7. Una invitación que amenaza los límites

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El consejero había sugerido que compartiera sus verdaderas intenciones con la Élite, ahora que sólo quedaban aquellos a quienes se consideraba aptos para convertirse en su pareja, no obstante, SeHun se mantenía firme en la idea de no volver de aquello una competencia o peor aún, una cacería donde lo único que importara fuera obtener a la pobrecita criatura que custodiaba el verdadero artículo de valor: la corona. No creía, además, que alguno de sus invitados decidiera desertar, ya que de alguna forma, todos le habían demostrado durante sus encuentros que él les interesaba, aunque todavía no supiera si podía corresponderle a alguno y en qué sentido dirigían su atención hacia él.

Kyuhyun había aceptado sus decisiones y al cambiar el rumbo de la conversación se había disculpado largamente por no llevar con él las respuestas que el príncipe le había pedido conseguir desde hacía ya semanas atrás. ¿Por qué LuHan había sido removido de la lista de candidatos? Acababa de cumplir veinticinco años (sólo unos días después de que el mismo SeHun hubiera cumplido los veinticuatro), tenía edad para casarse, era miembro de una familia de la nobleza china y además, provocaba algo especial en su alteza (aunque esto no hubiera sido dicho en voz alta al consejero). Las palabras de Cho, sin embargo, habían dejado claro que había algo más.

— No se le ha presentado nunca en sociedad, no aparece en el registro familiar de la casa Biàn y no tengo idea de por qué pero, créame cuando le digo, alteza, que ya he comenzado a investigar y le aseguro que en cuanto tenga noticias acudiré a compartírselas. Hasta entonces, hasta que sepamos realmente quién es el jovencito...

— ¿No estás insinuando que el príncipe ha venido hasta aquí, buscando llegar a mí con mentiras, verdad? — preguntó SeHun, de repente malhumorado. Kyuhyun negó.

— Para nada, alteza. Solamente, creo que sería prudente considerar que, si su nombre no aparece en el registro familiar, quizás se deba a que el príncipe no es de sangre pura. Lo que, lamentablemente, le excluiría de nuestro listado de forma automática.

Sus palabras, teñidas de lo que posiblemente fuera verdad, hicieron callar a SeHun más no así orillarlo a decidir que no valía la pena intentar averiguar cuál era la verdad tras la omisión del nombre de LuHan. Enviando a Kyuhyun a seguir investigando, el príncipe despidió a su consejero y al ver aparecer al capitán de la guarida que había estado esperando fuera del estudio, se recordó que aquella mañana tenía otras cosas por las cuáles preocuparse.

Como ya venía siendo normal, la señora Kim había organizado alguna actividad para que SeHun conviviera con los invitados, esta semana yendo más allá de los encuentros en el palacio y proponiendo desde paseos al pueblo para que los aspirantes a reyes conocieran a su gente y que los ciudadanos también reaccionaran a sus presencias, hasta visitas a eventos públicos a los que el príncipe siempre había detestado presentarse solo. La idea, algo arriesgada pero también atinada, había convencido a SeHun al escuchar cuál era el evento que daría inicio a su semana, agradeciendo no tener que presentarse en solitario.

Algunas veces al año y como parte de mostrar su interés y simpatía por el pueblo, el rey y el príncipe acudían a la Universidad Nacional del Reino de Corea, para brindar conferencias sobre temas variados que alentaran a la comunidad estudiantil a seguir manteniendo buenas notas, dar su mayor esfuerzo y al mismo tiempo, se permitían demostrar que la familia real no estaba compuesta por hombres y mujeres bárbaros y sin estudios. Donghae siempre había sido estricto con su educación así que además de las clases privadas para convertirse en rey, SeHun había tenido que hacer los cursos presenciales de Economía en la universidad, graduándose poco antes de que su padre enfermara.

— Majestad, estamos listos para partir — señaló ChanYeol, mitad centrado en su persona, mitad concentrado en las voces que escuchaba a través del auricular con el que se comunicaba con el resto de los guardias. El príncipe no respondió y luego de cerrarse correctamente el abrigo, se giró en dirección a la puerta y comenzó a caminar.

El rey [Hunhan] TERMINADAWhere stories live. Discover now