𝐁𝐚𝐣𝐨𝐧

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Habían pasado un par de horas, el efecto se estaba yendo de a poco y me estaban entrando ganas de comer algo rico pa saciar el bajon.

Tomé mis pantalones que estaban sobre mi cama y me los puse, luego las zapatillas, y me arreglé el cabello. Me mire al espejo y me puse un gorro, era de noche ya y estaba empezando a hacer frío.

Pesqué mi celular, las llaves que estaban sobre mi velador y diez lucas que estaban al lado de ellas. Antes de salir por la ventana escribí una nota por si la anita llegaba a entrar denuevo, ella es la única a la que tengo permitida entrar.

Iré a comprar algo para comer,
no te preocupes vuelvo pronto.

-Bastian.

La dejé sobre la cama, y abrí mi ventana, dormía en el piso de abajo y mi habitación daba hacia la calle, así que podía salir las veces que me diera ganas sin hacer algún tipo de ruido o dejar rastros por la casa. Aunque aveces lo hacia para hacer enojar a mi padre y que su vieja pateara la perra por darme tanta libertad.

Eran chistosas esas peleas porque hacía notar que no me importaba, y eso lo hacía enojar más.

Saqué la wea que tenía asegurada mi bicicleta que estaba en la entrada, y me subí sobre ella, era una BMX, ahorré para comprarmela trabajando todo un verano, por eso le tenía tanto cariño.

Rato después iba por la huella del centro con una mano en el bolsillo, a pesar de ser verano, la noche estaba helada, sentía la nariz fría, junto a mis manos.

Ya me había alejado algo de mi casa, cuando a lo lejos, veo un local de comida rápida abierto, mis tripas me pedían algo así para saborear, la foto que tenía el letrero me había hecho dar apetito, y ante esta situación comería lo que sea. Apuré el cleteo, y fui pensando que pediría, 1/4 de pollo con papas fritas no me vendría mal.

De sólo pensarlo se me hacía agua la boca, con una coca-cola heladita al lado, wea exquisita.

Apenas llegué dejé mi bici en la entrada con su respectivo candado y me subí los pantalones, los cuales tenia por la mitad de la raja. Entré al local y vi la carta, ya tenia decidido lo que quería comprar pero quería ver si había algo más que llamara mi atención.

No encontré nada, así que pedí lo que pensé en un principio, la señora anotó mi pedido y me senté a esperar.

Suspiré y saqué mi celular del bolsillo, respondí unos mensajes, y levanté la mirada al ver que algo entraba al local.

Y vaya que eso sí llamó mi atención.

Eva [terminada] Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt