Chapter 11. run away

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Todo fue en retroceso. Los momentos felices, las risas, las caricias traviesas volvieron a ser días tristes, solitarios. Esta vez, estaba consciente de que había hecho mal. Lastimé a dos personas que consideraba importante para mi y me arrepiento, mucho.

Joon no había vuelto a hablar conmigo, ni siquiera a mirarme. Creo que entendió que aunque haya pasado algo entre los dos, mi corazón pertenecía al papá de personita. Quería disculparme con él, pero no encontraba las palabras indicadas. ¿Cómo le digo que no siento nada después de haberlo besado? ¿Cómo le digo que no sucederá nada cuando le di falsas esperanzas?

La paz que había de un momento a otro se esfumó, y todo comenzó a volverse turbio.

Siento que me persiguen, y ya no hay nadie quien pueda cuidarme. Min Ah está muy ocupada con su trabajo y de hecho, no ha dormido en casa desde hace días. He tratado de salir más temprano del restaurante, pero no es que haga mucha diferencia; aún siento los pasos detrás mío.

Las calles del barrio están solitarias y oscuras a altas horas de la noche, lo que lo hace aún más tenebroso. He pensado en llamar a Yoon y decirle, pero dado a la situación en la que estamos ahora no creo que atienda el teléfono.

Tenía un fuerte dolor de cabeza y lo único que necesitaba era llegar y dormirme. Estaba muy cansada, la universidad, el trabajo y todos los demás problemas me consumen por completo.

En toda la noche no pegué ni un sólo ojo. Aparte de la paranoia de que alguien anda merodeando los al rededores de mi casa, mi cabeza aún dolía, mucho, al igual que mis ojos. No he podido dormir y eso agrava el asunto. Llamé a Min Ah, pero no contestó, debe de estar dormida o sumergida en trabajo. También llamé a Yoon, pero tampoco recibí señales.

Suspiré y me recosté de nuevo. Trataba de dormir pero el dolor se hacia cada vez más fuertes, llevaba cinco días así, pero no era tan fuerte como hoy. ¿Debería de ir al hospital? No lo sé, tengo tanto miedo de salir, que lo tengo como última opción.

Sólo me quedaba alguien.

—¿Han?—su voz adormilada me hizo sentir aún peor—¿Qué pasa?

—Hospital—fue lo único que logré decir, no pude ver nada más.

Me cargó entre sus brazos y entró a emergencias corriendo. Una enferma y un doctor nos recibieron, me recostaron en una camilla y comenzaron a hacerme un montón de preguntas. Me dieron calmantes que fueron aliviando el dolor, más no se había ido.

—¿Te sientes mejor?—Seo Joon colocó su mano sobre mi hombro y dio un ligero apretón. Asentí sin abrir mis ojos, la luz me molestaba—¿Es normal que te pongas así?

—No. Son síntomas de mi enfermedad—Confesé—Tengo preeclampsia.

—Nunca me habías dicho nada—Por su tono de voz desanimado fue fácil deducir que le entristeció no saberlo—Pensé que éramos amigos, por lo menos.

—No quería preocuparte con eso, pensaba que no avanzaría tanto—pude abrir los ojos un poco, pero el rostro de mi acompañante parecía totalmente empañado—Por eso me cambiaron de puesto.

—Debiste decirme, pude ayudarte. ¿Qué hay del taller de maternidad? También ayudan ante estas situaciones—Hizo una corta pausa—¿Dónde está Yoon Gi?—Cuestionó con cautela.

—No lo sé, se fue.

Tenía sentimientos combinados, estaba enojada, porque me prometió que estaría para mi siempre y que no me dejaría sola. Y aquí estoy, en la camilla de un hospital con alguien que no es él, y no es que me moleste la compañía de Joon, es todo lo contrario. Sólo que, lo necesitaba a él, a más nadie. A la vez, me sentía ridícula, porque sabía la razón por la que Yoon no estaba aquí y por la que no había contestado; era yo y aún sabiéndolo, me enojo con él y sé que no es lo justo.

Pregnant ↬ [ myg ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora