Incongruente

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Desde que sucedió lo de Gwen la preguntona, ir a la casa de Kevin y casi hacerlo,  Ben había comenzado a actuar extraño, no extraño como de costumbre, no señor, Ben parecía más un zombie que un chico y eso comenzó a preocupar a su novio secreto, a su prima y a su abuelo.

Las misiones que estaban teniendo igual comenzaban a ser bastante pesadas, tal vez era que Ben no se estaba alimentando bien y con cada misión perdía bastante energía, es decir con el hecho de transformarse en alíen y pelear debía haber una gran lógica en cuanto al desgaste, o eso querían creer. Sin embargo no era posible, ninguno creía esa absurda patraña, eran conscientes de la forma en la que Ben comenzaba a comer en ese último par de meses, tal vez se debía nuevamente a sus problemas con el Omnitrix, ese aparato que como muchas veces llamaba Ben "aparato del demonio" estaba causándole muchos problemas al no mantener su transformación en algún otro alíen que no fuera Frío.

Gwen comenzaba a pensar que tal vez todo eso se parecía a lo que antes le había sucedido con Fantasmático en su niñez y que debía haber alguna relación entre la forma de comportarse de aliens de esa índole intangible. No eran buenas, eso era un hecho.

Justamente se encontraban en una misión, una bastante riesgosa pero parecía que Ben no estaba en la pelea, al menos no conscientemente. Su mente estaba en otro mundo y por más que uno le hablara simplemente él veía a la nada. Entre ratos despertaba, como si intentara recuperar el control de su cuerpo sin darse cuenta. Eso estaba alterando no sólo a su equipo sino que el mismísimo Albedo estaba pendiente de lo que sucedía por si necesitaba... Una ventaja para ganar la batalla.

De repente Ben se transformó dejando ver primero a Humungosaurio, no obstante así como apareció fue cambiado por el Necrofriggian denominado como Frío el cual tomó impulso y voló encima de todos congelando a algunos a su paso para luego pasar a retirarse en busca de un poco de metal del cual alimentarse.

Gwen miró a Kevin intrigada, pero este solo alzó los hombros y movió la cabeza de un lado a otro negando el saber qué rayos ocurría con él.

De esa forma decidieron seguirle y así llegar al fondo de todo eso. Durante el trayecto Kevin tuvo que soportar a Gwen hablar y sacar conjeturas sobre cada uno de los aspectos que Ben había estado realizando aunque desconociera alguno de ellos, sabía de ante mano datos extra que Julie le había pasado, como los antojos raros de Ben durante clases, sus mareos, su dolor abdominal constante y algunas otras cuestiones innecesarias por el momento.

Ella se detuvo de hablar un momento. Había hablado ya con la abuela Verdona sobre el asunto y esperaba de verdad que llegara pronto pues no sabía bien cómo tratar el tema de Ben por su cuenta. También ella estaba preocupada, claro que lo estaba, Ben era su primo, mucho más hermano que su propio hermano mayor, deseaba saber qué era lo que estaba sucediendo con él y poder ayudarlo.

Estuvo tan en su mente que no escuchó los pitidos de la placa de los plomeros de Kevin avisando que estaban cerca de las coordenadas del Omnitrix de Ben, sólo sintió el freno precipitado que dio Kevin con su auto debido al alienígena que estaba obstruyendo su paso con unas insaciables ganas de comer metal. Gwen bajó apresurada para intentar razonar con él de alguna manera, pero no estuvo segura si era suficiente sólo hablarle.

—¡Ben!— Ella exclamó preocupada intentando llamar la atención del alienígena. —¡Ven aquí, baja!

—Déjalo Gwen, es inútil, él no está razonando y lo sabes.— La voz de Kevin sonó con fuerza, como si de verdad quisiera que dejara de molestar al chico como una manera de sobreprotegerlo.

Eso no tenía sentido en su cabeza, Kevin y Ben eran mejores amigos pero siempre estaban discutiendo. Aún así no quiso prestarle más atención al asunto y miró a Kevin expectante de alguna explicación para detenerla y que no encapsulara Ben en algún campo de maná.

—Lo mejor es observar su comportamiento y no meternos en su camino, por su postura si nos acercamos más definitivamente va a atacarnos.— Y no bromeaba. Levin había estado observando a su pareja una larga cantidad de rato, sabía de ante mano que cuando Ben se transformaba en alienigena se dejaba llevar por sus instintos y era mucho más propenso a atacar a alguien si se sentía lo suficientemente amenazado, tal cual cualquier animal.

Tal vez Frío no era el alienigena más fuerte de Ben, pero sí que era habilidoso, sus poderes bien entrenados fácilmente lo sacaban de una situación de apuro, pero si lo pensaba más esa clase de control sobre su portador podría resultar en un verdadero gran desastre. Debían encontrar la manera de ponerle final a la situación antes de que alguien saliera herido, sobre todo que Ben saliera herido.

Tanto Gwen como Kevin estaban vigilando las acciones del alienigena con forma de polilla gigante. ¿Realmente estaba tan desesperado por comida? Gwen opinaba que sí pues en el poco tiempo que llevaban parados en una chatarrería Frío ya se había comido más de una tonelada de puro metal y eso ya era mucho decir por sí solo. De repente se detuvo, su manera abrupta de ponerle final a su glotonería fue lo que más llamó la atención de ambos jóvenes. Frío se recluyó un momento, como si estuviese reuniendo algo de calor con el frío anochecer que estaba haciéndose presente. Sus alas azules que antes habían estado replegadas a su cuerpo se extendieron vibrantes por iniciar un nuevo vuelo hacia algún destino incierto, y así fue.

El necrofriggian llevaba sintiendo la presencia de ellos minutos después de haber llegado a aquel lugar tan rico en metales diversos y se los permitió, no dejando que interrumpieran su recolección de nutrientes químicos tan necesarios para su cuerpo en esos momentos. Harto de su invasión decidió ponerles un alto de una vez por todas y apagó el rastreador del omnitrix para volar de manera intangible hasta perderse de la vista de ambos familiares de su portador.

Gwen trató de rastrear de nuevo el perímetro donde Ben pudo haber estado por última vez después de haber hecho a su novio Kevin conducir por gran parte del lugar. Sin embargo sus redes de maná no pudieron encontrar señal del alienígena. Se quedó en el asiento del auto estacionado pensando una vez más en lo sospechoso del comportamiento de Ben y parecía que mientras más tratara de analizarlo menos encontraría una respuesta, al final de cuentas resultaba ser un comportamiento incongruente, incluso para el mismísimo Ben 10.

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Mami Ben || BeVinWhere stories live. Discover now