♯ 𝟬𝟵

3.3K 336 637
                                    

capitolo nove

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

capitolo nove

Eu, tanto tiempo. ─ dijo mi tío cuando abrió la puerta, si estaba otra vez en la casa de mi tío para jugar a los jueguitos. Me volví adicta ¿ok?

Hace dos semanas no vengo. ─ dije rodando los ojos.

Bueno che, pero se te extraña. ─ pase adentro y el cerro la puerta. ─ Ah, si Jaeden está acá, le dije que ibas a venir vos y el quiso venir también.

─ Lo tengo loquito al nene. ─ Jodí. Mi tío rodó los ojos.

No, no podés tener novio hasta los treinta. ─ Dijo.

Pero vola de acá, mira si te voy a hacer caso manga de boludo. ─ contesté. ─ ¿Y la Mel?

Se fue a visitar a su mamá, todos los fin de semana va. ─ Dijo mientras subía las escaleras y yo obviamente lo seguí.

Eh ahora que me acuerdo te quedaste con mi vuelto, gil de mierda, alto chorro. ─ Dije.

El se hizo el sorprendido. ─ ¿Posta? No me había dado cuenta boluda. ─ Se puso una mano en el pecho. ─ Te pido mil disculpas bolu, no sabía nada.

Si dale, rata. ─ contesté y el empezó a reír. ─ No sos gracioso Raúl, eran dos dólares, ¿Sabes la guita que es eso?

Acá no es nada, así que cállate. ─ llegamos a la puerta y la abrió.

Había decorado más la pieza, tipo le puso unas luces LED, un mueble donde estaban los juegos y habían pósters. Mi tío no madura ni aunque le paguen.

Jaeden estaba sentado en la cama que había ahí con el celular, se notaba que estaba en Instagram y le daba me gusta a una foto de una rubia. Mis dotes como tóxica lo vieron, na mentira no soy tóxica, me parece re bobo ser así.

─ Hey, Sofi. ─ saludó, se paró y me dió un beso en el cachete. Ah mira, esto es nuevo eh. ─ ¿Cómo estás?

─ Bien, ¿tu? ─ pregunté, me senté en la cama y me tire para atrás acostandome.

─ Estoy bien. ─ contesto con una sonrisa.

─ ¿Estás muy cansada? Solo caminante unas calles. ─ Dijo mi tío.

─ Si, estoy cansada. ¿Me traes algo para tomar? ─ pregunté mirándolo.

El puso cara de perro rabioso ahre, me miró mal y después miro a Jaeden. ─ Bueno, voy a comprar una Coca cola. ─ siguió mirándome mal, dió unos pasos atrás y salió por la puerta.

𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓𝐈𝐍𝐀 ── jaeden martellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora