Más Tarde, Esa Noche

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— Algo llamado bieleta se rompió, y tienen que conseguirla así que pasaremos aquí la noche. - suspiro sentado en el suelo, recargado en el muro de la habitación de aquel no tan feo motel a las orillas de la carretera.

Resulta que, el maniobrar de la manera en la que lo hizo para salvar sus vidas trajo consigo la mala dicha de dañar su auto, y pasaron cuatro horas más para que pudieran dar con un lugar donde pasar la noche. Gracias a la persona que se encargo de remolcar su auto que les había hecho el favor de llevarlos ahí.
El lugar era decente, sin indicios de que alguien haya hecho algo sucio en la habitación. El hotel contaba con al menos dieciocho habitaciones, la mitad abajo frente a el estacionamiento del lugar y la otra mitad de habitaciones arriba, todas conectadas con un largo corredor con una escalera al final de esté. Frente al lugar, justo cruzando la carretera, una gasolinera con un gran letrero neón y una cafetería. Y a unos cuantos metros más adelante, una tienda express.

— Estoy bien, papá. No te preocupes. - espero a que John respondiera. — ¿Qué como esta Derek? - suspiro — Está... Diferente. Ha cambiado mucho desde la preparatoria.

— ¡Tengo suministros! - grito el moreno, llegando de la tienda express, también levantando las bolsas que traía consigo. — Cerveza, papas fritas, y de proteína, carne seca. - dijo echando un vistazo a la bolsa en su mano. Después volteando a ver a Stiles, el cual señaló su teléfono aún pegado a su oído. — Oh, lo siento.

— Papá, tengo que irme. - aviso — De acuerdo... Yo también te quiero - y colgó.

—¿Cerveza? - pregunto Derek sin esperar respuesta, lanzandola al castaño. — ¿Así que realmente no lo sabías? - pregunto recostado en la cama que pidió. Suerte que la recamara tenía dos de ellas.

— Realmente no. - abrió la lata de cerveza.

— Creía que me habías descubierto hace mucho tiempo.

— ¿Por qué lo dices?

— Me atrapaste mirándote varias veces.

— Porque pensé que me odiabas.- exclamo haciendo que Derek soltara una risita.

—No, para nada. - sacó el aire que no sabía que tenía retenido. — La verdad, te admiraba.

— Lo siento. Ni siquiera sé cómo... ¿Qué?

— Quiero decir, estabas fuera. En Beacon Hills. - dijo viéndolo directamente — Yo, solo estaba... demasiado asustado. Por eso me burlaba de ti, lo sabes, ¿verdad? Porque pensé que si alguien me veía ser amable contigo, entonces... Seria culpable por asociación, y... Si, solo estaba... No estaba preparado para eso. - confeso volviendo a soltar suspiros. - Pero no es excusa. Nunca debí tratarte así. - se notaba en su mirada que estaba tan arrepentido, Stiles seguía tratando de procesar todo. — Lo digo en serio, fui un idiota. - se disculpo mirándolo de nuevo. — Lo siento mucho.

Stiles estaba perplejo. Sinceramente el creía que un viaje con Derek Hale sería como volver a vivir todo lo que vivió con él en la preparatoria. Ahora Derek había cambiado y parecía que de verdad sentía mucho el haberse portado como un cretino con él.

Ya no respondió, simplemente le dirigió una pequeña sonrisa y bebió de la lata de cerveza.

Y así pasaron, las siguientes dos horas hablando de cosas banales, cosas de las que ambos querían hablar y escuchar, no sólo relaciones malas y ex novias locas.

— ¿Y? ¿Qué sigue para ti? Después de graduarte. - sacó un puñado de papas de la bolsa que anteriormente había traído de la tienda express.

The Thing About DerekWhere stories live. Discover now