Capítulo 7

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La cena resultó muy agradable. Louis y Harry fueron presentados a otras dos parejas con las que iban a compartir aquella semana. Harry, a decir verdad, había tratado muy poco con gente casada, dedicaba casi todo su tiempo al trabajo, a las citas, o a estar solo. Para el resultaba interesante ver a las otras parejas, comprobar la comodidad con que los maridos y las mujeres se relacionaban.

A pesar de todo, siempre había creído que el matrimonio implicaba entregar partes de uno mismo que nunca se recuperaban. Y el no quería compartir ninguna parte de sí mismo con nadie. El matrimonio podía estar bien para otros, pero no para él.

Después de comer, las cuatro parejas fueron al cuarto de estar a beber algo. Como solía suceder habitualmente en todas las reuniones sociales, no pasó mucho tiempo antes que las mujeres, incluyendo a Louis, se reunieran en un grupo y los hombres en otro.

Mientras Stan hacía preguntas relacionadas con el rancho, Harry vio su atención dividida en escuchar a los hombres y mirar a las mujeres.

Louis lo había sorprendido con su facilidad de palabra durante la cena. En la oficina solía ser siempre muy silencioso, pero esa tarde no había sido así. Había platicado en un animado debate sobre política, haciendo reír a los demás con sus ocurrencias en varias ocasiones.

Brody le puso una de sus enormes manos en un hombro —Te has casado con un muchacho estupendo, amigo—dijo sonriendo—Siempre he sabido que eras un hombre de negocios hábil, pero debo confesar que tenía mis dudas respecto a tu vida privada. Al parecer estaba equivocado—frunció el ceño pensativamente—Lo que no entiendo es por qué en todos los artículos que he leído sobre no mencionan a tu damita.

—A Louis no le gusta ser el foco de atención, prefiere pasar desapercibido—contestó Harry.

—Es un chico brillante y muy agradable. Eres un hombre afortunado—el rostro de Brody se iluminó mientras miraba a su propia esposa—Se muy bien lo que es ser afortunado—hizo una pausa y se giró hacia las personas en la habitación—Bien, ¿quién quiere otra bebida?

—Puedes llenar mi copa—dijo Harry. Tenía la sensación de que iba a necesitarla. Miró a su asistente. Sin duda, podría simular amarlo durante aquellos siete días.

—¿Por qué no salimos al patio? —sugirió Barbara al grupo, abriendo las puertas corredizas que daban al florido patio.

Mientras salían, la segregación por sexos terminó. Fuera hacia una temperatura muy agradable, la conversación fue sencilla e intrascendente, centrada en el tiempo y las costumbres de la vida en el rancho. Poco a poco, Harry sintió que empezaba a relajarse. Y mientras se relajaba se hizo consciente de sensaciones que no había notado antes.

Su pierna estaba apoyada contra la de Louis, podía sentir el calor que el cuerpo del castaño irradiaba  a través de los vaqueros, mientras su fresco y delicado perfume parecía envolverlo.

—¿Que tal estas? —preguntó, en voz lo suficientemente baja como para que nadie pudiera oírlos.

—Bien—contestó Louis, inclinándose un poco hacia el—Estoy asombrado con mi capacidad para mentir. Nunca hubiera imaginado que podía hacerlo tan bien.

—Si, voy a tener que vigilarte más de cerca cuando volvamos a la oficina—bromeó Harry.

—Ya basta de secretos al oído, tortolitos—dijo Brody, interrumpiendo su conversación—Seguro que todos se están preguntando que va a suceder exactamente esta semana— pasó un brazo por los hombros de su mujer—Supongo que este es un buen momento para que Bárbara les haga saber que van a hacer.

—En primer lugar, les prometo que va a ser una experiencia maravillosa, este programa está diseñado para que profundicéis vuetra relación y se logre que sea más feliz y completa—Bárbara sonrió a las parejas— Se que puede parecerle un poco inquietante, pero les prometo que cuando acabe la semana serán personas diferentes... mejores maridos y esposas.

Harry sintió una punzada en su estómago a causa de la ansiedad. El no quería convertirse en una persona diferente. Estaba satisfecho con cómo era en aquellos momentos. Y eso era precisamente lo que no le gustaba del matrimonio... Las mujeres esperaban que sus maridos cambiaran.

—Empezamos a las nueve de la mañana—continuó Bárbara—Trabajaremos en grupo hasta las doce, después de comer trabajaré por separado con cada pareja durante una hora—Harry le sonrió a Louis—Y ese será el programa diario durante la semana—miró a su alrededor y añadió—¿Alguna duda?

—Más o menos un millón—contestó Stan—Pero supongo que si espero a la mañana, quedarán contestadas.

Harry quería preguntar si podía echarse atrás, si era demasiado tarde para volver a casa. Louis rió. Bárbara se levantó.

—Ahora voy a retirarme, siéntanse como en su casa, siéntanse libres para hacer lo que queraís. Nos vemos en la mañana.

—El desayuno es a las siete y media—añadió Brody levantándose—Buenas noches—un largo silencio siguió la marcha de la pareja.

—No se vosotros—dijo Stan finalmente—Pero yo estoy aterrorizado—su esposa rió—Supongo que si mañana vamos a tener un día tan ajetreado, será mejor que nos retiremos—su esposa Eddy, se levantó junto con él.

—Creo que nosotros también vamos a retirarnos—Trent tocó el hombro de su mujer y ambos se levantaron.

—Buenas noches—Louis saludo amable, observando a las parejas alejarse—Aún no me siento cansado.

Harry creyó persibir en su voz un toque de ansiedad. Supuso que se debía a que se acercaba el momento de compartir el dormitorio.  No sabía cómo aplacar la inquietud. Sin duda, Louis ya debía suponer que no iba a intentar nada, pero la idea de pasar la noche en la misma habitación con el debía de ponerlo nervioso.

—Por mucho que lo retrasemos, acabaremos por tener que subir al dormitorio—dijo con suavidad.

—Lo sé— replicó Louis, ligeramente a la defensiva—Solo he comentado que no me sentía cansado.

—Me ha parecido que te has puesto nervioso. Comprendo que tiene que ser una situación un poco incomoda para ti, por que puede que no hayas pasado nunca la noche con un hombre.

A pesar de la oscuridad, Harry vio que Louis se ruborizaba. Pero cuando lo miró no lo hizo avergonzado, sino enfadado.

—¿Y que te hace pensar que nunca he pasado la noche con un hombre? ¿Que te hace pensar que nunca he tenido un amante... O docenas de ellos?—preguntó con un toque de arrogancia que Harry encontró bastante atractivo.

—Yo había supuesto...

—¿Habías supuesto que por qué no soy una extravagante rubia, con senos grandes, nadie se podría fijar en mi? —interrumpió Louis.

—No... No es eso—dijo Harry sorprendido por su repentina furia—No tiene nada que ver con tu aspecto—trato de buscar las palabras adecuadas para explicar sus pensamientos—Yo... Te veo rodeado de inocencia, he asumido que probablemente carencias de experiencia.

—Es más inteligente, preguntar que asumir—Louis rió rápidamente.

Harry dudo por un momento, sabiendo que no debía preguntar, pero fue capaz de contenerse.

—¿Entonces, cuantos amantes has tenido? —Louis lo miró a los ojos.

—Ese no es asunto tuyo Harry Styles—se levantó de su asiento—Y ahora creó que me voy a la cama— sin esperar al rizado, se volvió y entró a la casa.

Harry observó como se alejaba. Sin duda, había logrado contrariarlo. Y el castaño había logrado ponerlo en su sitio, a la vez que había despertado su curiosidad. Tenía la sensación que su asistente ocultaba en su personalidad mucha más cosas de las que se veía a simple vista. Y sospecha que aquella iba a ser una semana para recordar.

Esposo perfecto ➳ larry stylinson TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora