Capitulo 5 New York

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-Serena, mi dulce bombón - susurro a su oído

El corazón de Serena latía rápidamente, su cuerpo se estremecía al sentir que esas manos cálidas acariciaban su piel. Se hundió en la dulzura de sus labios y tenía un deseo ardiente de sentirlo por completo -Te amo Seiya

Serena abrió los ojos asustada. Su corazón aún estaba acelerado, su respiración agitada y sintió humedad entre sus piernas -¡¿Dios mío que fue eso?! - Trataba de tranquilizarse, jamás había tenido un sueño así. Aunque el sueño duró sólo unos segundos ella se sintió avergonzada. Volteo a ver su reloj, marcaba las 4:36 am. Respiró hondo varías veces para tratar de relajarse. Rodó su cuerpo hacia su costado para contemplar las estrellas y en ese instante vio una estrella fugaz. Un suave calor comenzó a invadir su pecho, cerró sus ojos disfrutando de la sensación de amor que le provocaba. Pidió un deseo –dile que lo extraño y deseo volver a verlo –abrió sus ojos y sonrió a las estrellas recordando el sabor de sus besos que aun sentían sus labios. Poco a poco se volvió a quedar dormida.

Despertó muy contenta. Se levantó temprano a darse una ducha y arreglarse para su día especial. Ese mismo día era su cumpleaños y sus padres le habían preparado una fiesta para celebrar su cumpleaños y el haber pasado su examen de admisión para la Facultad de Comunicaciones. Ella estaba muy emocionada y se había comprado un vestido muy bonito para la ocasión. Decidió ignorar por completo sus locos sueños y disfrutar de su día. Se apresuró a arreglarse pues sus invitados llegarían al medio día.

Se la paso increíble. Recibió muchos regalos, comieron y bailaron hasta cansarse. Serena disfrutó mucho de su fiesta y se sintió muy agradecida por tener familiares y amigos que la querían.

-¿Podemos desayunara juntos mañana? – Preguntó Darien al despedirse

-¡Claro! – contesto Serena con una sonrisa.

Darien le dio un pequeño beso y se marcho

Planeta Kinmonku
-¿Ya regreso Seiya? – Preguntó la princesa
-Aun no majestad. Pero seguro que mañana se presentara ante usted - Le aseguraba Healer

Viajar a la constelación de virgo era difícil, requería de mucho esfuerzo físico. Cuando Seiya iba no le decía a nadie, pero sus hermanos hacía  tiempo que lo sabían. Ellos comenzaron a preocuparse cuando empezó a desaparecer por varios días sin dar razón, todo lo que decía era que necesitaba distraerse un poco y que se iría de campamento a las montañas. Una ocasión Yaten y Taiki pidieron permiso a la princesa para ir a buscarlo y lo siguieron hasta el palacio de Astrea. Ya tenía tiempo a que no iba, creían que ya iba progresando y por fin había olvidado a Serena.

Seiya llego exhausto pasadas la 6 de la tarde. Tomo un baño y se recostó. Escucho su risa y su corazón se agito, jalo aire -¡Eres tú! – le dijo ella. El giro su cuerpo buscandola. De repente quedaron frente a frente y la besó.

Sus ojos se abrieron. Suspiro al darse cuenta que una vez más sus sueños lo habían traicionado, ese era un sueño que comúnmente se repetía. En casi todos sus sueños aparecía Serena; a veces la veía, a veces sólo escuchaba su voz o percibía su aroma. Seiya se levantó para iniciar su día.

Seiya se mantenía ocupado todo el tiempo. Supervisaba y entrenaba al ejército real, él y los soldados ayudaban en la reconstrucción del reino y del pueblo lo más que podían. Después de terminar todas sus responsabilidades del día, se iba al gimnasio real a hacer ejercicio. Le gustaba nadar, correr y levantar pesas. Luego regresaba a la cabaña, leía un poco y se acostaba a dormir. Y al otro día hacia lo mismo. Esta rutina le ayudaba a tener orden en su vida, si no se mantenía ocupado su corazón lo traicionaba y creía se volvería loco de tanto extrañar a Serena.

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