—Pues eso... —Claudia me mira con una ceja enarcada —Hoy se tenían que reunir con su equipo técnico en el hotel y se han ido esta mañana —la alegría ha desaparecido de sus rostros y la sustituyen tres caras largas.

—¿Y cuándo os despedisteis de ellos? —pregunta María

—Antes de irnos a dormir nos acompañaron hasta aquí y después se fueron —añade Lucía, después de eso se forma un silencio y veo como Claudia y Estela se echan a llorar.

—Ay chicas no lloréis —digo en un intento de hacerlas sentir mejor y me dispongo a abrazar a Claudia mientras que Paula va a abrazar a Estela —¿Queréis que hagamos un maratón de películas románticas? —escucho que ambas afirman entre sollozos.

Decidimos que vamos a desayunar dentro y nos acomodamos todas entre el sofá y las camas, me toca compartir la mía con Lucía. Echamos a suertes la película que vamos a ver y después de repartir los crêpes y el chocolate a la taza, los primeros segundos de "Titanic" empiezan a reproducirse.

Esta es una de mis películas favoritas, casi todas las que tratan de amor o de navidad me encantan. Soy una persona bastante sensible y literal que con cualquier película, tenga un final feliz o uno triste, lloro.

Se me ha pasado la película volando, ahora mismo está saliendo la escena final donde Jack y Rose se casan en el barco después de que ella muera, creo que no podría estar llorando más. Miro hacia mi derecha para ver cómo está Lucía y confirmo que estamos igual.

La mayoría hemos acabado llorando y decidimos que queremos ver otra película, esta vez la elige Estela. Para alegrarnos un poco hemos decidido ver Harry Potter, es una saga bastante larga y hemos planeado verla durante varios días.

Cuando termina la primera película ya es hora de comer y como ninguna tiene ganas de cocinar pedimos comida china.

El resto de la tarde consiste en un maratón lleno de magia, hechizos y palomitas.

Como hemos pedido mucha comida china nos da también para la cena y al acabar la quinta película decidimos que ya hemos visto bastante por hoy.

Nos despedimos unas de las otras y quedamos en que mañana nos pondremos la alarma para no dormir demasiado y cada una se va a su bungalow. Me quedo un rato respondiendo a los mensajes que me han mandado mis amigas y decido llamar a mi madre. Le cuento lo precioso que es el lugar y lo cerca que queda de la playa, ella me dice que ojalá pudiera estar aquí con nosotras. Decido omitir la parte en la que conocimos a los integrantes de One Direction por su propia privacidad. Después de media hora hablando le cuelgo y me dispongo a ponerme el pijama. Me voy hacia mi lado del armario y abro el cajón para sacar unos pantalones cómodos y una camiseta ancha, ha refrescado y decido coger también la sudadera.

Me dirijo hacia el baño y veo que está Lucía en la puerta

—¿Por qué no entras? —le digo extrañada porque lleva un buen rato enfrente

—Estela está dentro y dice que no va a salir hasta dentro de un rato —dice y suspira

—¿Necesitas algo Estela? —digo en un intento de ayudarla

—No, no, tranquilas... —parece segura de lo que dice, quizás solo necesita un momento a solas o simplemente le duele la barriga. Miro a Lucía y le pregunto

—¿Y si vamos a los lavabos comunitarios? A esta hora seguro que no hay cola...

—Buena idea —dice y acto seguido recoge su neceser

Los baños están muy cerca y llegamos en menos de dos minutos, cada una se pone enfrente de un lavamanos y nos comenzamos a cepillar los dientes.

—La verdad es que estoy sorprendida de lo bien que se lo han tomado las chicas... —dice ella —me esperaba que estuvieran todo el día llorando por no poderse haber despedido de ellos... —escupo la pasta de dientes y digo

Well... why not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora