La batalla del Basurero!!!! [Karasuno vs Nekoma] (Yū Nishinoya & tu) .

1. Campamento con Nekoma.

Primer año.
Narra Kasumi.

Este era mi primer año como mánager del equipo masculino de Nekoma y por primera vez iba a ir a ese magnífico campamento del que tanto hablaban mis hermanos y mis padres.

"Es el campamento que nos unió".- eran lo que siempre decían mis padres.
El campamento que los enamoró.
Simplemente no podía parar de gritar de la emoción,  ¿conocería ahí a mi ser amado?

—Ya nos vamos.- grito mi hermano despidiéndose de mis padres yo corriendo detrás de él para alcanzarlo.
¿Como puede caminar tan rápido? —¿Nerviosa?- me pregunta sonriente.

—Algo.- digo nerviosa. —Lo bueno es que te tengo a ti.

—Solo va a ser este año.- dice abrazandome. —Los siguientes años no te podré cuidar de las bestias del voleibol.

río ante su comentario. —Tu también eres una de esas.

El camino no es muy largo para ser sincera, nos la pasamos cantando en el camión de Nekoma cuando todo el equipo estaba dentro de el.

—¡Akaashi! - grito saludando a los mellizos.

— Kasumi san.- me saluda el chico mientras que su hermana se lanza a abrazarme.

Todos nos acomodamos pero escuché un comentario.—Aún falta Karasuno.

¿KARASUNO?
¿Era el equipo de mi hermano?
Para los que se preguntan que paso con mi hermano... ahorita es jugador profesional.
Juega para una selección de Japón, si bien no me equivoco su equipo se llama "JAPNET", y son patrocinados por cientos de marcas famosas.
Gracias a eso obtenía muchas cosas que le regalaban a mi hermano y no usaba.

—Perdón. - dije recogiendo todas las toallas que acababa de lavar de mi equipo.
Genial, tendría que volver a hacerlo.
Una mano me extiende unas cuantas y cuando lo veo.... —¡PERDÓN!- grite tomando lo que él me extendía y huyendo de ahí mismo.
Nunca había visto a alguien tan aterrador.
Y como la vida no me quiere... me topé cientos de veces con él.
Y cientos de veces salí corriendo.

—No creo que sea tan aterrador. - hablo mi hermano.

—¿Bromeas?- digo viendo sus brazos rojos.— parecía que con sus saques te iba a romper los brazos.

—No seas dramática. - dice burlándose de mi.—Hey, Kageyama. - grita y este se acerca a nosotros.
Mi única forma de defensa es esconderme detrás de mi hermano.—Ella es mi hermana,  Kasumi Nishinoya y piensa que eres aterrador.

—¡TRAIDOR!- grito llorando detrás de él. —Disculpe las molestias.- digo antes de salir corriendo mientras que tomaba a mi hermano de la mano.

Segundo año.

Me encontraba siendo rodeada por los gigantescos chicos nuevos de Fukurodani.

—Juega con nosotros.

—No se jugar.- miento viendo el suelo.

—Pero que cosa dices.- uno de los chicos se ríe.— eres hija de Yuu Nishinoya,   ¿cómo no vas a saber?

—Bloquea para nosotros. - dijo el chico tomándome de la mano.

—Dejala.- gruño una voz que me hizo templar.—Ya dijo que no.

—Si no, ¿Qué?- apenas dijo eso el chico recibió un buen golpe en la cara.

—Paren.- dije temblorosa al ver como ese par peleaba.
Algunos chicos solamente veían y otros se unían.
Madre santa, ¿qué hice para merecer esto?
Veo a mi alrededor y no hay alguien más que los de  primero de Fukurodani y Kageyama.
Estábamos en el 5to gimnasio y correr al más cercano me iba a llevar demasiado tiempo, posiblemente cuando regresara alguien ya estaría muerto.
Pero este comportamiento en cierta forma se me hacía familiar.

—¡BASTA!- Grito furiosa como lo hacía mi madre cuando veía a mis hermanos pelear.
Ella siempre les lanzaba algo para separarlos así que eso mismo hice y les lancé un balón,  que era lo más cercano que tenía.
Todos se me quedaron viendo atónitos y con la boca abierta.
— Simplemente no puedo aceptar este tipo de comportamientos. - dije tomando de la mano de  Kageyama y arrastrándolo fuera del gimnasio. —Esto no se va a quedar así.- gruñi antes de salir del gimnasio.
Segui caminando sin importar que, con esa aura aterradora que daba mi madre.
Hasta que me di cuenta que iba agarrada de la mano del ser más aterrador del universo. —¡PERDÓN!- grite haciendo cientos de reverencias que tocaba el suelo con mi frente.
Las lagrimas no tardaron en aparecer.
Escuchó una pequeña risita y sus manos van a parar a mi cara.
Cada golpe de él... todo porque me quiso ayudar.
—¡PERDÓN!-grito pero no me puedo mover para hacer más reverencias,  y con sus pulgares me limpia mis lágrimas. —Ven.- lo miro sorprendida y tomo de su mano otra vez.
Lo llevo a la enfermería y trato sus heridas con total delicadeza,  tal y como me enseñó mamá.

—¿Tu equipo pelea constantemente?- niego con la cabeza. —¿Cómo sabes hacer esto sin lastimarme.

—Mis hermanos peleaban.- murmuró. — Y mamá es doctora,  así que yo curaba a uno mientras que ella atendía  al otro.‐suelto una pequeña risita. —Además papá no es muy normal que digamos...

Su fija mirada está puesta en mi.
Y por primera vez no me da miedo.
Por primera vez no quiero salir corriendo.
Solamente... quiero seguir viendo esos ojos azules como el mar.
Él tomo mi cintura con una de sus manos y la otra la puso en mi cara para después besarme.
Me estaba besando.
Y sorprendentemente correspondí.
Me sentía en las nubes con esos finos labios sabor vainilla que dirigían a los míos.

Tercer año.

—¡KAGEYAMA!- grite lanzandome sobre los brazos de mi novio apenas bajo del autobús.
Su sorpresa fue demasiada ya que no pudo controlar el equilibrio y los dos terminamos en el suelo.

—Te extrañe.- dice abrazandome.

—Tonto.- digo riendo.—Si nos vimos en el partido de tu padre contra mis hermanos.
Por primera vez mis dos hermanos jugaban en el mismo equipo.
Y tenía que aguantar todas la peleas de ese par.

....

—¡KASUMI!-me gritaba el capitán —Dime, ¿Manager de  quién eres?

—Nekoma.

—¿y se puede saber porque corres para Karasuno?

— Ahí está mi novio.

—Pero no le puedes dejar todo el trabajo a mono.- veo a la pequeña de primero que tenía un moretón en la cara.

—Perdón. - le digo a la pequeña. —no te debí de descuidar.

—Fue mi culpa senpai.- dice sonrojada.—Pensé que si me metía a la pelea esos dos idiotas iban a dejar de pelear.

....

—Deja de ser tan aterrador.- digo sonrojada viendo el suelo.

—El empezó.

—No puedes golpear a todos sin razón alguna.

—Ellos estaba peleando y tu protegías a tu amiga de primero.

—Tenia todo controlado.

—Claro que no.

—¿Recuerdas como fue nuestro primer beso?- él asiente.— ¿Recuerdas cómo evite que siguieras peleando?- vuelve a asentir.— Tenia todo bajo control en ese momento y lo iba a tener en este.

—Pero...

—Pero nada.- digo viéndolo mal y él hace un puchero para después abrazarme y esconder su cara en mi cuello.—Un vice capitán no puede andar golpeando a todos, debes de dar el ejemplo.

—Perdón. - murmura en mi cuello causando mi risa.