Capítulo 4

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Glimmer estaba arreglando su labial mientras contemplaba la derrotada imagen de su rubia amiga tirada sobre la mesa de la cafetería donde la había citado.

–Entonces... —habló mientras guardaba su maquillaje— Saliste con ella, aún después de todo el desastre que causaste esa noche en el club —vio como Adora asentía— Y no le pediste su número.

Su respuesta fue un quejido y un movimiento de negación con la cabeza.

–Eres realmente tonta, Adora.

–Gracias, Glimmer —dijo con sarcasmo— De verdad me ayudas mucho.

–La verdad ni siquiera sé que es lo que le viste a esa chica —respondió— Parece una salvaje.

Adora ignoró el comentario de su amiga.

Realmente se sentía como una tonta.

Había salido con Catra una vez, la había pasado tan bien junto a la morena que olvidó totalmente el pedirle su teléfono.
Y ya habían pasado dos semanas desde su casual encuentro en el trabajo de la rubia y no tenía ni una sola señal de vida de la bailarina.

Al principio pensó que la castaña la visitaría frecuentemente en su trabajo pero fueron pasando los días y sus esperanzas fueron muriendo lentamente hasta que no quedaron más que cenizas.

–Si sabes que aún puedes volver al Bright Moon ¿Verdad? —dijo la pelirosa ya algo cansada del drama de la ojiazul— Digo, no es tan difícil.

–No puedo ir así cómo si nada, Glimmer —levantó la cabeza para mirar a la otra chica— ¿Qué se supone que le diré? "Hola, Catra. Vengo a pedirte tu teléfono porque la última vez que nos vimos no lo hice."

–Eh... Sí, es una buena opción.

–¡No! —chilló horrorizada— ¡No puedo hacer eso! —sollozó— Ya perdí mi dignidad frente a ella muchas veces y no pienso hacer el ridículo de nuevo.

Tendría que haber un milagro para que Adora pusiera un pie de nuevo en ese lugar.

No es que no quisiera, la verdad era que incluso una pequeña parte de ella quería volver a ir y ver de nuevo el hipnotizante baile de Magicat pero luego de su comportamiento la última -y primera- vez que fue, aún la atormentaba.
Aún le daba algo de vergüenza todo el desastre que causó.

–¡Adora! —gritó Glimmer— ¡Mira!

–¿Qué? —se levantó rápidamente— ¿Qué pasa?

–¡Perfuma volvió de su retiro! —le mostró su teléfono— Dice que quiere reunirse con nosotros un día de estos —le quitó el teléfono de enfrente— Eso ayudaría mucho a que te olvides de tu gata esa.

Aquello la hizo fruncir el ceño.

Le alegraba el hecho de que Perfuma volviera de su retiro espiritual y también le agradaba la idea de salir con sus amigas pero sinceramente aún le inquietaba el asunto de Catra.
De verdad le hubiera gustado hablar un poco más con ella, socializar y llegar a ser amigas -cómo mínimo- pues a sus ojos, parecía ser alguien interesante y agradable con un ligero toque de rebeldía y agresividad, esos pequeños detalles llamaban mucho su atención.

La sacaron de sus pensamientos el sonido de su teléfono y las vibraciones del mismo en su bolsillo.

Casi se le cae la mandíbula al ver quién era.

–¿Mara? —contestó— ¡Hola, Mara! ¿Cómo estás, eh? ¿Y la tía Razz?

–¡Hola, Adora! —escuchó del otro lado de la línea— Bien, ambas estamos bien —rió— Solo llamaba para avisarte que estamos en la ciudad, acabamos de llegar hace un par de horas.

Night Light [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora