La batalla del Basurero!!!! [Karasuno vs Nekoma] (Yū Nishinoya & tu) .

Segunda Temporada: Capítulo 1.

Capítulo 1: Everything has change.

NARRA SUGAWARA.

Era mi primer día en Tokio desempeñando como profesor de básica.
Si, iba a trabajar con niños pequeños.
Pero si pude con los monstruos de Karasuno,  ¿Porque no con niños pequeños?

Al ser mi primer día me tenía que presentar a los padres que venían a dejar a sus hijos.

Acababa de cerrar la puerta para comenzar a trabajar con los niños cuando comienzan a tocar la puerta.

—Adelante. - digo y la puerta se abre dejando ver a un niño de unos 4 años aproximadamente.

—Disculpe la tardanza. - dice el niño haciendo una pequeña reverencia. —¿Puedo pasar?

—Claro.-  le digo viéndolo. —¿ y tus padres?

— Ya no dejaron entrar a mi mamá. - hablo poniéndose el mandil.— ya se le hacia tarde También.

—¿Y tu papá?

— Yama kun no tiene papá.- dijo un niño ¿burlándose?
Los niños de ahora son cada vez más crueles.

—A mi me quieren mas que a ti.- dice el niño viéndolo mal.
Esos ojos.... y ese comportamiento me recordaba a alguien en especial.
Además podría jurar que siento que ya vi a ese niño en algún otro lado.

El transcurso del día transcurrió normal, hasta la hora de la salida.
Todos los niños ya se habían ido.
Todos menos uno.
Y era Yama.

— Ya llegué.- dice una voz conocida,  cuando me doy la vuelta era la del antiguo capitán de Nekoma.

—Llegas tarde.- dice el pequeño viéndolo.

—perdón. - Kuroo toma al niño y le comienza a hacer cosquillas.
El niño se divierte en sus brazos.

—Kuroo san.- llamo su atención.

—¿Sugawara?

—El es mi nuevo maestro. - dice señalándome el pequeño.
Kuroo lo regañaba ya que era de mala educación señalar a las personas.
Nos quedamos hablando un par de minutos.

—Entonces te encargo a mi pequeño sobrino.
Así que era su sobrino.
Tal vez por eso me recordaba a alguien.

....

El día siguiente fue igual de raro que el anterior.

—Sensei.- se escuchó el grito por los pasillos y la pequeña personita se escondió atrás de mi. — dígale que me deje en paz.

—Yama kun.- una chica rubia se encontraba jadeando mirando el suelo.—Solo un pasador más.

—ya te dije que no soy niña.

Veo al pequeño frente de mi, y tal y como lo dijo.
Venia vestido de niña.
La chica alzó la mirada y me vio.

—¿Yachi?- la miro confundida.

—Sugawara Senpai. - dice esta saludandome alegremente. —Así que usted es el nuevo sensei de Yama kun.

A la hora de la salida Yachi fue por Yama.

Los días iban avanzando y cada vez alguien diferente iba a dejar y recoger al niño.

Después de Yachi siguió Yamaguchi.
Reí cuando vi esa escena, al parecer ambos se llevaban bien y eran como hermanos.

Después de Yamaguchi siguió Tsukishima.
Este último era más severo con el niño.

—Aquí  esta su desayuno. - me dijo Tsukishima entregandome al niño que aún dormía sobre su hombro. —y su comida.

—Tsukishima,  el niño aún está dormido. - digo tomando al pequeño.

—no se me va a hacer tarde por este mocoso.

Sin duda Tsukishima nunca cambia.
A la hora de la salida igual que siempre Yama fue el último en irse.

—Sensei.- dice el pequeño llamando mi atención. —Yachi me dijo que usted jugaba voleibol. - asiento viéndolo. —¿me puede enseñar?

—claro.- le sonrio.—¿ pero no prefieres que Kuroo,  Yamaguchi o Tsukishima te enseñen?

El pequeño niega con la cabeza. —son demasiado malos conmigo cuando se trata de voleibol.

Después de Tsukishima fue Kenma quien se encargó de él al día siguiente.
El pequeño venía con ropa... muy elegante y sin duda algo costosa.
Pero después de kenma...

— ¡Mamá!- se escuchaba un grito por el pasillo. — se hace tarde.
El pequeño entró e hizo lo que siempre hacía,  pero esta vez sin su mochila.

—Disculpe el escándalo.- dijo la joven madre recuperando la respiración. —¿¡Sugawara senpai!?- grito sorprendida.

—hola ______ chan.- le sonrió y el pequeño pide que lo cargue.

—Mira mamá,  sensei me ha enseñado voleibol.

_____ ríe.— supuse que alguien te estaba enseñando cuando te vi jugar con Kenma.

—Sensei.- el pequeño me mira seriamente. —¿Quiere ser mi papá?

Todo lo que supe está mañana cuando desperté, es que ahora sé algo que antes no.
Y todo lo que veo desde hace 18 horas...
Ojos azules, pecas y una sonrisa que me da años de vida.
No soy su padre,  pero quiero conocerle mejor.