Capítulo 17

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Era imposible identificar el momento concreto en el que había sucedido. El amor había llegado con las risas, con el respeto, a pesar de sus diferencias. El amor había superado las barreras, había abrazado las similitudes hasta convertirse en algo demasiado grande como para no prestarle atención.

No supo con exactitud cuándo se quedó dormido Harry. Dio vueltas y se movió al menos durante una hora, hasta que por fin se quedó quieto, respirando profunda y acompasadamente. Cuándo creyó que estaba dormido, Louis se volvió para mirar el rostro del hombre al que amaba. Aquella misma tarde lo había acariciado con sus dedos, y estos conservaban la memoria sensorial de sus mejillas, de sus ojos, de la suave curva de sus labios. Su cabeza estaba llena de recuerdos de sus rasgos, riendo, pensativo, avergonzado...

Se tumbó de espaldas y apoyó una mano en el vientre. Cuanto le gustaría llevar dentro a su hijo, que maravilloso sería llevar en su interior una semilla de amor que floreciera en un bebé. Suspirando profundamente, volvió a tumbarse de costado. Miró la pared hasta que las luces del amanecer comenzaron a entrar por la ventana. No quiso dormirse. No quería que su cuerpo tuviera la oportunidad de acabar de nuevo entre los brazos de Harry.

Cuándo, poco después, sintió que el rizado comenzaba a moverse, simuló estar dormido. A pesar de estar de espaldas a él, logró percibir que lo observaba. Al cabo de un rato, Harry se levantó de la cama, y entró en el baño. Louis tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para no romper a llorar de nuevo. Trató de convencerse de que Harry no merecía sus lágrimas, de que era una persona obstinada, egoísta, engreída... todo lo que él odiaba en un hombre. Pero sabía que todo aquello no era cierto, Harry era un hombre seguro y con una maravillosa capacidad para reírse de sí mismo.

Frotándose una vez más los ojos, supo lo que debía hacer, que no había otra alternativa.

Esperó hasta después de desayunar, hasta después de despedirse de las demás parejas y de Brody y Bárbara. Espero hasta que, varias horas más tarde, después de haber comido en el camino, se hallaban a sólo unos kilómetros de Great Falls y ya no había forma de dilatar el asunto.

—Harry—empezó, esperando que él no captara la emoción de su corazón en el brillo de sus ojos.

—¿Si?—le dedicó una rápida sonrisa, sonrisa que atravesó a Louis, intensificando su dolor, pero también su determinación.

Louis respiró profundamente.

—Quiero avisarte, bajó las dos semanas de antelación estipuladas por la ley... —mordió su labio y tomó un poco de aire por la nariz —Voy a dejar de trabajar para ti.

Harry pisó el freno, haciendo que el conductor que circulaba tras él tocara el claxon varias veces, irritado.

—¡¿Que?! —no debía haber oído bien. Louis no podía haber dicho lo que creía que había dicho.

—Dejó mi trabajo y te aviso con dos semanas de antelación—volvió a repetir.

—¿De qué estás hablando? —preguntó Harry, tratando de concentrarse en la conducción y mirando al castaño al mismo tiempo. Finalmente, decidió que no podía hacer ambas cosas. Giró el volante y detuvo el coche en el arcén. Lo miró un momento, deseando que retirara sus palabras, pero Louis le sostuvo la mirada con expresión desafiante—¿A que viene esto Louis?

—No viene a nada—protestó Louis —Llevó ya un tiempo pensado en ello.

—¿Es por lo que pasó anoche? —Harry observó como Louis se ruborizaba—¿Es por eso verdad?—golpeó el volante con la palma de la mano—¡Joder! Ya te dije que lo sentía, que no debía haber sucedido. Cometí un terrible error. Lo reconozco.

—Esto no tiene nada que ver con lo que sucedió anoche—replicó Louis—Que pretencioso de tu parte asumir que tiene algo que ver con eso —añadió secamente.

—¿Entonces, por qué? —Harry pasó su mano por el pelo y lo miró sin ocultar su ansiedad. No podía estar hablando enserió. Tal vez Louis tenía un sentido del humor retorcido del que no había hecho gala hasta ese momento.

Louis suspiró y miró por la ventana un momento. Luego se volvió hacia él.

—Estoy cansado de trabajar para ti, Harry. Estoy cansado de encargarte la comida, de recogerte la ropa de la tintorería. Estoy cansado de comparar el regalo de cumpleaños de tu padre y enviar flores a tu mujer del momento—suspiró irritado— Cuando me contrataste no me dijiste que sería una mezcla de madre, asistente, esposo. Dijiste que tendría la oportunidad de aprender.

—Todo será diferente cuando volvamos—se apresuró a hablar Harry, desesperado. Tenía que hacerle cambiar de opinión. Debía lograrlo a toda costa— Te dije que las cosas cambiarían, y así será— no podía imaginar la oficina sin él. Louis era quién conseguía que todo marchara como era debido —Te juro que cambiaran. Conseguiré a otra persona para que se ocupe de parte de lo que hacías hasta ahora. Así tendrás más tiempo para centrarte en otras cosas.

—No te creo—se cruzó de brazos.

—¿Que quieres decir con que no me creés?—preguntó Harry, incrédulo—¿Por qué no habrías de creer en mí? —Louis suspiró pesadamente.

—Acabas de pasar una semana mintiendo Harry, he tenido siete días para comprobar lo buen mentiroso que eres—replicó irritado.

—Eso es diferente. ¡Ahora no estoy mintiendo joder! —protestó Harry, sintiendo un creciente pánico que le hizo alzar la voz más de lo normal.

—¡El caso es que no quiero trabajar más para ti! —le espeto Louis, alzando igualmente el tono.

Harry respiró profundamente, tratando de calmarse, luchando contra el pánico que amenazaba con apoderarse de él. Por la expresión de Louis, sabía que estaba totalmente decidido. También sabía que no tenía sentido discutir con él... al menos allí y en aquel momento.

—Solo aceptaré tu dimisión si me la presentas por escrito el lunes por la mañana en la oficina—dijo finalmente.

—Bien—replicó Louis, y volvió a mirar por la ventanilla.

Harry lo miró, buscando en su mente alguna forma de hacerle cambiar de opinión. No era posible. Louis era el mejor asistente que había tenido. No estaba dispuesto a perderlo. Volvió a arrancar el coche y se reincorporó en la autopista, para pocos minutos después detener el coche en la puerta de la casa de Louis.

—Por favor, reconsidera lo que estas haciendo —habló volviendo hacia Louis. El castaño negó con la cabeza—Tienes el resto del día. Solo te pido que lo pienses bien—Harry suspiró, frustrado ante la idea de tener que trabajar sin él.

—Adiós, señor Styles —Louis no espero a que dijera nada más. Salió del coche y abrió la puerta trasera para sacar su maleta. Harry salió rápidamente y se la quitó de la mano.

—Te juro que las cosas cambiaran. Solo tienes que darme la oportunidad —habló mientras lo acompañaba hasta la puerta. Dejó la maleta en el suelo del porche y miró a Louis con expresión suplicante.

—Me voy, Harry—tomó su maleta y abrió la puerta —Nos vemos mañana.

Harry permaneció en el porche después de que la puerta se cerrará tras de él. Luchó contra el impulso de derribarla, o de entrar por una ventana para volver a enfrentarse a Louis. Le aumentaría el sueldo, reduciría su jornada se trabajo... Haría todo lo que fuera necesario para conservarlo.

Esposo perfecto ➳ larry stylinson TERMINADATempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang