Epílogo

1.3K 76 6
                                    

- ¡Caspian! No tengo tiempo para esto, no solo tengo que encargarme de ti- grite tocando sin parar la puerta del rey.
Hacía ya dos años desde nuestro retorno a Narnia; Liliandi había frecuentado a Caspian en varias ocasiones y mi hermano estaba tan enamorado de ella que había decidido proponerle matrimonio hace unas semanas atrás
- ¡Caspian es tu maldita boda por amor a Aslan! - grité sin recibir respuesta del interior asi que abrí la puerta, esperaba encontrarme con un Caspian dormitando en su cama, pero en vez de eso, lo vi en la punta de su balcón

-Cas, se hace tarde y debes probarte el traje por última vez- dije acercándome a él, estaba muy callado
-Tú que crees que hubiera pasado si...- dejo la frase al aire, al llegar a su lado pude ver que tenía un pequeño retrato que habían hecho de Susan
-Caspian- acaricie su brazo y recargue mi mejilla en su hombro -Nunca lo sabremos, nunca sabremos como habría sido una vida a su lado, pero eso ya no importa, ellos no nos dejaron atados, ellos querían que nosotros siguiéramos y decidiéramos lo que más nos hiciera felices. Es hora de dejar de enfrascarnos en el pasado y en lo que dejamos ir, y no por ellos, si no por nosotros, por nuestro propio bien- dije admirando como el sol iba iluminando nuestro pueblo
- ¿Por eso aun usas el collar? - preguntó, me separe de él dándole un vistazo al collar, amarillo.
- ¿Tú quieres a Liliandi? - pregunté, ahora más distante
-Si, aunque nadie...- no lo dejé acabar
- ¿Estas enamorado de ella? - pregunté viéndolo a la cara
-Si- contestó pasándome el retrato de Susan
-Ahora cámbiate, el sastre no tardará en llegar- dije saliendo de la habitación con el cuadro de Susan en mis manos.

Corrí hasta mi habitación, coloqué el cuadro de Susan dentro de mi cajón para después arrancar el collar de mi cuello y guardarlo en una pequeña caja de madera desgastada bajo llave
-Perdón- susurré a la caja, como si mis palabras pudieran transmitir el mensaje, y con mi corazón en la mano salí de la habitación.

Aslan nos había honrado con dirigir la ceremonia, el sol apoyo dándole toques más cálidos de lo normal a la hermosa luz que entraba por los vitrales del salón.
Me dio paz notar a Caspian más seguro y con una sincera mirada de calidez a la que ahora era su esposa
-El cielo y la tierra han sido testigos de esta unión, y les pediré que cierren su promesa con un beso- dijo el león y ambos unieron sus labios en un tierno beso que inundo mi corazón de ternura
- ¡Larga vida al rey Caspian! ¡Larga vida a la reina Liliandi! - La sala se llenó de aplausos y gritos. La pareja se veía sumida en una esfera de infinita alegría que parecía poder ser eterna.

-Aslan- corrí hacia el león antes de que abandonara la sala
- ¿Que ocurre mi niña? - preguntó deteniéndose para esperarme con una sonrisa
-Hay algo que me aflige y supondría que tu podrías darme la respuesta- comenté algo tímida, aunque hubieran pasado ya años desde lo ocurrido en la isla de Coriakin cuando navegábamos de regreso a Narnia, ese hecho se había transformado en una espina que molestaba, ya que temía que cada día que pasara nos pudiera acercar más a la advertencia de la dama de los árboles.
Aslan hizo una seña para que continuara
-Hace ya dos años, cuando regresábamos... una dama de los árboles me advirtió de un peligro cercano y de un lazo en mi destino- comenté y su mirada se tornó seria
-Las respuestas a esas dudas que te afligen no puedo ni debo contestártelas, sin embargo, puedo aconsejarte que te apegues a eso que te ha traído hasta aquí, recuerda quién eres y aférrate a eso- contestó para después despedirse con un gesto de cabeza y continuar por el pasillo, dejándome en el medio de este con un nudo de enormes dudas que no había hecho más que aumentar.
-Kay, ven, es hora del banquete- escuche a Sur llamándome desde la entrada. tome media vuelta y fui con ella, dejando que la calidez del ambiente me embriagara.

El banquete había sido una delicia y la música me hacía mecerme a su compás mientras bailaba con Sur por el salón lleno de gente, hasta que cansadas nos sentamos al lado de un señor de ya bastante edad, con unos ojos levemente rasgados de un café bastante oscuro y una barba y cabello totalmente blancos y portaba una corona hecha de madera y hojas de metal dorado incrustadas.
-Iré a buscar a Einar- anuncio Sur mientras se volvía hacia los demás, perdiéndose entre vestidos y trajes
-Rey Cosme, es un honor- Le dije al rey haciendo una reverencia
-El honor es mío- respondió esbozando una enorme sonrisa
tomé asiento a su lado, mis pies dolían
-Espero que el trayecto no haya tenido ningún percance- comente mientras me servía una copa del espumoso vino
-Para nada guardiana, muchas gracias... ¿Podría? - pregunto acercándome su copa vacía, la cual rellene gustosa. para tener siglos de años se veía fresco y saludable
-Claro, su hija está más grande desde la última vez que nos visitaron- comente mientras veía a la bella dama de largo y blanco cabello bailar con su hermano, el príncipe Eiden, el joven con quien cruzaba miradas cada cierta luna llena desde que lo vi por mi balcón como si se hubiera convertido en un extraño ritual
-Mi bella Tala, es tan fiera como su noble lo indica- comento orgulloso para tomar un largo trago de vino
- ¿Entonces su nombre significa fiera? - pregunté sirviéndonos más vino
-Oh no, significa lobo- contestó para después tomar otro trago más largo que el anterior, a este paso no nos quedaría ni una gota mas.
-Los vientos susurran que te han otorgado un nuevo nombre- comentó
-Si, es Kayssa- respondí tomando un poco del vino, podía sentir como iba subiendo el calor por mis mejillas
-Y ¿Qué significa? - preguntó curioso
-Pureza- conteste -Lo veo algo sorprendido- agregué al ver su rostro mientras se servía un poco más de vino
-Es curioso si, en nuestra tierra tenemos un nombre parecido, pero significa algo un poco diferente- dijo el rey, su rostro se tornaba un poco más rojo a cada copa que bebía.
-Es Kahiza, significa "cambio de aire" o "aire de cambio" en este punto no lo recuerdo muy bien- dijo soltando una estruendosa risa -Y ¿quién te dio tu nombre Kayssa? - pregunto y se iba a servir otra copa cuando la mano de su hijo lo detuvo.
-Creo que ya ha sido suficiente vino por una noche- dijo el chico quitándole la botella y sirviéndose su propia copa.
-Guardiana Kayssa, un honor volver a verla, brindemos por eso- levanto su copa haciéndola chocar con la mía
-El placer es todo mío su alteza- conteste
-Nada de títulos, solo dime Eiden- contesto sorbiendo un poco de la oscura bebida, dándome una leve sonrisa
-Claro, Eiden- conteste imitándolo
-Retomando nuestro tema- carraspeo el rey
- ¡Oh si!, mi nombre me lo otorgo su majestad el rey Caspian- contesté
-Claro que hablaban de nombres, mi padre suele basar sus juicios por cosas un poco banales como los nombres- comento el príncipe lo que le provocó una risa a su padre
-No son cosas banales, son útiles, como por ejemplo tu nombre Eiden, significa fuego y siempre has sido una quemadura en el trasero asi que yo lo veo acertado- contestó el rey acabándose de golpe el poco vino que aún le quedaba en la copa provocando que el príncipe casi escupiera el suyo, mientras que yo ocultaba mi carcajada inútilmente con mis manos.
-Bueno, su majestad, creo que ha sido suficiente por hoy- dijo Eiden apresurándose a levantar a su padre de la silla.
-Si me disculpa Kayssa, tengo que llevar a mi padre a los aposentos que nos otorgaron antes de que su boca se afloje de más- contestó riendo, cosa que yo no podía parar de hacer.
- ¿Necesitas ayuda? - pregunte parándome con la intención de ayudarlo, pero me detuvo.
-Para nada, tengo práctica con los banquetes de otoño- contestó Eiden -Mejor déjame compensarte por este penoso comportamiento bailando una canción- sugirió mientras lo acompañaba hasta el pasillo donde se encontraban las habitaciones que se habían preparado para los invitados.
-Me parece un pago justo- bromee
-Estupendo, espéreme aquí, no tardare- comento para alejarse en el pasillo.

Y asi fue, cumplió su promesa y bailamos toda la noche junto a mis hermanos y hermana y su hermana de igual forma. La combinación de la música junto a nuestras sonoras risas, por fin me hizo sentir que nada faltaba.

Al día siguiente fuimos a despedirlos a la salida del castillo. Ez se encargaría de escoltarlos junto a un grupo de guardias hasta su reino
-Guardiana Kayssa, quisiera disculparme por mi terrible comportamiento de la noche anterior- se disculpó el rey con una enorme sonrisa y sus ojos inundados de pena
-No se preocupe su majestad, yo no note nada raro- comente y el asintió
-Joven discreta, me agradas- se despidió con una reverencia a la cual conteste de la misma forma
-Espero que pronto nos podamos volver a ver- le comenté a Eiden
-Lo mismo espero- dijo mientras nos despedíamos con unas reverencias -creo que hoy habrá luna llena, si no me equivoco- agrego lanzándome una sonrisa de complicidad mientras subía a su caballo y veía como se alejaba junto a la caravana y se perdían en la entrada del bosque.

Recuerdos (Las crónicas de Narnia y el viajero del Alba) #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora