Sleeping With My Brother's Girlfriend [MiChaeng]

Te amo

¿Nunca se han hecho las siguientes preguntas?

¿Por qué sonreímos? ¿Por qué reímos? ¿Por qué nos sentimos solos? ¿Por qué estamos tristes y confundidos? ¿Por qué leemos poesía? ¿Por qué lloramos al escuchar una canción? ¿Por qué se alborota nuestro corazón cuando amamos? ¿Por qué sentimos vergüenza? Y lo más importante, ¿Qué es esa cosa en las entrañas llamada "deseo"?

Eran muchas preguntas que inundaban la mente de esas dos chicas que vagaban por el bosque sin rumbo alguno. Caminando hombro con hombro, con pasos sincronizados y labios sellados queriendo decir todo y a la vez nada. Sus corazones latían como si fueran uno y sus manos sudaban de manera ansiosa deseando juntarse y jamás soltarse.

Se sentían molestas y a la vez nerviosas. No esperaban para nada encontrarse en esa situación de soledad en un lugar que estaba comenzando a causarles miedo y mucho menos esperaban estar juntas. Era como si el universo hubiese maquinado un plan para hacer que estuvieran solas.

Estaban confundidas a la vez, ¿por qué siempre terminaban juntas? No lo entendían, simplemente pasaba de manera espontánea y no sabían si culpar al destino o pensar en una simple casualidad.

– Hemos estado caminando en círculos – dijo Mina frustrada.

– ¿Cómo lo sabes?

– Hemos pasado por la misma piedra siete veces, Chaeyoung, es más que obvio que estamos perdidas – suspiró la mayor rindiéndose.

– Mi linterna se está quedando sin baterías y me está dando hambre – comentó Chaeyoung sentándose bajo un árbol.

Ya era inútil seguir intentando hallar la salida.

– Me pasa lo mismo – agregó la rubia sentándose a un lado de la menor.

– Es mejor que apagues tu linterna, Mina, no queremos desperdiciar luz que quizás más adelante necesitemos – aconsejó la pelinegra y Mina le hizo caso.

Chaeyoung sintió un leve temblor y frunció el ceño dirigiendo a su mirada hacia la chica a su laso percatándose que era ella.

– ¿Tienes frío? – preguntó.

– Sí, pero es soportable – respondió restándole importancia, pero mentía, sus huesos estaban comenzando a doler.

La japonesa cerró los ojos y los abrió de golpe al sentir un pequeño peso sobre sus hombros y un leve cambio de temperatura. Miró a Chaeyoung y su boca se abrió cuando notó que la pequeña se encontraba sólo con una camiseta de mangas cortas.

Ella había puesto su abrigo sobre sus hombros.

– Chaeyoung...

– Si alguien va a morir de hipotermia que sea yo – comentó con una pequeña sonrisa.

– No no, te enfermarás – dijo Mina intentando alejar el abrigo de ella pero la menor se lo impidió.

– Tranquila, estaré bien – mentía, por supuesto que mentía, su cuerpo no tardaría nada en congelarse.