PELIGROSA OBSESIÓN [adaptación Supercorp]

CAPITULO 30 "Pizza"

Lena comenzó a reír divertida al igual que Leslie. Dejamos de hablar y nos giramos a verlas. Winn se puso de pie.

—¿Qué sucede? — preguntó mientras se acercaba a ellas. Maggie y yo lo seguimos.

—Me parece chicos que Alex acaba de arruinar nuestra cena — dijo Lena sin

dejar de reír. La miré divertida... se estaba partiendo de la risa.

—¡No es divertido! — se quejó mi prima. Leslie se restregó los ojos, mientras calmada su risa.

—No les hagas caso a estas brujas, linda — la defendió Maggie y se acercó a Alex, quien apoyó su cabeza sobre su hombro cuando ella estiró sus brazos.

—Ayy, me dijo bruja — se quejó Lena.

Me acerqué a ella y la abracé por la espalda, apoyando mi mentón en su hombro. Mi boca quedó cerca de su oído. Ella colocó sus brazos sobre los míos que estaban sobre su vientre.

—Y sí, algo de eso debes ser... porque me tienes hechizada. No puedo dejar de verte, no puedo dejar de pensar en ti, en tus besos, en tu cuerpo — le susurré.

Sonrió levemente y mordió su labio. Giró un poco la cabeza y me miró.

—No puedes con tu genio, ¿verdad? — preguntó.

—Te lo aseguro... apenas se vayan todos, tú no te salvas de mí — besé su mejilla y volví mi vista a los demás, pero sin dejar de abrazar a Lena— Entonces ¿Qué vamos a comer?

—Pidamos unas pizzas — aconsejó Winn.

—Perfecto — aseguré y me alejé de mi ojiverde para ir en busca del número del delivery. Pero detuve mi paso al recordar aquello, me giré a verlos a todos — No podemos.

—¿Por qué? — cuestionó confundida Maggie.

—Lena, no come pizzas.

Ella sonrió y se acercó a mí, para acomodar un poco mi cabello.

—Eres un dulce de leche — aseguró.

—Y tú eres mi envase — murmuré y me incliné para besarla cortamente.

—Pero no se preocupen por mí... pidan la pizza, yo no tengo hambre — les dijo a los chicos.

Ellos volvieron a sus charlas y le lancé a Maggie la tarjeta con el número para que llamara. Volví mi vista a Lena. Me senté en el sillón y le hice un gesto para que se sentara sobre mis piernas.

—Es mentira que no tienes hambre. Hace un rato estabas que matabas por un poco de comida.

—No te preocupes, comeré un poco de fruta.

—No, ¿sabes qué? Vas a comer una porción de pizza o dejo de llamarme Kara 'la sexy' Danvers.

—¿La sexy? — susurró divertida — Más bien "la ninfómana".

—Muy graciosa — bufé — Pero la única calentona aquí eres tú...

—Sí, y me encanta serlo — aceptó en descarado coqueteo.

—No me seduzcas aquí... tenemos invitados, amor. No querrás que haga cosas

inapropiadas delante de ellos ¿o sí?

—No te atreverías — susurró entre divertida y nerviosa.

—¿Quieres averiguarlo? — pregunté.

—No, Kara, ni se te ocurra — se estaba por poner de pie, pero no la dejé. Me miró fijo a los ojos.

—¿A dónde crees que vas?