En algún lugar en el corazón de Francia, un atractivo príncipe de una actitud explosiva, sin corazón y hasta cierto punto completamente desinteresado con su pueblo fue convertido en una bestia por una hermosa y poderosa bruja dejándole en claro que...
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«Hace mucho tiempo en el corazón de Francia... Un apuesto príncipe vivía en su hermoso castillo, que el había llenado de los lujos más hermosos que alguna vez podían existir a la costa de los impuestos del pueblo.»
«Desafortunadamente a pesar de que el podría tener todo lo que deseará, su corazón estaba vacío... Y no podía ser llenado, volviéndolo una persona cruel y arrogante. Cerrándo su corazón y solo juzgando con las apariencias.»
Un joven príncipe rubio cenizo estaba siendo arreglado con ayuda de una mucama de un curioso cabello rosado y ojos dorados; toda la belleza natural del príncipe era ocultado por maquillaje y su cabellera erizada por un peluquín en polvo.
– he terminado, señor Bakugou – retrocedía lentamente la pelirrosada
– ¿Que le pareció el trabajo de Mina?– mencionaba un sirviente pelinegro le acercaba un espejo con un candelabro para poder ver cómo se veía , el príncipe solo sonrió de manera socarrona mientras se levantaba complacido
– nada mal para la ojos de mapache – decía arrogantemente mientras apreciaba un poco más su aspecto
«El príncipe odiaba las fiestas; pero en las pocas veces que hacían una solo traía a las personas más poderosas y físicamente hermosas, para demostrar que el tenía el control de todo como amo y señor que era.»
– amo es hora, todos los invitados ya lo están esperando abajo – aclaro una tercera voz; un hombre alto con lentes y un reloj de bolsillo, el príncipe aún con esa expresión de soberbia asintió suavemente mientras bajaba hacia la fiesta
Mientras el príncipe bajaba hacia su trono; muchas doncellas y Donceles estaban murmurando entre sí, al parecer la fiesta era para conseguir un prometido para el futuro rey ... Y el maestro de ceremonias bostezaba por quinta vez preguntándose como había aceptado tocar esa noche mientras la diva principal se acomodaba junto a la pianista en cabeza. Una pequeña manito jaloneo suavemente el elegante traje del maestro de ceremonias, una niña de cabellos blanquecinos y ojos rojos con una caja de música en las manos
– Eri-chan, sabes que al amo no le agradan los niños en sus fiestas – decía este, notando se a pesar del maquillaje y la peluca de polvo una expresión agotada, mientras la niña solo miraba con tristeza la caja de música – ughh, solo está vez dulzura – acariciaba cariñosamente la cabeza de la niña y le daba cuerda a la caja de música, haciéndola sonreír
– muchas gracias papá... – decía la niña mientras tarareaba alegre la melodía de la caja
– ¡Eri-chan, Aizawa-sensei, el amo viene! – le avisaba la diva principal, Kyoka Yaoyorozu alertando tanto a padre e hija
– ¡Rápido pequeña, debajo del piano! – avisaba la pianista en cabeza, Momo Yaoyorozu y esposa de la diva mientras le daban a la niña un espacio para esconderse aprovechando la falda de Kyoka para que no pudiera ser vista la niña
