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Sophia pov. Se acababa de terminar la clase, y me encontraba una preocupada de ¿por qué Anne había salido corriendo así? y el ¿por qué había golpeado a Gilbert de tal manera?. Me dirigí a donde se encontraban todos los abrigos y tomé el mío junto mi abrigo y la canasta, me encontraba caminado a unos cuando metros fuera de la escuela, cuando escuché como alguien gritaba mi nombre:
— ¡Soph! ¡Soph! — entonces vi a Gilbert alcanzándome.
— ¡Hola Gilbert! — lo volteé a ver extrañada.
— Perdón, ¿te puedo decir así? — habló apenado.
— Claro, no hay problema. Pero yo también te pondré un sobrenombre, lo iré pensando. Bueno pero, ¿qué sucede?.
— Es que antes de que sucediera con lo de Anne y todo eso, yo te quería decir, ¿qué si te puedo macompañar a tu casa? — me hablo con cierto brillo en sus ojos.
— Claro que si, vamos — tomé ligeramente su mano y entrelacé nuestros dedos, a lo que sentí mis mejillas arder al igual que las de el — y ¿por qué te golpeó Anne de tal manera?.
— La verdad ni yo lo sé, yo simplemente te iba a preguntar sobre qué si te acompañaba a casa y sobre otra cosa, pero creo que a ella le pareció que te estaba molestando ya que tú no volteabas.
— No volteaba, por que cuando lo iba a hacer, el Sr. Phillips se volteaba también — rodé los ojos a lo que Gilbert soltó una risa burlona — pero por lo menos no era al que ignoraban — sonreí victoriosa a lo cual él me miró mal.
— Bueno ya, también te quería preguntar otra cosa — hablo Gilbert indignado.
— Dime!
— Ya que mañana no tenemos clases, no se, nada más si tú quieres, pero si no, no y yo no tengo problema — lo interrumpí.
— Ya cálmate y ¿dime qué pasó? — hablé un poco irritada por que nada más le daba vueltas.
— ¿Quieres ir mañana a mi casa? — me hablo rápido.
— Si claro por qué no — le sonreí.
— Si! — me abrazo sonriente, a lo que yo reí — Pe-perdón — se separó lento y me sonrió tierno.
— No te preocupes, me gustan tus abrazos Gil — le sonreí de igual manera.
— Me gustas — habló mirándome fijamente a lo que luego se retractó — Perdón me-e gusta — se sonrojó — el sobrenombre digo, pero solo nosotros nos llamaremos así ¿esta bien?— me sonrió.
