Capitulo 5: No se que pensar.

626 20 0
                                    

Pasaron dos días desde esa particular visita de Benja a casa. En ese periodo de tiempo yo había salido con amigos y me había emborachado un poco, también conocí las sábanas de una muchacha y nos entregamos a nuestros instintos esa misma velada. Me sorprendió una de las cosas que sucedió esa noche:

En pleno acto, con la lujuria y la pasión que todo eso conlleva; a mi acompañante llamada Florencia, le dije claramente "Clara" en un momento...

Obvio que ella no dió importancia al asunto, éramos amantes de una noche después de todo. Pero mi cabeza no podía dejar de lado ese pequeño ¿incidente?, había pensado en Clara durante el sexo a tal punto que el sentimiento se me escapó por la boca modulando claramente su nombre. Algo me decía que parte de todo ese cambio que estaba ocurriendo en mi desde todo lo que ha estado sucediendo con Benja estaba motivado por sentimientos que tenía para con su madre, quizá por eso quería tanto al chico, porque en ese mar de pensamientos una parte de mi lo veía como un hijo, quizá no un hijo mío pero si el hijo de una mujer que ahora estoy ¿amando?. No lo sé muchas dudas, muchas cosas pasaban por mi mente.

Pensé en eso todo un día hasta que Benja me sorprendió entrando por la puerta trasera como siempre lo hacía.

-Seba!- Dijo a modo de saludo.

-Peque, ¿como andas?-.

En ese momento no le extendí la mano para saludarlo como lo hacía siempre, ni chocamos "los cinco", ni chocamos los puños; mi alterego paternal abrazó tiernamente al niño y estampó en su cabello un beso. Yo nunca había hecho eso, pero Benja era Benja; a tal punto llegó que cuando me quise dar cuenta lo tenía sentado en mi regazo mientras charlabamos en la mesa.

-Dice mi vieja si querés comer con nosotros esta noche-

Accedí con gusto a la invitación. -Decile que yo llevo el vino-.

-¿Seguis con ganas de empinar el codo vos?- Me dijo haciendo el gesto de beber con una botella.

Mocoso atrevido si los hay. De modo educado y con todo el cariño que mi Benja merece lo "saqué cagando". Él se fué a su casa mientras que yo me dispuse a pensar en que llevar para la mesa.

Mientras estaba en el super mercado viendo que si y que no podía llevar a mi encuentro con vecinos a la noche pasé por la sección de pañales y cosas para bebés. Desde yá que no pude evitar pensar en Benja, al mismo tiempo creía que sería bueno "blanquear" el asunto, es decir, romper con el secretismo del juego. ¿Que tenía de malo jugar a que el secreto se rompía y Clara pase a saber que su niño mayor es un bebé grande? para él sería bueno, al fin y al cabo fué una idea aprobada por su psicóloga y su doctora, y avalada por su madre.

Decidí que después de la cena las cosas iban a cambiar, siempre me caractericé por ser algo impulsivo así que esta noche no iba a ser la excepción. Compré pañales, toallitas húmedas, y la crema anti-rozaduras. Pondré a Benja en pañales esta misma noche en su casa, delante de su madre, si le gusta bien y si no, es un bebé.

Dos botellas de un excelente malbec serían suficientes para Clara y para mi, no tenía idea sobre que iba a hacer ella de cenar para acompañar tal escabio pero seguramente hacía alguna pasta al mejor estilo italiano que tantos argentinos supimos heredar.

Después de bañarme y vestirme "así nomás" para la ocasión llegué a la casa de Clara, tenía ganas de saltar por la medianera y entrar como hacía Benja en mi casa pero por las dudas no lo hice, ya veo que algún vecino me dispara por confundirme con un delincuente. Llevé en una mochila todo lo necesario para poner en pañales a mi bebote de nueve años.

Terminamos de cenar unos excelentes sorrentinos de ricota con salsa bolognesa, mejor conocida como ragú, cuando me dispuse a empezar el juego para "destapar" la condición de Benja.

VecinitoWhere stories live. Discover now