Mami Ben || BeVin

Descubiertos

—¿Duermen juntos?— Gwen susurró su pregunta totalmente molesta. Estaba parada en un piso de maná a la altura de la ventana de la habitación de Kevin. Estaba haciendo mal espiándolos y lo sabía, pero había decidido observarlos sin que se dieran cuenta puesto que la intriga detrás de todos los sucesos recientes la estaba matando.

Ella quería llegar al fondo del asunto y nada iba a impedírselo. Así que esperó en silencio, viendo a ambos chicos en la cama y demasiado juntos para su propio gusto.

El osmosiano estaba abrazando a Ben en la posición de cuchara mientras el castaño abrazaba los brazos de Kevin y buscaba apegarse mucho más a él.

—Kevin.— Ben susurró antes de darse la vuelta para quedar boca arriba sin permitir que el abrazo se rompiera.

—Dime.— A pesar de que mantenía los ojos cerrados Kevin permitió que Ben siguiera hablando.

—Te amo.— Le dijo tranquilamente.

Gwen soltó un jadeo sorprendida y casi perdió la entera concentración de su maná.

—¡¿Estás bien?!— Ken le gritó susurrante para que sólo ella fuese capaz de escucharlo, pero Gwen le hizo una seña con sus manos para que se mantuviera en silencio.

—Yo también lo hago, Ben.— Escuchó a Kevin responder antes de ver como acercaba sus labios hacia el castaño y lo besaba profundamente.

Gwen miró la escena totalmente destrozada y cayó del piso de energía en el que estaba siendo su hermano quien la atrapara, por suerte. Pero antes de que Ken pudiera decirle algo los ojos de Gwen brillaron de rosa y una ráfaga del mismo color los envolvió. 

Para cuando el Tennyson mayor pudo darse cuenta de dónde estaban notó a Ben a horcadas sobre Kevin, besándose. Ambos hombres se separaron y voltearon a ver qué había sido eso, sorprendiéndose y preocupándose de ver a Gwen frente a ellos.

Los ojos verdes de la pelirroja miraban llenos de dolor a ambos, sus puños estaban apretados y sus labios hacia abajo en una mueca. 

—G-Gwen.— Ben susurró su nombre, pero ella lo miró mal.

—¿Cómo pudieron?— Cuestionó en tono bajo y ambos la miraron sin comprender.

—¿Qué?— Kevin cuestionó.

—Dije... ¡Que cómo pudieron!— Exclamó causando que una ola de energía se expandiera como aire hacia ellos. 

Los ojos de Ben brillaron en un verde intenso cuando sintió la amenaza de la otra anodita y perdiendo el control de su conciencia frunció el ceño y se levantó. Kevin le tomó del brazo apresurado mientras Gwen y Ken miraban impresionados a Ben.

—¡Ben, no lo hagas!— Kevin le pidió, si utilizaba esa energía en esos momentos podría hacer sufrir a los pequeños necrofriggian.

—Ella es una amenaza para mí ahora.— Le respondió Ben sin voltear a verlo, su mirada no se apartaba de la pelirroja.

—¡Le harás daño a tus hijos!— Le gritó Kevin preocupado y la energía de Ben se disipó en una ráfaga de aire helado. Frío había intervenido aunque no pudiera aparecer.

Ben cayó en la cama y Kevin lo sostuvo, ambos miraron de regreso a Gwen quien no había apartado su vista con el dolor y el rencor en su mirada, siendo cubierta por lágrimas.

—Son... ¡Unos malditos!— Les gritó de nuevo. —¡Confié en ustedes! ¡Confié en ti, Kevin Levin!— Sollozó y antes de que alguno pudiera decirles algo nuevamente los otros dos Tennyson habían desaparecido.

Ben tragó saliva sin saber qué decir. Ninguno de los dos había estado preparado para enfrentar la situación de esa manera y sabían que sólo sería cuestión de tiempo antes de que toda la familia de Ben lo supiera, incluso Julie lo sabría y no estaba dispuesto a enfrentar toda la situación que se avecinaba, no ahora.