Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
━EL ADIÓS━
• • •
──¿Qué esta pasando? Parece que comenzó a sentir mucho dolor de repente. ─escuche a Diane preguntar.
──El rey demonio comenzó a separarse de Zeldris. ─le respondió Merlín.
Y fue encontramos que su cuerpo se separó de los mandamientos. Lo malo de esto es que estaba muy agotado para usar sus alas y descender.
──¡Zel...!
──¡¡No permitiré... que mi recipiente escapé!! ─los mandamientos se acercaban de nuevo a él.
──¡No! ─expresé al ver lo cerca que estaba pero algo lo alejo antes de que llegaran a él.
──Jaja, apesta ser tu~... ─suspiré de alivio al ver a el zorro con Zel en su mano. ──Ahí te va, enana~. ─me lo lanzo haciendo que lo atrapará.
──¡¡Genial, Ban!! ─le gritó Diane feliz.
──¡Gracias! ─le agradeció Mel.
──Esto te costará 10 cervezas~. ─le aclaró.
──¡Gracias al cielo! ─murmuró Elizabeth con una sonrisa.
──Realmente se los agradezco de todo corazón. ─los miré sonriendo.
Mire a Zeldris balbucear algo mientras su cabeza se encontraba recargada de espaldas en mi pecho debido a su altura. Meliodas llego al frente suyo cuando este iba abriendo sus ojos.
──¡Lo lograste, Zeldris! ¡¡Venciste a nuestro viejo!! ─le sonrío orgulloso de eso.
Este para evitar que vea su sonrojo giro su cabeza ocultandola entre mis pechos.
──¡Por supuesto que lo hice! ─habló entre ellos.
Meliodas se quedo con la boca abierta al ver esa acción, seguramente pensando que lo pervertido viene de familia.
──Jajaja~ No creí que fueras tan apegado a los pechos. ─hablo con su cara de tarado. ──¿También jugaste con esos bebés en el mundo espiritual?
──¡¡N-n-no!! ─gritó rojo de la vergüenza.
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
