Los Búhos

8.4K 457 163
                                    

Si el amor fuera cosa de suerte creo que cualquier posible rastro de mi optimismo desaparecería. Nunca he ganado nada en alguna rifa o sorteo, supongo que el azar no es para mi, de hecho siempre fui el menos suertudo entre mi hermano y yo. Si tan solo pudiera tener algo de la suerte que otros tienen en el amor no tendría que haber esperado años el retorno a Japón de mi amor platónico, el pequeño ninja recién llegado de Brasil, Hinata Shouyou, quien solo puede demostrarme cada día cuan ingenuo puede llegar a ser.

Los primeros días de su llegada a Japón fueron todos para instalarse en su departamento e intentar incorporarse, para mi deleite, nada mas ni nada menos que mi actual equipo, los MSBY Black Jackals. Desde el día que me enteré de la solicitud del pequeño cuervo esperé con ansias el momento en que fuera admitido oficialmente y sea parte de nuestro armamento. Una vez alcanzado su objetivo, el nuevo rematador de mi equipo me comentó que solo le quedaba una tarea pendiente después de unirse a nosotros.

-Debo visitar a Kenma- Me comentó saliendo del gimnasio después de una agotadora tarde, fue su respuesta luego haberlo invitado a cenar.

-¿Debes?- Pregunté un poco extrañado por esa elección de palabras.

-Si, si no voy se molestará- Me responde con naturalidad, como si fuera normal tener deberes con su amigo -Me dijo que fuera a verlo tras llegar a Japón pero le pedí tiempo para poder instalarme y prepararme, ahora que terminé debo ir, se lo prometí.

Me molesta un poco el "deber" pendiente del pequeño cuervo, como si ese amigo suyo intentara controlarlo, pero quizás es solo paranoia mía y son simplemente amigos cercanos, después de todo me enamoré de alguien mucho mas sociable que yo.

-Relájate Shouyou-kun- Le digo rodeándolo por el hombro -Tu amigo no sabe que ya ingresaste al equipo, podrías darte un día más para ti y para que salgas a celebrar con tu nuevo armador ¿Que dices?

Sé que lo que acabo de decir hubiera sonado totalmente insinuante con alguna otra persona, intento mantenerme relajado pero Shouyou-kun me hace sentir tan inseguro que me siento estúpido tras haber hablado. Pero el pequeño cuervo es demasiado ingenuo, los coqueteos parecen resbalarle al ninja y solo me mira con su par de enormes ojos brillantes pensando quizás en que decir para rechazarme. Para ser un ninja es bastante lento en estos temas.

-Claro.. si quieres.. también puedes decirle que venga con nosotros- Intento borrar toda mala intención de mi propuesta.

-¡Imposible! Él nunca sale de casa a menos que sea por negocios- Dice algo exaltado, ese amigo suyo suena a que tiene una difícil personalidad -Además él sabe que hoy fue mi prueba, nos mensajeamos casi a diario... lo siento mucho Miya-san pero en serio tengo que ir con Kenma o se enojará conmigo.

Para decirme esto último el pequeño cuervo me mira con unos ojos tiernos que me suplican comprensión, veo a ese par de esferas brillantes bañarse con la luz del atardecer, su piel bronceada y sus revoltosos cabellos anaranjados iluminados tampoco quedan atrás en belleza, esta es una imagen por la cual debo luchar para resistirme o terminaré robándole un beso, pero sería una total locura hacerle eso... estar demasiado cerca de este chico es realmente peligroso.

-Descuida, entonces aparta otro día para mi- Le digo mientras nos doy algo de distancia -Después de todo.. desde ahora pasaremos mucho tiempo juntos Shouyou-kun- Lo miro con una sonrisa cálida y mirada fija, esperando algún tipo de reacción.

Solo unos pares de pestañeos nerviosos, un titubeo en sus labios o hasta el mas tenue de los rubores en sus delicadas mejillas, espero cualquier señal que me diga que el pequeño cuervo me nota. Pero en su lugar obtengo su sonrisa amplia, la cual a mi me hace sentir un creciente calor en el rostro y mis piernas temblar, por último siento que me derrito en frente de él con el corazón acelerando.

La Melancolía Del ChacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora