Hawks Ese guitarrista que tenía vuelta loca su cabeza, en realidad detrás de esa máscara y esas alas se escondía su mejor amigo Takami Keigo que la amaba con locura.
Para Keigo, Hikari era su mejor amiga y la persona que amaba, sin embargo ¿como pod...
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No hablaron por el camino, Momo sabía que Hikari se encontraba diferente con miles de ideas en la cabeza y preguntas sin respuestas. La pelinegra estaba pérdida en los pensamientos constantes sobre Takami Keigo, Momo sabía que no iba a poder interrumpir en sus reflexiones puesto que ya nada la iba a sacar de sus pensamientos. No se dirigieron las palabras solo se despidieron con una sonrisa y una mano levantada, a la pelinegra le preocupaba lo que pudiese hacer Hikari cuando Keigo llegara, aun así se marcho sin oportunidades a decir nada ni consolarla.
Su cabeza era un mar de ideas y pensamientos todo mezclándose en un tifón enorme de abrumadores recuerdos, ella se sentó tranquila a esperar a que su mejor amigo tocará la puerta. Si bien Hikari no sabía que le ocurría tampoco podía tener en claro los sentimientos que la albergaron cuando vió a Keigo con otra chica, una que no era ella. La pelirrosa tenía miedo a que sus sentimientos fueran como ella pensara y acabaran rompiendo su amistad con el chico, la inquietud aumentaba mientras el minutero se desplazaba torturosamente por el reloj de la sala. Sus inseguridades no disminuían y esa era la primera vez en mucho tiempo que ella no quería escuchar Ultra Stars, más bien porque sabía que despejaría sus dudas y su amor platónico por el guitarrista debilitaron sus pensamientos por Takami.
Hawks no era muy diferente a ella, poseía miedo de ir y toparse con la sonrisa feliz de su amiga bailando al ritmo de las canciones de Ultra Stars, olvidando por completo su encuentro en el concierto. Jirou le dio un pequeño codazo tratando de animarlo mientras se dirigían hacia lo que Keigo llamaría el matadero, osea su casa, él quería contarle toda la verdad a Hikari pero ¿y si lo rechazaba? ¿y si todos esos pensamientos solo eran cosas inútiles? A lo que Keigo tenía más miedo era al rechazo de Hikari como él y que cuando le dijera que era Hawks su actitud cambiara.
En el mismo minuto la misma hora ambos suspiraron agotados por sus miedos, diferentes escenarios veían pero su razón de suspiro era la misma. Hikari quería mucho a Keigo como amigo, Keigo amaba a Hikari como algo más pero esos sentimientos aun no conseguían llegar del todo a la chica de ojos azules. Allí se encontraba ella en el sillón esperando su regreso, él en cambio estaba frente a la puerta buscando sus llaves para entrar, las manos de ambos temblaban un poco a causa la respuesta del otro, aún así cuando Keigo abrió la puerta ambos dejaron los nervios. Los ojos azules de la chica se toparon con aquellos ojos color avena del rubio, él tragó en seco y entró a su hogar.
—Estoy en casa —murmuro suavemente con dudas de si entrar por completo o quedarse en la entrada.
Hikari lo veía con una sonrisa dolida, sin contener todas sus emociones que en el paso del tiempo solo se hacían más fuertes, aquella tristeza que sus ojos profesaban. Keigo no veía música puesta, tampoco que la chica sosteniera su celular como pensaba, más bien ella estaba tranquilamente esperándolo a él. Sus orbes amarillos pardientos detallaron cada facción del rostro de la chica, se veía decaída y triste como si se fuese a desplomar en cualquier momento.
—Bienvenido. —Su voz débil se coló por los sentidos auditivos del chico, ahí Keigo sintió como su corazón se apretujaba contra su pecho—. ¿No tienes nada que contarme? —La suavidad con que realizó aquella pregunta dejaba desconcertado al chico, quien en esos momentos no sabía si desear que las alas de su disfraz fueran verdaderas para salir volando en cualquier momento de aquel lugar.
