𝘪𝘵'𝘴 𝘺𝘰𝘶 / 𝘎𝘪𝘭𝘣𝘦𝘳𝘵 𝘉𝘭𝘺𝘵𝘩𝘦

01

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— ¿Cuánto falta?

— Ya es la quinta vez que preguntas eso Sophia.

— Ya quiero llegar, préstame tu cuaderno al mío ya se le acabaron las hojas.

— No.

— Luke no seas malo — me dirigía al castaño que se encontraba a mi lado y lastimosamente es mi hermano — ya préstamelo yo ya no tengo hojas para dibujar y tú ni lo usas.

— No Sophia por qué luego me quedaré sin hojas yo.

— Lo dices como si a mis padres no les lloviera dinero y no pudieran comprarte otro luego — dije haciendo un puchero y cruzándome de brazos — anda! prestam — fui interrumpida por mi hermano.

— Ya cierra la boca por favor — exclamó mientras me aventaba el cuaderno.

— Gracias hermanito — hable mientras agarraba el cuaderno con una sonrisa inocente.

Me encontraba a punto de abrir el cuaderno cuando mi padre habló

— Llegamos!

— Tanto para nada — susurre mientras bajaba del carruaje y miraba hacia enfrente de mi nuevo hogar.

— Es más grande que la anterior — habló mi queridísimo hermano — y la que sigue será más grande o igual? — mi hermano se refería a que siempre nos encontrábamos viajando de un lado a otro por mi padre ya que es un doctor muy importante por todos sus descubrimientos mientras mi madre se dedica a la música .

— Hijos bienvenidos a Avonlea! — habló mi madre mientras bajaba de el carruaje con ayuda de nuestro mayordomo Hank.

— Iré a acomodarme y luego saldré a caminar — exclamé dirigiéndome adentro de la mansión diría yo.

Subí a las habitaciones y me quedé con una muy espaciosa que tenía un ventanal muy grande, paredes blancas, de las cuales ya me encargaría de pintarlas más tarde.
Después abrí el armario y tomé un vestido lila con detalles dorados , unas botas cafés y un listón de él mismo tono que el vestido.
Termine de vestirme y baje para salir de la casa , no sin antes tomar mi cuaderno y mis lápices de dibujo que guarde en una pequeña mochila.

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Me encontraba en un bosque sentada en un tronco mientras dibujaba el paisaje, antes de salir le había prometido a mamá llegar antes de anochecer, estaba a punto de terminarlo cuando escucho el crujido de las hojas atrás mío.
Al voltear me encuentro con un chico pelinegro con rulos, alto y muy lindo no voy a mentir.
Al verme sonrió a lo que yo imite el gesto y volví mi mirada a mi dibujo, sentí como se sentaba al lado mío y habló:

— Hola!

— Hola — exclamé con la mirada todavía en mi dibujo haciendo que el dirigiera la suya a donde yo miraba.

— ¿Eres nueva por aquí no? — me mostró una manzana — ¿quieres?

— ¿Se nota mucho? — dirigí mi mirada hacia él mientras sonreía — Gracias — tomé la manzana y le daba un mordisco.