Capítulo 17

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Las cosas habían mejorado para Jae, según Noah. Había escuchado que se estaba recuperando y lo más extraño era que sus padres no parecían darse cuenta de que un extraño se quedaba en su casa a dormir, podía sonar como una graciosa historia, pero era así. Yo no tenía ni idea de dónde se escondía y tampoco entendía por qué mis tíos no se habían dado cuenta de que ese chico estaba invadiendo su casa.

Las cosas estaban tranquilas y el drama se había apagado tan pronto como empezó, por muy extraño que sonara; no había visto a Harry desde hace una semana. Lo extrañaba, sí, pero ambos creíamos que lo mejor era no vernos por un pequeño tiempo, ya que mi padre había estado muy insistente y dudando de mí a todo momento —Con razones, claro—.

Los siete días que había pasado sin Harry habían sido eternos y completamente aburridos, mi vida se había vuelto toda una rutina y quitándome las visitas de Harry era como si estuviera incompleto. Mi madre estaba un tanto más distante conmigo, suponía que era por las extrañas ideas que mi padre le estaba metiendo en su cabeza, Mark estaba completamente seguro de que algo estaba pasando conmigo y le hacía dudar a mi madre sobre mi honestidad.

En parte lo entendía, no estaba siendo sincero con ellos, pero si les contaba a mis padres sobre Harry, todo acabaría. Ellos seguramente harían de todo para separarnos, la sola idea me causaba escalofríos y no me gustaba una vida sin mi amigo, no sin Harry.

Por otro lado, faltaba una semana más para salir de vacaciones para entrar al último grado y posteriormente terminar la escuela al año siguiente. Probablemente comenzaría a trabajar en alguna herrería del pueblo y la idea no era tan mala, me gustaba de hecho. Me agradaba mucho imaginarme a mí ganando dinero y gastándolo en cosas para Harry y para mí, como él había gastado.

La pulsera que el rizado me había obsequiado no abandonaba mi muñeca en ningún momento, sólo cuando debía de darme una ducha.

Una mano pequeña y blanca se posó en mi hombro haciendo que me asustara un poco, Noah me miraba con una pequeña sonrisa. "Eres demasiado miedoso o distraído"

"Me inclino más por la segunda" Dije bromeando mientras le daba un manotazo por sus burlas. Noah se quejó después y se sentó a mi lado mientras esperábamos a que la profesora entrara.

Pensé algunas tonterías por unos segundos largos, olvidando que mi primo estaba a mi lado con su atención en no sé dónde.
"¿Qué tal va Jae?" Por fin saqué la espina de dudas que me estaba invadiendo.

Noah suspiró. "Creo que bien, él ya se recuperó y... Hablamos sobre algunas cosas" Murmuró al final, con un sonrojo en sus mejillas. "Él te agradece por haberme llevado con él"

"En realidad deberíamos agradecerle a Brizzet, ella nos informó" Él asintió con una mueca "No la he visto, creo que está más ocupada ahora"

"Ella está ocupada porque hay dos lobos rondando en el pueblo, tiene miedo de que intenten robar territorio"

"¿Y Harry sabe de eso?"

"Claro que sí, Harry sabe absolutamente todo lo que pasa aquí, Louis. Harry es el Alfa y debe tomar control de su manada" murmuró casi acercándose a un susurro. "Jae me dijo que los lobos no han intentado nada sospechoso por ahora, pero se mantienen alerta por si deciden atacar porque aún no saben cuántos en realidad son, puede que sean más de dos o no sé" 

Estaba asustado, la sola idea de saber que había más y más lobos en el pueblo me hacía temblar de miedo. No todos iban a ser lobos buenos como la manada de Harry, no todos eran tranquilos respecto a los humanos o eso pensaba yo.
"Jae dice que nos mantengamos fuera del bosque por unos días hasta que Harry dé nuevo aviso"
Dijo él mirando al frente, la profesora entró saludando a todos y comenzó su clase.

Yo ahora entendía porque Harry había estado evitando visitarme.
"¿Tú crees que esos lobos sean malos?" Pregunté. Noah suspiró profundamente y me miró.

"No lo sé, Lou. Jae me dijo que tuviéramos cuidado, sólo eso"

Deseaba saber si había riesgos, no quería ser blanco de dos lobos desconocidos y tampoco quería que mi familia lo fuera.










Deseaba saber si había riesgos, no quería ser blanco de dos lobos desconocidos y tampoco quería que mi familia lo fuera

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La noche había caído y el cansancio estaba matándome, había estado haciendo los deberes desde hace ya unas horas y recién había acabado de hacerlos. Decidí tomar un respiro, aventando todos mis apuntes al suelo y dejándome caer sobre el colchón.

Mis ojos comenzaron a cerrarse con lentitud por el sueño, pero unos golpecitos en mi puerta me hicieron ponerme de pie.
"Adelante" Medio grité para que pudieran escucharme. Daisy entró con una expresión tímida, jugando con el listón sobresaliente de su vestido.
"¿Pasa algo?"

Daisy se sentó en la orilla de mi cama, cabizbaja. "¿Puedo... Saber sobre quién ha estado viniendo a casa?" Preguntó.

Lo suponía, ya había tardado un poco en preguntarme debido a que yo ponía excusas o de plano estaba muy ocupado con la escuela.
"Pero promete que no le dirás a mis padres, ¿Está bien?" Ella asintió "Su nombre es Harry, es un buen amigo que me salvó de muchas cosas malas, no debes decirles a mis padres porque si se enteran mandarán lejos a Harry o pueden hacerle daño"

Sus ojos grandes y lindos me miraron con curiosidad. "Está bien, prometo no decirle a nadie" Sonreí y acaricié su cabello suavemente, sintiendo el tacto como algo tranquilizador.

"Ve a dormir ahora, mañana debemos ir a la escuela temprano y tú deberías estar durmiendo, recuerda que debes sacar buenas calificaciones para que mamá te haga esas galletas en recompensa" Una risa infantil salió de sus labios y asintió

"Tienes razón. Buenas noches, Boo" Se acercó y plantó un pequeño beso en mi mejilla.

Después de que Daisy se fuera, me puse de pie para lavar mis dientes y yendo a la cama enseguida. Tomé las sábanas para envolverme en ellas y apagué la lámpara de fuego que estaba sobre la mesa, casi enseguida de cerrar mis ojos me quedé completamente dormido, hundido en el gran sueño producido por el cansancio.

En medio de la madrugada pude jurar que unos ojos oscuros me miraban desde el rincón de la habitación, como si la luz de la luna le diera el placer de sólo enfocar su mirada penetrante.











¿Lobo Estás Ahí? -Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora