tres chacales llegáramos juntos al salón, un elegante lugar con jardín delantero, un par de fuentes de agua a los lados de la pasarela que da hacia el salón principal el cual se encuentra sobre una gradería frente a nosotros, una arquitectura colonial, pintado todo de blanco e iluminado con luces cálidas, mas la vista al salón no gana en belleza al pequeño cuervo que tengo a mi lado luciendo más hermoso que de costumbre en una camisa color beige que le queda a la perfección sin ser demasiado ajustada y pantalones negros de tela, rectos que a mi impresión lo hacen lucir mas alto, yo intentando verme lo mas apuesto posible para el cuervo, me peiné el cabello hacia atrás, estoy con un traje de pantalón negro y chaqueta de un color café claro con una camisa negra debajo.

-¿Deberíamos esperar a los demás?- Pregunto viendo la entrada y lo que se ve del salón, todavía vacío a excepción de unas cuantas personas.

-Llegamos demasiado temprano- Dice el cuervo haciendo un mohín en el rostro.

 -Gracias a Omi-kun- Le agrego, lo que provoca una pequeña risa en el ninja.

-¡Oigan odio la impuntualidad!- Nos responde un molesto Sakusa vestido en un traje todo de negro como es su costumbre pero bastante entallado a su altura y con sus rulos mas definidos que de costumbre.

El siempre refinado y correcto nos apuró para alistarnos a cada uno alegando que llegaríamos tarde, claramente el muchacho no sale a muchos lugares por lo que no conoce el concepto de "horario relativo" para llegar a una fiesta, pero su insistencia nos hizo llegar a una hora que en términos suyos era tarde pero en realidad era aún temprano.

-Bueno, Tomas e Inunaki dicen que ya están viniendo, Akaashi-san dice que vendrán en cuanto Bokuto-san termine de prepararse por que se durmió casi toda la tarde- Nos informa el cuervo, algo concentrado en el teléfono.

-Shouyou-kun...- Le llamo la atención para que voltee a verme y aparte la vista del celular -Te ves muy bien esta noche- Suelto esta vez no haciendo un intento estúpido de ser seductor, mas bien siendo totalmente sincero.

-Gracias, tu también Tsumu- Me devuelve una pequeña sonrisa que me basta para sentir el estómago revolotear.

-Miren que es lo que me encuentro, los chacales- Aparece de repente llegando detrás de nosotros un joven alto, de cabellos castaños, metido en un traje azul marino, un rostro de ojos inteligentes y una sonrisa engreída, su mirada parece ir hacia cada uno de nosotros deteniéndose finalmente en el ninja.

-¡Gran Rey!- Saluda el cuervo feliz acercándose al recién llegado.

-Hola pequeñin- Le responde, quien aproximado mas a nosotros finalmente reconozco.

Oikawa Tooru es una de las personas mas molestas que conozco, al menos dentro de la cancha, siempre sentí sus aires de superioridad destilar de su cuerpo, ego que apoya en su posición de armador, además de tener una lectura detallada de cualquier situación, mirándote como si ya conociera tus debilidades solo con echarte un vistazo.

La Melancolía Del ChacalWhere stories live. Discover now