Capítulo 5

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— bueno, entonces el asunto queda arreglados—comentó una mujer de cabellera castaña mientras sonreía.

— mi hija estará muy feliz con la noticia— asintieron— muchas gracias por elegir a nuestra familia y perdonen las condiciones en que se encuentra nuestro hogar.

— descuide, debe ser temporal— contestó un señor con bigote— de igual manera espero que su hija no le cause deshonra a mi hijo, después de todo, los Northwest no son una familia de honestos.

La reunión había finalizado y una vez que los invitados se fueron quitaron su sonrisa.

— será mejor que le digas la noticia de una vez— hablo Preston frunciendo el ceño.

— tengo una mejor idea, querido. Nosotros mismos iremos por ella y así evitamos que escape.

***

En el reino de abajo.

— ¡Déjeme salir!— gritaba Bill en su forma humana, pues aún no podía volverse a su verdadera apariencia.

Su ojo ya había vuelto a regenerarse y no tenía ninguna herida.

La puerta del lugar donde estaba se abrió dejando ver a un par de Mandatos, gruñó al verlos llegar hasta él.

— ¿Qué esperan para dejarme salir? ¡Malditas escorias!— golpeó el campo de fuerza que le impedía salir.

— cálmese, príncipe— sonríe uno de ellos— vinimos a ver si necesitaba algo.

— los necesito muertos ¿Pueden hacer eso?— comenta con cinismo.

— sentimos no complacerlo con su petición, príncipe— más que lamentarlo podría decirse que disfrutaban verlo encerrado— también vinimos a decirle que tiene una visita, no le podemos negar una visita al hijo de nuestro señor.

Bill se sorprendió por esa información, ambos mandatos salieron y otros pasos apresurados llegaron hasta él.

— Bill— la voz provenía de un pariente que no veía hace mucho, era parecido a Bill excepto por el color.

— ¿Will?— el contrario mostró su ojo sonriente— ¿Cómo supiste que estaba aquí? ¿Por qué viniste?

— ¿Cómo que por qué? Todos en este lugar saben que estás detenido por romper una ley ¿Cómo pudiste hacer eso? ¿Acaso no sabía que había leyes?

— correcto, no sabía que había leyes que me impedían hacer cosas. Soy Bill ¿Recuerdas?— rodó los ojos, el contrario se cruzó de brazos.

— sigues siendo un estúpido— suspiro— papá me contó lo que sucedió, lamento lo de tu humana.

Trago seco y bajo la mirada, el triángulo azul pensó algo más que decir y a continuación volvió a hablar.

— este es un asunto serio, Bill— comenzó— serás sentenciado a muerte y fin de Bill...

— no me importa lo que pase conmigo, yo ya deje de existir, Will.

— no digas tonterías ¿Crees que a ella le hubiese gustado oírte decir esas cosas?— Bill apretó los puños.

— no sabes nada de ella, no tienes el derecho de suponer nada.

— ¿Y tú si? Porque por lo que sé tampoco pudiste saber lo que le pasaba y así dices saber todo del mundo, Billiam— comentó enojado, Bill tomo aire y trato de calmarse.

— lo sé, William, lo sé— camino de un lado a otro nervioso— perdona, está situación me está enojando bastante es que no se que pensar.

— esta bien, pero debes buscar salir de esta, si no lo quieres hacer por ti hazlo por ellos— el rubio no entendía a qué se refería— Bill, tú no serás el único muerto aquí... Mataran a los humanos que se involucraron contigo, también.

— ¿Por qué? Ello no hicieron nada, esto es mi responsabilidad— se alarmó— no puedes permitirlo, Will, debes hacer algo— suplico.

— ¿Y yo que puedo hacer? Solo sabía que el reino de abajo tenía leyes no se si con las dimensiones es igual ¿Cómo puedo ayudarte con esto?— pregunto asumiendo cosas imposibles.

— Seis dedos, si alguien puede encontrar alguna forma de librarme de esta es él. Búscalo y cuéntale lo mismo que me dijiste a mi, Will por favor son lo único que tengo de ella... No puedo dejar que algo malo les pase— en ese momento llego un mandato para llevarse a Will.

— perdone que les interrumpa, mis príncipes, pero lastimosamente ya debe retirarse. El juicio está pronto a comenzar y aún debemos interrogar al joven príncipe.

Se miraron y con un movimiento de cabeza se despidieron ahora que estaba solo volvió a golpear con más fuerza el campo de fuerza y se dejó caer con ambos puños cerrados.

Parece que hubieran sido horas desde que Will se fue pero solo pasaron unos minutos desde su partida y desde su entrada a la habitación de interrogatorios.

Donde los gritos reinaban y no callaban.

*
*
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La sala estaba llena y en medio de todas ellas iría el detenido, frente a este habían dos columnas donde los líderes de ambos reinos dictarían su sentencia.

Cuando se anunció la llegada del prisionero la bulla ceso y las puertas se abrieron dejando ver a un grupo de mandatos trayendo a un Bill desaliñado y con manchas de sangre en sus ropas a pesar de que no tuviese una herida abierta, podía notarse lo salvaje que habían actuado con él.

Se sorprendieron de verlo en una forma humana pero no comenzaron a murmurar nada hasta que los dos representantes de los dos reinos aparecieron y el nombre del sentenciado fue rebelado.

— ¡Billiam Cipher, hijo de nuestro amo y señor del reino de abajo, sera juzgado en este momento!— anunció el vocero de la sala. Los murmullos comenzaron en ese momento y para mala suerte del rubio que podía escuchar todo lo que decían con claridad.

Mas fue su sorpresa cuando levanto la vista y encontró en una de las grandes columnas estaba su padre mirando con indiferencia la situación y en la otra columna el soberano del reino de arriba, en otras palabras, Dios.

—¡Se le acusa de quebrantar la ley mas importante del reino de abajo: "Ningún demonio puede ir contra su naturaleza" Al pedirle al soberano del reino de arriba por la vida de una simple humana!— Bill casi se le abalanza al vocero, si no fuera porque estaba encerrado en una prisión.

— ¡Dilo de nuevo y te arrepentirás!— gruño y sintió una descarga eléctrica por todo su cuerpo.

— ¿Algo que decir antes que sea juzgado?— Bill asintió con una sonrisa cínica.

— si amar es un delito, entonces me declaro culpable ¡Compren oro idiotas, adiós!

Los demonios de la corte se llevaron una mano a la boca sorprendidos y el vocero a continuación volvió a decir.

— ¡El juicio puede comenzar!

La luz eternaWhere stories live. Discover now