Una semana había pasado desde lo ocurrido con Harry, después el no me había dirigido la palabra, continuaba trabajando y llendo al instituto, el había contratado a un señor de mayor edad.
Me había caído muy bien, tenia la finta de un abuelo cariñoso e inmediatamente nos habíamos llevado de maravilla.
Coloque unos vaqueros ajustados en mis piernas, después una blusa color verde, mis Vans negras, aplique mascarilla en mis pestañas y brillo en mis labios deje mi cabello suelto y baje a la sala.
Mire a Harry en la mesa con un portafolio en sus manos, me miro una fracción de segundos y volvió su vista a los papeles. Tome asiento a la otra punta de la mesa y metí una fresa de mi desayuno a la boca.
-Hoy iras conmigo a unos pendientes, nena.-Trague a secas el trozo de fresa en mi boca, solo asenti.-Después hablaremos.
Una sonrisa curvo sus labios y baje mi mirada antes de soltarle un par de maldiciones en el rostro.
Las marcas que me había causado hace una semana ya habían perdido el color morado de los primeros días.
Terminamos nuestro desayuno y nos montanos en el Range Rover.
En el camino note como la gran mano de Harry se deslizo hasta tomar la mía. No la aparte solo por el hecho de que no quería una pelea con el así que lo deje pasar.
Nos detuvimos frente a un edificio con grandes espejos en la entrada como puertas.
Harry estaciono y nos bajamos del auto. El tomo mi mano y juntos caminamos a la entrada.
Las enormes puertas de entrada se abrieron para nosotros y pude notar como todas las miradas de la estancia se posaban en nosotros. Decenas de 'Buenos Días, señor Styles' se escucharon a nuestro alrededor, Harry solo inclinaba su cabeza en forma de saludo.
Caminamos hasta un elevador y este se abrió al instante.
Con las manos entrelazadas subimos a el, Harry pulso un par de botones y este comenzó a moverse, mire su perfil y el me miro también, sonrió mostrando sus hoyuelos e inclino su cabeza descansando sus labios en los mios.
Suspire en el beso suave, movía sus labios delicadamente sobre los mios y se sentían tan cálidos y suaves.
Volví a suspirar cuando el elevador se abrió haciendo romper nuestro beso. El apretó mi mano y tiro de mi a su costado donde paso su brazo por mi cintura.
Un hombre de traje, asquerosamente ancho de hombros y con una barba crecida se detuvo frente nuestro, junto a una chica pelirroja de ojos azules, lucia tímida y llevaba puesto un vestido mas corto de lo decente.
-Harry, amigo, hasta que te dejas ver hombre.-Sonrió mostrando un diente de color oro. Arrugue mi nariz ante el hombre.-¿Pero quien es esta chica?
-Leonard, ella es mi chica, Skyler, Sky el es Leonard, un socio.-Asenti.
-Un verdadero placer, Skyler.-Mire como jalo bruscamente de la cintura a la chica a su lado, esta brinco asustada.-Esta es mi mujer, Lucy.-El muy mal nacido palmeo el trasero de la chica haciéndola jadear del susto. Mire sus ojos aterrorizos.
-Así no se trata a una chica, Leonard.-Escupi, mis impulsos ante todo, el arqueo una ceja en mi dirección.
-Skyler...-Advirtió Harry, pero lo ignore olímpicamente.
Leonard:Creo que deberías enseñarle las reglas, Harry.- los ojos de Leonard destellando furia hacia mi, los de la chica llenos de miedo y los de Harry ira.
Harry: es la mujer del jefe, Leonard.- lo miro con dureza.- ella no necesita reglas.
Dejamos atrás al tipo y Harry abrio unas puertas de cristal, dejandome ver una lujosa oficina.
