Tomé las agarraderas del bolso y en un movimiento algo lento colgué una de ellas en mi hombro izquierdo, al parar el tren y abrir sus puertas me levanté del asiento rojo en el que había estado sentando aproximadamente 24 minutos y caminé hasta salir completamente de el. Me acerqué hasta las escaleras y las subí sin pensar siquiera en lo cansado que podía ser, caminé con mis manos dentro de mis bolsillos relajadamente, dando pasos algo cortos para las zancadas que suelo dar, crucé los torniquetes sin prisa alguna, con cuidado de no tocarlo con mis manos, porque sí, esa vaina está sucia, pana. Subí las escaleras del lado derecho, que me dejaban justamente en la entrada de la 1.

Al salir de la estación, el frío pareció meterme un coñazo en la cara, porque me quede parado como el propio pendejo. Traté de acostumbrarme al cambio de temperatura y reanudé el paso con zancadas ahora más rápidas. Cruzar la estación fue más que suficiente para sentirse en un ambiente diferente, en un lado tenías a gente con senda cara e' cogíos y en otro también pero con salsa baúl de fondo, muy en claro tengo que para llegar a mi casa a esta hora tenía que echarle más que pichón con el sueño que me cargo.

Saludé con la mano a todo aquel que me llamaba, sin hacer la diferencia entre todos los días y este. Pensé en pedirle un traguito de caña a los viejos que estaban en la esquina tomando, el frío cada vez se hacía más presente y se alejaba aun más de ser agradable. Hundí un poco más mis manos dentro de mis bolsillos mientras que trataba de recordar qué tipo de pensamientos tuve en la mañana para dejar tirado el suéter en el mueble y no traerlo conmigo.

ㅡAy marico, bien bueno que me salió la aceituna que tengo por cerebro.

ㅡ¿Aún hablas solo?.

Cagado volteé a mi izquierda, de donde creí provenía esa voz, topandome una vez más de lo adecuado con Beomgyu.

ㅡJa ja ja, no sabes lo mucho que me matas de la risa, deberías meterte al medio, ja ja ja, dios mio, agárrate, Nacho, este pana se viene con todo.

ㅡPodría considerarlo, no parece tan difícil en realidadㅡ analizando un poco la situación y viendo cómo tenía los brazos clavados dentro de los bolsillos llegó a una conclusion poco profundaㅡ... ¿tienes frío?.

ㅡElena, no sé por qué carajo si en la tarde hacía un calor del diablo.

ㅡMentira no es, tenía miedo sentarme en una de las sillas de plástico del liceo y irme de culo porque resulta que la mardita silla se había derretido.


Reí ante su absurdo comentario mientras que seguía caminando con él a mi lado. Recordé a la mamá del ser que me acompañaba, por lo que decidí preguntarle el motivo que lo hacía seguir en la calle, porque, conociéndola no lo dejaría estar por ahí desde su hora de salida, lo supe desde que lo miré y noté que aún llevaba puesto el uniforme.

ㅡ¿Qué haces a esta hora por la calle?.

Como si no supiera la respuesta lo vi vacilar por segundos pero antes de dar su brazo a torcer me miró con cierta perspicacia que delataba sus intenciones.

ㅡLo mismo te pregunto yo, Han Jisung.

ㅡNo es revelante para la conversación, en cambio, yo fui quien preguntó primero, por lo que, el único que le debe una respuesta al otro eres tú.

c a r r e t e r a   c a r a c a s  -  l a  g u a i r a ⊙  h a n   j i s u n gDonde viven las historias. Descúbrelo ahora