Capítulo 18

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Cuando Harry regresó al coche, en lugar de dirigirse hacia su apartamento condujo hasta la casa de su padre. Un año antes, cuándo Desmond volvió a casarse, dejó de trabajar y compró una casa pequeña con un enorme jardín. Tras aparcar ante la casa, en lugar de dirigirse a la puerta principal fue a la parte trasera, donde probablemente encontraría a su padre y a su madrastra, Iris.

Efectivamente, Iris estaba sentada bajó una sombrilla, bebiendo té frío, mientras Desmond recogía tomates y otros vegetales en medio de la huerta. Era una escena idílica y, por un motivo, irritó a Harry.

—¡Que sorpresa tan agradable! —Iris sonrió abiertamente —Desmond, mira quien ha venido.

Desmond alzó la mirada y sus rasgos se distendieron en una sonrisa.

—Hola, hijo— salió rápidamente del huerto, dejó la cesta con los tomates en la mesa y palmeó cariñosamente la espalda de Harry— Tratamos de hablar contigo el jueves por la noche para que nos acompañaras a cenar.

—He estado fuera toda la semana por asuntos de negocios—replicó Harry. Su padre le indicó un asiento y él lo ocupó, sin saber con exactitud qué lo había animado a hacer aquella espontánea visita.

—¿Te apetece un poco de té frío? —preguntó Iris. Harry asintió con la cabeza.

Cuándo Iris entró a la casa, Harry miró a su padre. Desmond Styles siempre había sido un hombre de aspecto distinguido, el pelo cano en la sienes y el físico de alguien de mucha menos edad. Vestido con unos vaqueros gastados y una camiseta, aún parecía distinguido, pero también relajado... y más feliz que nunca.

Felicidad... Harry nunca se había sentido tan infeliz en su vida como en aquellos momentos.

—Te ves muy bien padre. Cada día que te veo pareces más joven.

—La satisfacción es la fuente de la juventud —exclamó Desmond y Harry suspiró.

—No lo sabía.

—¿Problemas?—preguntó, mientras ocupaba asiento a lado de su hijo. Harry asintió, pero no habló al percatarse que Iris volvía. Desmond sonrió a su esposa mientras les alcanzaba las bebidas y luego volvió a mirar a Harry.

—¿Cuál es el problema, Harry? —preguntó Iris. Ella y Desmond intercambiaron una sonriente mirada. Harry sonrió, pero la sonrisa se desvaneció rápidamente de su rostro.

—Mi asistente va a presentar su renuncia mañana y no estoy seguro de lo que voy a hacer—suspiró frustrado, y dió un sorbo a su té frío.

—Contratar otro asistente, o tal vez una secretaria—dijo Desmond.

—No es tan sencillo—protestó Harry—Louis es algo especial.

—En ese caso, puede que necesites un par de intentos antes de conseguir otra persona tan adecuada como él —Harry frunció el ceño.

—No, esa no es la cuestión. Louis es realmente especial. Me hace reír y estimula mi mente. Me tiene a raya y hace que sea mejor persona. No puedo quedarme sin el.

Iris miró a Harry con una pequeña sonrisa.

—Pensé que estábamos hablando de tu asistente—levantó una ceja.

—Y así es—replicó Harry. La sonrisa de Iris se ensanchó.

—No nos habías comentado que estabas enamorado de Louis.

—¿Enamorado?—alzó una ceja—Eso es ridículo —protestó Harry.

—A mi me suena a enamoramiento—agregó Desmond con una sonrisa en sus labios.

El corazón de Harry latió mas deprisa al pensar en lo que acababa de decir. Louis. La imagen de su rostro sumergió su mente, la luz dorada de sus ojos, su preciosa sonrisa, su contagiosa risa. Pensó en su ágil mente, en la calidez de su mirada, en su expresión cuando le habló del amor que sentía por su hermano, en el doloroso vacío que había dejado en él, el abandono de su padre.

Lo amaba.

Darse cuenta de ello fue realmente impactante. De algún modo, durante la semana anterior se había enamorado de su asistente. Miró a Iris, y luego a su padre, anonadado por la revelación de su corazón. Iris rió.

—Tenía que pasar en algún momento —dijo Desmond sonriendo— Enfréntate a ello, muchacho. Pareces un hombre enamorado.

—Pero... se suponía que no tenía que pasar —protestó Harry. Se suponía que el no se enamoraba.

De pronto comprendió que ese era el motivo por el que elegía las mujeres con las que salía... por que con ellas estaba seguro. Sabía instintivamente que no había modo de que su corazón se implicara con aquellas mujeres bellas pero superficiales que elegía por compañeras.

—No puedes elegir el momento en el que el amor te encuentra, Harry—expresó Desmond—Yo adoraba a tu madre, y cuando murió, juré que no volvería a entregar mi corazón a otra mujer. Tenía miedo. No quería volver a sufrir—alargó una mano y tocó la de Iris en un gesto en el que Harry vio amor verdadero y compromiso— Entonces apareció Iris y supe que merecía la pena correr el riesgo de volver a sufrir.

Harry asintió, pensativo. Estaba enamorado de Louis. Podía hacerse a la idea de no volver a contar con él como asistente, pero no podía soportar la idea de pasarse la vida sin él. Miró nuevamente a su padre.

—¿Y que hago ahora? —suspiró profundo y Desmond sonrió.

—Lánzate, dile que lo amas. Te prometo que el riesgo merece la pena. Y si no corres el riesgo, te pasaras la vida preguntándote que habría pasado si lo hubieras hecho.

Harry se fue unos minutos después, más confundido de lo que estaba antes de llegar. Quería a Louis. Y él tenía intención de dejar su trabajo el lunes. No sabía lo que Louis pensaba sobre él, si tenía algún pensamiento positivo hacia su persona. El primer día de su supuesto matrimonio el castaño le había dicho que era egoísta, egocéntrico y engreído.

¿Seguiría pensando lo mismo? ¿Habría cambiado de opinión sobre el durante aquella semana? Evidentemente no, pensó sintiendo una punzada en su corazón. Después de todo, Louis había decidido abandonarlo en dos semanas.

Mientras conducía hacia su apartamento, decidió lo que debía hacer. Tenía dos semanas para hacerle cambiar de opinión, dos semanas para lograr que se enamorara de él.

Y cuando Harry Styles se empeñaba en algo, no se detenía hasta conseguirlo.

Esposo perfecto ➳ larry stylinson TERMINADAحيث تعيش القصص. اكتشف الآن