Mamá (Historia Extra)

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  • Dedicated to Anais Belen Manriquez
                                    

Mamá

-No juegues con el corazón de una madre,  puede ser el arma más letal.

            Aquella mañana me levanté como cualquier otro día, fue la misma mañana rutinaria: me levanté a las seis de la mañana para darles de desayunar a la familia, fui despertando a uno por uno, pero... el reloj no marcaba más de las siete cuando…

         Yo era su madre, no sólo de mis hijos sino también de mi esposo y mi suegra, estaba cansada de ellos, siempre eran las mismas burlas y humillaciones, era injusto, no me explicaba qué les había hecho para que me trataran así.

Cuando me casé con él no imagine que también me estaba casando con su madre, no sabía que ella estaba incluida en el paquete. Esa vieja asquerosa, chaparra, gorda y de cabello canoso, siempre llenándole la cabeza a su hijo, siempre diciéndole que no había mujer perfecta para él, que yo no era ni siquiera una mujer hermosa, que debía darse cuenta de los defectos que tenía.

Me casé el 22 de mayo de 1999 con ella, ella escogió mi vestido, era un vestido antiguo, el que usó cuando se casó con el pobre de su marido, lo único diferente eran unos cuantos arreglos. El salón fue de lo más básico y horrible, un día antes de mi boda ella estuvo recordándome todo el día que si yo abandonaba a su marido ella me mataría porque yo no era nadie para causarle un dolor a su hijo.

Siempre me presionó para tener hijos, al paso de tres años logré tener sólo dos hijos, pude haber tenido más sino fuera porque una tarde llegué con una demora de quince minutos, situación que tuvo como consecuencia que me molieran a golpes y patadas, me destrozaron el cuerpo, me dejaron infértil a causa de los fuertes golpes en el vientre. No pude correr, no pude gritar por ayuda, su madre me sostenía mientras él me golpeaba y una vez que caí al piso del dolor tuvieron clemencia, me llevaron al hospital porque no dejaba de sangrar, de camino me amenazaron, debía decir que me habían atropellado y así fue, dije eso pero los doctores no lo creían.

Mis hijos nunca vieron los golpes que me llegaron a dar pero si escuchaban los gritos de esos dos, la perra de mi suegra quería que mis dos niños me trataran igual pero ellos no querían hacerlo, ella se molestaba porque no querían hacerlo. Ella era una maldita ponzoñosa, todo lo que tocaba quería que me destruyera.

Así fueron 8 años a su lado lleno de tanto odio, odio que estaba por explotar. Ellos no creían en mí, ella siempre me dejo en claro que si un día la mataba que la matara primero a ella porque no quería ver a su hijo morir, pero al final sólo se burlaba porque sabía que yo no la mataría a ella.

Deje de trabajar desde aquella golpiza porque ellos me amenazaron con volverlo hacer si volvía a llegar tarde, pero ella no trabajaba ¿Por qué no ayudaba en algo? Era una marrana en un palacio, quería salir de este lugar pero no podía salir a ningún lado si no era para ir a dejar a mis hijos a la escuela o ir de compras pero a lado de mi suegra para que supervisara los gastos.

Aquella mañana mi hijo mayor no tuvo clases así que sólo deje a la niña menor a la escuela, él había decidió quedarse con su abuela para mí no hubo ningún problema, aquel día llegue más temprano de lo pensado, ahí estaba ella en la sala con su nieto, decidí entrar lentamente para escuchar lo que hablaban, ella le pedía que me tratara mal o lo molería a golpes, él se negaba de todo hasta que ella le dio una cachetada, en mi se encendió un odio inmenso lleno de saciedad de sangre y venganza. Así que decidí fingir que no había escuchado nada.

Aquella mañana me levante como cualquier otro día, fue la misma mañana rutinaria: me levante desde las 6 de la mañana para darles de desayunar a la familia, levante a uno por uno pero vaya sorpresa. No pasaron de las 7 am cuando mi hermosa suegra y mi hermoso marido ya solo quedaran en la cocina comiendo, siempre duraban hasta las 8:00 desayunando así que solo fui a dejar a mis hijos y en 15 minutos llegue.

Salude a mi familia, y les pregunte si querían más café, ellos aceptaron y sus burlas empezaron, sus últimas burlas. Mi esposo siempre se sentaba dándole la espalda a la puerta de la cocina y mi suegra delante de él. Me dirigí a la cocina y agarre la cafetera y algo más, me dirigí al comedor. Cuando por accidente se me cayó el café sobre mi esposo. Corrí hacia la cocina disculpándome por un limpiador, cuando él se limpiaba, mi suegra me gritaba, y me paré detrás de él y le dije a mi suegra “Adiós” y solté una carcajada. Le voltio el rostro a mi marido de un martillazo en la cabeza, ella gritaba, pero sus gritos alimentaban más mi furia, le di 6 martillazos cuando ella quiso correr la alcance de los cabellos, la lancé contra la mesa y la empecé a golpear contra ella, gritaba pidiendo ayuda pero ahora su hijo no la ayudaría. La tire al piso y la patalee, corrí a la cocina por el cuchillo que deje en la estufa y se lo metí por su perra vagina para que supiera lo que sentí. Agarre de nuevo el martillo y la molí al golpes hasta dejarla irreconocible. Hasta que la policía llego porque los vecinos la llamaron al escuchar los gritos de mi suegra.

Mariposas Del SuicidioWhere stories live. Discover now