Capitulo 8 -Seiya

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Se llegó el día de regresar a la tierra. El viaje fue largo y decidieron descansar esa tarde. A la mañana siguiente estaban discutiendo mientras desayunaban.

-No hay ninguna razón de regresar a la preparatoria. Ellas ni están ahí ya se debieron de haber graduado – decía Seiya muy molesto -Además Yaten ya no tenemos aspecto de adolescentes ¿lo recuerdas?

-Tienes razón, entonces iremos al templo del abuelo de Rei – contestó Taiki

-No hay razón alguna para irlas a ver. Tokio es muy grande y hay otras cosas que podemos hacer, personas nuevas que conocer.

-Ja ja ja Seiya, ¿TU conocer personas nuevas? – le decía Yaten en tono burlón.

-La princesa nos pidió venir a Tokio, jamás dijo que teníamos que verlas o estar con ellas – contestó Seiya molesto

-Pues yo las quiero ver – dijo Taiki -son nuestras amigas y yo si las extrañé - En realidad a Taiki no le importaba mucho ver a las chicas, pero estaba harto de ver a sus hermanos extrañar a Serena y a Mina y quería que ser arreglaran de una vez por todas ya sea se volvieran pareja o se mandaran a la fregada de una buena vez.

-¡Yo no quiero verlas!. Pero si deciden ir vayan y si preguntan por mi díganles que no vine – se levantó Seiya de la mesa y azotó la puerta de su habitación detrás suyo.

-Que ridículo es –dijo Yaten

...

Los hermanos pasaron los primeros días paseando en áreas un poco aisladas pues no querían llamar mucho la atención.

Yaten manejaba un carro deportivo por la avenida principal. Se dirigía hacia la bahía. Manejaba a alta velocidad y llevaba la música a todo volumen. Se aproximaba a un semáforo que estaba en luz a amarilla. Aceleró aún más para pasarlo antes de que su pusiera la luz roja. La gente empezó a tomar los primeros pasos para cruzar la calle, Yaten pasó rápidamente casi atropellándolos. Con el rabillo del ojo derecho creyó ver su silueta. Sólo fue por un segundo, pero fue suficiente para hacerlo frenar bruscamente. Se bajó del auto y escaneaba con la mirada a la multitud de gente que cruzaba la intersección.

-Debe haber sido mi imaginación

La luz del semáforo volvió a cambiar a verde y la gente dejo de cruzar la calle.

Suspiró resignado.

Al intentar subirse al auto se dio cuenta que del otro lado de la calle todos los autos trataban de evitar atropellar a una chica -¡Quítate del camino! - Gritó un hombre molesto.

La chica estaba de pie en medio de la calle, inmóvil. Poco a poco empezó a girar su cabeza hacia la dirección donde estaba Yaten.

-¡Yaten! – dijo en voz baja.

El cabello dorado de Mina se movía con el viento y la luz del atardecer hacia que su silueta tuviera un bello brillo dorado rojizo. Yaten quedo impactado, estaba aún más hermosa que antes. Caminó hacia Mina apresurado, su corazón latía rápidamente y su sonrisa crecía con cada paso.

Mina seguía parada en el mismo lugar. Sentía que si se movía podría desmayarse.

-De nuevo me traicionan mis ojos – se decía. Lagrimas querían empezar a brotar al ver venir a Yaten, sentía que su corazón saldría de su pecho.

Yaten estaba a un paso de ella -¡Has regresado! - Fue lo único que pudo decir Mina.

Yaten la besó sin decir una sola palabra. Los labios de Yaten acariciaban los de Mina con ternura, con cada movimiento de sus bocas se decían cuanto se habían extrañado. Un hormigueo recorría todo su cuerpo. Mina tomaba el rostro de Yaten con ambas manos. No quería que se separara de ella, se derretía en sus brazos. Fue un beso cálido, profundo... un beso que los dejaba sin respiración.

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