Bonus

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Después de la batalla de Anaxes.

La República había ganado. La victoria fue por un lado reconfortante, pero por otro dolorosa. Habían muerto muchísimos soldados y Rex tuvo que despedirse de Eco. La primera despedida fue dura, pero esta iba a serlo más. Estaba vivo, eso lo agradecía muchísimo. Pero Eco se había ido con el Bad Batch y Rex se dio cuenta de que los viejos tiempos jamás volverían. Aquellos tiempos en los que no cuestionaba nada de lo que le decían. Esos tiempos en que no sabía lo que era una batalla real y lo que era perder a un hermano.

Rex acababa de recibir una noticia terrible. La primera fragata médica que salió de Anaxes había sido destruida. Cientos de sus hombres habían muerto y, entre ellos, Kix. Rex conocía a Kix desde siempre. Había crecido con él, con Jesse y con Hardcase. Ya fue duro lidiar con la muerte de Hardcase y no sabía como iba a superar esta. Tal vez no lo haría nunca. Aprendería a vivir con ello, igual que las otras tantas veces que un hermano había muerto. Pero tenia que decírselo a Jesse y sabía que no iba a tomárselo nada bien. Él fue a quien más le afectó la muerte de Hardcase, siempre habían sido muy buenos amigos y decirle adiós fue muy complicado, pero tenía Kix a su lado para ayudarlo en sus peores momentos. Pero esta vez Kix ya no estaba. Y Rex debía decírselo.

Esperó junto a las puertas del hangar. Jesse estaba ayudando a los pilotos a reparar sus naves. Los pilotos habían sufrido muchas bajas, como siempre, y Jesse quería echarles una mano.

Jesse vio a Rex, y dejó lo que estaba haciendo para ir con él. Podía ver perfectamente que estaba preocupado.

- ¿Esta bien, capitán? - Rex lo miraba fijamente a los ojos, con una expresión triste. Jesse tragó saliva para tratar de deshacer el nudo que se le había formado en la garganta.

- Tengo malas noticias... - Dijo Rex, cogiéndolo suavemente del brazo y llevándolo a un rincón. Jesse observaba al capitán con atención, preocupado por lo que fuera a decirle.

- Solo dígalo, señor. Estoy más que acostumbrado a escuchar malas noticias. - Dijo Jesse, tratando de sonar alegre. La mirada de Rex se perdió en el suelo durante un instante y luego sus ojos volvieron a encontrarse con los de Jesse.

- El transporte médico en el que iba Kix...– Jesse se mordió el labio con fuerza y cerró los ojos, asustado de las palabras que Rex iba a decir- Fue emboscado por los Separatistas. No hubo supervivientes.

Jesse repitió las palabras de Rex en su cabeza varias veces, porque se negaba a creerlo. Apoyó la espalda en la pared que tenia detrás, agachó la cabeza y se puso una mano en la frente para cubrirse los ojos. No quería llorar, no delante del capitán. Pero no pudo evitarlo. Cerró los ojos y las lagrimas corrieron por sus mejillas. "Kix... Siempre pensé que yo sería el que moriría primero... Como te atreves a irte antes que yo..." se dijo mentalmente, recordando la ultima vez que había lo había visto. "Buena suerte, hermano" Esas fueron las ultimas palabras que escuchó de Kix. "Tu también" fue lo ultimo que le dijo él.

Jesse sintió la mano de Rex en su hombro. - Lo siento mucho, Jesse. - Dijo el capitán, al borde de las lagrimas. - Si necesitas cualquier cosa... - Jesse negó con la cabeza y le dedicó una sonrisa triste a Rex.

- Me las apañaré, como siempre. - Rex alzó levemente sus brazos a sus lados, gesticulando a Jesse si quería un abrazo y, por primera vez en mucho tiempo, Jesse lo aceptó. Un abrazo triste y deprimente, pero el único gesto de cariño que un clon podía recibir.

Aquella noche Jesse buscó un rincón oscuro y solitario en el que llorar la muerte de Kix, y preguntarse qué era lo que su hermano había estado investigando durante todos esos meses y si era algo importante. Pero nunca se lo dijo así que nunca iba a saberlo. Jamás supo que Kix dio con la clave para salvar a la República. Y jamás supo que le esperaba una vida solitaria y triste.

**

Kix y la tripulación de Sidon Ithano habían ido a una luna remota a recargar sus suministros. Kix observaba todos los puestos del mercado con atención, con la esperanza de encontrar lo que el capitán les había pedido. Pero encontró algo que hacía muchísimo tiempo que no veía y que no esperaba volver a ver nunca. Se detuvo en seco, observándolo fijamente. Reveth, la Twi'lek que lo había ayudado a ponerse al día con la situación galáctica, se detuvo y lo miró.

- Venga, tenemos que darnos prisa. - Pero Kix no la escuchó y se acercó a lo que había llamado su atención.

Kix lo cogió. Estaba expuesto como si fuera una baratija. Estaba sucio y agrietado, pero eso le daba igual. Era un casco clon. Era el casco de Jesse.

Reveth se puso a su lado. Primero miró el casco, luego a Kix y finalmente al vendedor. -¿Cuanto? - preguntó.

- 150 créditos. - Contestó el vendedor, con una voz seria y profunda. Era todo el dinero que el capitán les había dado para los suministros. Kix agarró el casco con más fuerza y la Twi'lek suspiró. Sacó los créditos del bolsillo y se los entregó al vendedor. Reveth siguió caminando y Kix se apresuró por alcanzarla.

- Era... Todo el dinero que Sidon nos había dado... - Dijo Kix apenado. Y preocupado por lo que el capitán fuera a decirles. - No tenías porque hacerlo. - Reveth se detuvo durante un instante para mirarlo seriamente.

- No digas tonterías. Es evidente que esto es parte de tu pasado, de quien solías ser. Es mejor que lo tengas tu, a que esté en este mercado recogiendo polvo.

Kix limpió el casco en cuanto llegó a la nave. Los recuerdos inundaron su mente; La primera vez que sujetó un blaster, la primera vez que salió de Kamino, la primera vez que perdió a un hermano... La ultima batalla en la que luchó, la ultima vez que vio a sus hermanos, la ultima vez que vio a Jesse.

Abrazó el casco con fuerza y cerró los ojos, preguntándose porque la vida lo había elegido a él para pasar por todo lo que estaba pasando. Se maldijo a sí mismo por no ser capaz de olvidar y por no ser capaz de dejar el pasado a tras. Pero sabía que no podía hacerlo. "Si yo me olvido de ellos... Los clones de Jango Fett quedaremos en el olvido para siempre. Es mi deber, como el ultimo de los nuestros, preservarlos en mi memoria. Aunque me duela y no me deje encontrar algo de luz entre tanta oscuridad." Observó el vacío del espació a través de su ventana. "Espero que, estéis donde estéis, hayáis encontrado las paz que merecéis.



Fin. 

Kix - Una historia de Star WarsDär berättelser lever. Upptäck nu