XVII. Son pololos, son pololos

560 20 59
                                    

Notas: capítulo de larga duración chiquillas/os <33

-

27 de marzo, hueón, entre puro solcito y buena vibra, yo regreso por fin a Santiago. ¡Puta que echaba de menos mi país, hueón! A veces como que uno no es consciente de lo que pesa pasar tanto tiempo fuera de su país, pero cuando volví' y sobre todo cuando volví' pa jugar por la selección, te dai cuenta de que llevai mucho tiempo allá afuera y de que esa hueá al fin y al cabo te pasa la cuenta. Como que el aire que uno respira incluso es diferente, lo sentí' como propio e igual es super nostálgico, yo me bajo del bus con los audífonos, detrás del Huaso, con todas las cámaras encima, con los periodistas preguntándonos hueás y, chucha, qué rico se siente volver a Chile y qué rico se siente ponerse otra vez la camiseta de La Roja.

Hace tiempo que no jugaba en el Nacional; sabí que miro alrededor, las instalaciones, los camarines y es como si todo me pareciera nuevo, como si nunca antes hubiese pisado el estadio. Me encanta volver a jugar acá porque es mucho más que sentir a los hinchas, hueón, a la gente llegando, alentando, los olores, los cánticos, es que estai en tu casa, po hueón. Te hací fuerte, como que sentí' que podí contra todos y bueno, igual esa hueá me da un poco más de ánimos pa salir a pelearla contra Colombia y pa otra cosa también, que no me ha dejado de rondar la cabeza desde que el Paulo se fue de Juárez.

Esta hueá me la he pensado caleta, como que de verdad está en mi cabeza cuando estoy entrenando y cuando estoy jugando y cuando estoy acostado o comiendo, como que de verdad no se va porque es brígida po, hueón. Onda, imaginarlo ya era complicado y ahora que estoy decidido a hacerlo como que igual se me pasan más trancas por la mente e igual me cuestiono más las cosas, pero pico, llegué a esta decisión, llegamos hasta acá, no lo voy a echar todo por la borda. Es la hueá que quiero hacer no más, lo que me nace del corazón, lo que siento que está bien, lo que quiero que profundice esta hueá sin nombre que tenemos y que pa mí es cada vez más importante y cada vez más necesaria.

Yo quiero pedirle pololeo al Paulo.

Ya, no sé si esa hueá se sigue usando en verdad, no viste que ahora la gente onda atraca altiro y bueno, es no más, pero puta, yo siempre fui más a la antigua po y con el Paulo llevamos en esto más de nueve meses. Hace harto atrás ya aceptamos que nos queremos y yo dejé a la Pame por eso mismo también y puta, no sé, siento que es lo natural, lo que viene, que es ese pasito que tanto tratamos de frenar pero que ya no podemos contener.

Y esa hueá me pone muy feliz y muy nervioso también.

Le voy a pedir pololeo a un hueón. ¡A un hueón! Voy a tener pololo, ¡POLOLO! (bueno, suponiendo que el Paulo me diga que sí, pero hueón, por qué se negaría, si yo cacho que este hueón sueña con el día que le regale un anillo). Cuático, ¿sí o no? Nunca he tenido pololo, o sea, siempre anduve con minas, siempre le pedí pololeo a minas. Se siente raro ahora, como que no sé bien cómo explicar las sensaciones que se me pasan por todos lados. ¿Se hace igual que con una mina? ¿Debería haber ideado alguna hueá más romántica, habérselo pedido antes o en alguna instancia más privada? Capaz po, pero quizás cuándo nos vayamos a ver de nuevo y como que yo de verdad quiero dar ese paso. Además, tampoco fui tan penca, le compré un regalito.

Tengo la caja bien guardada en mi mochila, por si acaso. No es un anillo eso sí, es una cadenita que encontré muy bonita, un día que andaba comprando unas hueás por el mall y pasé frente a una joyería. Es chistoso, pero la vi y lo primero que pensé fue que se vería bien en el cuello del Paulo. De ahí me sentí medio tonto por pensar esa hueá, pero entré igual y consulté. Es de oro, es trenzada, apegada al cuello. La mina que atendía me la mostró y puta, me convenció bien rápido y mientras la ponía en la cajita y me hacía la boleta me dijo como "a su esposa le va a encantar este regalo". A mí me dio por reírme, pero atiné a sonreír no más. Bueno, espero que a mi pololo le guste su regalo.

A Primera Vista | Paulo Dybala & Ángelo SagalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora