Amargados, groseros y raros.

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Orihime Inoue corría por la calle a gran velocidad, ¿la razón? Iba retrasada en tiempo.
La tarde anterior, después de llegar a su casa, llamó al número que aparecía en la tarjeta que el hombre malhumorado le dio.
Le contestó un hombre con voz melódica e irónica. Ella le explicó su situación y él escucho con atención.
—Enhorabuena, Aizen-sama busca a una nueva auxiliar, la anterior se enfermó, pobrecita, preséntate mañana en la dirección de la tarjeta, con tu solicitud elaborada y con muy buena presentación, a Aizen-sama no le gusta la gente fachosa. Y cuidado con los retrasos, es inaceptable, ¡mucha suerte! —Colgó sin dejarla responder.
—¡Maldita sea! ¡¿Por qué soy así?! —Se regañó mientras recordaba las instrucciones del hombre.
Iba a buen tiempo, pero, forzosamente necesitaba tomar el autobús, el problema es que pasaba cada hora y tenía menos de cinco minutos para llegar.
—¡¿Por qué soy así?! —Volvió a regañarse exhausta —¡No! —Chilló al ver el autobús estacionarse en la parada y ella estaba aún muy lejos.
Aumentó su velocidad sintiendo que su pierna izquierda estaba a punto de sufrir un calambre. Dejó caer una lágrima por la desesperación, pero, el destino parecía sonreírle una vez más, ya que la última persona en la fila era un conocido.
—¡Kurosaki-kun! —Gritó llamando la atención del joven. Él le sonrió e intercambio palabras con el chofer, este esperó a que Orihime llegará y pudiera subir.
—Te ves terrible, Inoue-san —Dijo al ver a la chica casi desfallecer.
—Te lo agradezco mucho, Kurosaki-kun, me salvaste la vida —Respondió cuando recuperó el aliento.
—¿A qué se debe tanta prisa?
—He encontrado una oportunidad de conseguir un empleo y no puedo llegar tarde.
—Eso es maravilloso, yo también iré a trabajar.
—Me alegra tanto.
Hablaron por todo el trayecto hacia la siguiente parada, y después cada uno tomó su camino.
Llegó con quince minutos de anticipación, tal vez un poco más, así que aprovechó para arreglarse y quitarse todo el sudor del cuerpo, se había esforzado tanto para conseguir un empleo y no iba a perderlo solo por verse como una vagabunda.
Cuando se terminó de arreglar, compró una botella de agua y se dispuso a esperar afuera del lugar, pues este no había abierto aún.
Cuando faltaba dos minutos, vio llegar a una mujer de pelo verde, y comenzó a levantar las láminas de seguridad, dando comienzo a un nuevo día de labor.
Orihime se levantó y entró a la disquera.
—Mmm, buenos días, soy...
—Límpiate los zapatos en la jerga antes de entrar —Le interrumpió la joven sin ser grosera, más bien le sonreía —A Ulquiorra-sama no le gusta que estropeen su trabajo, y buenos días, tú debes ser Orihime Inoue, Gin-sama me habló de ti ayer en la noche, pero, no pensé que llegarías tan temprano.
—Es que la persona que me habló de este lugar me citó a las 7:00 a.m., y me prohibió los retrasos.
—Debiste encontrarte con Ulquiorra-sama, pobrecita, debió ser horrible, pero, pudo ser peor.
—¿Peor?
—Ulquiorra-sama es de los más blandos, en fin, él se encarga de entrevistar a los candidatos, puede ser muy estricto, pero, Aizen-sama siempre tiene la última palabra, claro, de no ser por él, yo no estaría aquí, así que no te preocupes por Ulquiorra-sama, hará todo lo posible para que te largues llorando, pero, si resistes y le agradas a Aizen-sama, ten por seguro que te quedarás, de lo contrario...
—¿De lo contrario qué? —Preguntó angustiada.
—He visto a muchas personas salir molestas, tristes o llorando sin soportar a Ulquiorra-sama, la mayoría mujeres, pero cuando Aizen-sama dice "no", todos, TODOS salen llorando, incluso los hombres —Orihime sintió que su presión se bajaba y se sentía mareada del susto —Te deseo mucha suerte, Orihime-chan, vete antes de que Ulquiorra-sama te regañe, está en el segundo piso, procura limpiarte los zapatos en cada trapo que veas.
Orihime asintió y se movió como un robot, tenía mucho miedo.
Subió y buscó a ese Ulquiorra, si la joven recepcionista decía la verdad, Ulquiorra era el hombre que vio el día anterior. Cuando lo encontró, él estaba barriendo una oficina.
—Buenos días, soy...
—Llegas con siete minutos de retraso —Le dijo apenas la escuchó y siguió con su trabajo.
—¡No! Yo llegué puntual, la recepcionista me dijo algunas cosas y por eso tarde, pero, juro que llegué puntual.
—La cita era conmigo, no con la recepcionista, para mí, has sido impuntual.
Este hombre era difícil, pero, ella no se dejaría intimidar.
—¿Cómo iba a entrar con usted si el lugar estaba cerrado? —Tenía ganas de agregar un "Dah, idiota" pero, por obvias razones no lo hizo.
—Por la puerta abierta de la lámina, no creo que seas tan estúpida para no haberla notado.
—Eso solo lo hacen los delincuentes.
—Y las personas que buscan empleo. Así que te encontraste con Nelliel, ¿te contó sobre como casi la hago llorar el día que llegó?
—Sí, algo así.
—¿Y también te dijo como es que pudo quedarse?
—Sí.
—Entonces, por esa cara bonita que tienes, está claro que Aizen-sama te contratará, independientemente de lo inútil que puedas ser, tienes suerte, mujer.
—¿Inútil?
—Sí, ¿quieres que te demuestre que tanto lo eres? ¿No? Eso pensé.
—Preferiría hablar con Aizen-sama.
—Él llega a las 8:00, tendrás que esperar. ¿Has traído una solicitud? —Ella asintió —Dámela —Dejo de barrer y tomo la solicitud de Orihime —¿Auxiliar? ¿Cómo lo supiste?
—Ayer alguien me dijo que buscaban una auxiliar, creo que fue Gin-sama, dijo que la anterior se enfermó.
—Menoly no dejó el trabajo porque estuviera enferma, sino porque aquí todos son unos pesados, incluyendo a Aizen-sama, ella no soportó el rimo y decidió irse. Pero ellos no causan tantos problemas, no te harán nada.
—Supondré que me dices esto porque quieres que me vaya.
—Me hiciste escucharte ayer por varios minutos, ¿crees que quiero que te vayas así sin más? Estás equivocada, mujer, vas a hacer valer mi tiempo, eso es seguro.
—Si todos los demás son unos locos, entonces tú también lo eres, incluso más que ellos, es más, tú eres un enfermó, retorcido y malvado ser.
—Y no lo niego, ahora vete antes de que te golpee con la escoba, Aizen-sama vendrá en unos 45 minutos, espera en la recepción, Nelliel se encargará de instruirte ese tiempo.
—¿E-en serio? Pensé que sería mucho más complicado convencerte, es más, ha sido muy fácil... ¿No ibas a hacerme llorar y esas cosas?
Ulquiorra la miró extrañado, ¿o era una mujer muy tonta o muy masoquista? Tal vez la primera opción.
—Te dije que tienes suerte. Aizen-sama tiene planeado abrir las convocatorias para los nuevos candidatos en un par de semanas, pero, si ya estás aquí, no veo necesidad de entrevistarte formalmente, él pensará que serás una buena empleada por tu obstinación. Pero, con gusto puedo hacerte llorar, vamos a mi oficina y te entrevistaré.
Ella no respondió y bajó rápidamente con la recepcionista.
—¿Ya te vas, Orihime-chan? —Preguntó Nelliel preocupada.
—No, me dijo que bajará contigo porque ibas a instruirme.
—Terminaron muy rápido, eso es raro.
—Dijo que por mi "cara bonita" iba a obtener el trabajo, así que no perdería el tiempo conmigo.
—Ya veo, ¿agregó lo de "independientemente Inútil"?
—Si, lo hizo.
—¿O tú eres fuerte, o él está perdiendo el toque?
—Mas bien, ayer me dijo mucho más cosas hirientes.
—Eso lo explica todo.
—Además, me ofreció llevar a cabo la parte difícil, obviamente no acepté.
—Eres muy lista, supongo que le agradaste.
—¡Uy, si! Está claro que me ama. ¿A qué se dedica él exactamente?
—Es el segundo a cargo, sin contar a Gin-sama, que es la mano derecha de Aizen-sama.
—¿El segundo a cargo? ¿Y por qué ha limpiado todo esto?
—Lo hace porque dice que nadie lo hace tan bien como él. Aizen-sama dice que sí él ya no puede seguir con la empresa, Ulquiorra-sama lo hará.
—Yo no creo que tenga aptitudes para dirigir una empresa, ¡ni siquiera es amable!
—Pero es muy bueno dirigiendo.
—No lo alabes.
—No lo hago, es solo que... Cuando lo conozcas sabrás de lo que hablo.
Poco a poco iban llegando trabajadores y cada uno se anotaba en una lista de asistencia.
El primero en llegar fue un hombre peli azul que la miro de pies a cabeza.
—Así que tú eres la nueva princesa: No estás nada mal, empiezas a darme lástima.
—¿Lástima?
—¡Grimmjow! —Gritó Nelliel —Deja en paz a Orihime-chan, ni siquiera ha empezado a trabajar y ya la estás molestando, debería darte vergüenza tratar así a una dama.
—Si, claro, ya veremos qué tan dama puede llegar a ser en un par de semanas aquí.
—Mejor vete antes de que Ulquiorra-sama se enoje contigo.
—No es como que pudiera hacerme algo ese lamebotas —Dijo caminando hacia el segundo piso.
—Que grosero —Dijo Orihime cuando no pudo verlo más.
—¡Pff! Es de los más educados. Si él te ha parecido un demonio, junto a Nnoitra parecerá solo un pequeño diablo.
—No creo que alguien pueda ser peor que Ulquiorra.
—Él te parecerá un ángel cuando conozcas a Nnoitra.
Los siguientes en llegar fueron un hombre canoso, una mujer morena, un hombre moreno con un montón de collares, y por fin, apareció el tal Nnoitra. Para ella, no era una persona rara o malévola, era muy alto, sí, pero nada raro.
—Entonces ella es la nueva mascota de Aizen, me pregunto si me la dejará a mí —Dijo mirándola y lamiendo sus labios con su lengua, una lengua exageradamente larga. Si él se lo propusiera, tal vez podría ganar un récord Guinness.
En ese momento Orihime confirmó que sí era un demonio, ser llamada princesa, no era malo o grosero, es más, podría llegar a ser un cumplido (con buenas intenciones, no como Grimmjow lo había dicho), pero ser llamada mascota, era otro nivel.
Podría soportar la palabra "Inútil" de Ulquiorra, y de cierta forma tenía razón, porque ella no sabía ni siquiera que haría en la empresa, así que Ulquiorra no estaba lejos de tener la razón, pero Nnoitra le había dicho que sería una MASCOTA, ¡vaya patán!
—Disculpa, pero yo no soy ninguna mascota —Respondió de la manera más amable que pudo, tenía que hacerle saber a ese sujeto que se sentía ofendida, pero sin causar una discusión.
—Eso es lo que crees —Le dijo —Pero cuando Aizen te contrate, no serás más que eso, una MAS-CO-TA —Siseó con burla.
—Nnoitra, basta —Le dijo Nelliel con seriedad —Ve a trabajar.
—¿Qué pasa Nelliel? ¿Estás celosa porque ella tomará tu lugar? Pobre de ti, pero, siempre serás mi favorita.
—Nnoitra —Escucharon una voz que Orihime reconocía bien.
—Ulquiorra —Gruñó Nnoitra.
—Faltan cinco minutos para que Aizen-sama llegue y aún no estás en tu oficina, deja de jugar y ve.
—Eres un aguafiestas, solo estaba familiarizándome con la señorita.
—Ni siquiera sabemos si se quedará.
—¡Oh, vamos! ¿No la has visto bien? Es obvio que va a quedarse, a Aizen le "gustan así".
En ese momento, llegaron un pelirrosa y un pelinegro interrumpiendo cualquier comentario que Ulquiorra hubiera hecho.
—Estos idiotas —Susurró Nnoitra caminando por las escaleras, pasando al lado Ulquiorra, lo miró con una sonrisa burlona, mientras que Ulquiorra solo se limitó a mirarlo por el rabillo del ojo sin mover la cabeza.
—¿Ese tonto estaba peleando con Ulquiorra-sama de nuevo? —Preguntó el pelirrosa.
—Sí —Contestó Nelliel recuperando su alegría —Esta vez por Orihime-chan.
—¿Esta niña? Ese pobre diablo, solo lo hace por fastidiar, no te lo tomes personal, querida —Dijo acariciando la cabeza de Orihime como si fuera una niña.
—Gracias —Dijo Orihime apenada, tal vez con él podría llevarse bien, era el único que la trató bien (a excepción de Nelliel) los demás la miraban con indiferencia, incluso la mujer morena.
Casi a las 8:00 llegó un hombre castaño bostezando y con los ojos casi cerrados. Miró a los presentes y levantó la mano en dirección a Ulquiorra.
—No me digas nada —Habló apenas mirándolo —Ya sé que me dirás, pero, me quedé dormido.
—Ni siquiera es la primera vez que lo haces —Respondió Ulquiorra.
Casi al instante llegó un hombre con aires de grandeza, a su lado derecho estaba un hombre de piel pálida y ojos rasgados con una gran sonrisa, a su lado izquierdo un hombre moreno con rastas y lentes oscuros.
Todos, hasta Ulquiorra, hicieron una reverencia ante estos tres hombres, el pelirrosa tomó a Orihime de la cabeza y le hizo hacer una reverencia también, mientras Ulquiorra la miraba con desaprobación.
—Buenos días, mis queridos espadas, veo con alegría que están preparados para un nuevo día de labor.
—Sí, Aizen-sama —Respondieron perfectamente sincronizado, menos Orihime.
«¿Espadas? » Pensó Orihime «Este hombre también debe ser un raro» Se decía mientras lo observaba.
—¿Orihime Inoue? —Preguntó mirándola directamente a la cara.
—S-sí, señor.
—Esta chica llamó ayer —Decía el hombre pálido —Le dije que llegara temprano porque odias los retrasos, pero, jamás imaginé que llegaría antes que nosotros, qué impertinente.
De pronto los tres tipos anteriores ya no estaban, Nelliel solo se concentraba en su trabajo, y Ulquiorra observaba la situación. Tragó duro y aguantó la respiración.
—Yo lo... Siento...
—Yo le pedí que viniera antes que ustedes —Interrumpió Ulquiorra.
—Entiendo, entonces no es su culpa, Gin, ella solo cumplió órdenes, que responsable.
—Tienes razón, le pido una disculpa, señorita Inoue —Dijo haciendo una reverencia ante ella.
—N-no es nada —Contestó inclinándose también.
—Vayamos a mi oficina a que te haga tu debida entrevista, Nell-san encárgate de enviar todas las actividades de este día mi correo.
—A la orden, Aizen-sama, suerte, Orihime-chan.
—Ulquiorra.
—¿Sí, Aizen-sama?
—Acompaña a la señorita mi oficina.
—Como ordene.

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