-No me interesa saberlo. -Respondió.

Que idiota.

Miró a todos lados como asegurándose de que no había nadie y llevó su mano a su bolsillo, sacando una caja de algo. -Vitya me obligó a traerte esto. Se te cayeron. -Miré la cosa, reconociendo mi cajetilla de cigarros.

-¡Que sorpresa! ¿Señor Shvagenbagen, es eso contrabando? ¿Y usted, señorita Rabinovich? ¿En su primera semana aquí? -Sentí palidecer cuando la voz del maestro resonó, la piel de Dee quedó del mismo color de su cabello, aunque intentó controlarse.

-Señor, Belov. Esto no es lo que parece, dentro sólo hay algunas cosas que ella me prestó. Puede verificar, si lo desea. -Intentó controlar la situación con psicología inversa.

-Sí... Verá, ahí guardo algunos ganchos para el cabello. -Solté, sonaba convincente. Dos testimonios iguales pueden funcionar.

El mayor nos miró a ambos por encima de sus viejos lentes y tomó la cajetilla. Mierda, rubio... La psicología inversa falló.

Claramente el maestro notó que no eran ganchos lo que había en la caja, encontró lo esperado, un par de cigarrillos y una perfecta razón para enviarnos a detención, además de un llamado a padres. Era mi perdición, mis padres no sabían acerca de mi pequeño hábito y no tendría una excusa convincente. Lo peor de todo es que tendría que estar en detención con ese loco quien sabe hasta que hora...

-Esto es tu culpa. -Mascullé entrando al salón vacío y sentandome casi del otro extremo del salón. Dee me ignoró como era de esperar y se sentó, apoyandose en el espaldar. Es un idiota.

Me recosté en la mesa y escondí mi cara entre mis brazos, empezando a cerrar los ojos. Al menos podría dormir un poco, si tenía que estar aquí encerrada y soñar con estar fuera de este lugar. Me habían quitado mi guitarra, mi teléfono y literalmente cualquier cosa que pudiera distraerme, diciendo que me las darían de vuelta una vez que mis padres llegarán, así que podría descansar antes de que viniera el acabose de mi vida. Los ojos me pesaban y mi respiración se volvía lenta, mundo de los sueños... Allá voy.

Al menos así lo hubiera sido, muy cerca se oyó una explosión que de inmediato me dejó completamente erguida en mi lugar, miré a Dee por instinto, él ni se inmutó ¿Qué fue eso? Dee se levantó completamente tranquiló y se dirigió a la puerta para salir ¿Qué mierda? Lo seguí, aprovechando el desorden y una vez en el pasillo, dirigí mi mirada hacia el lugar de donde provino el ruido, notando una mancha gigante, brillante y rosada, pintando el lado interior de la puerta del salón contiguo, a lo que parpadee desorientada.

-¿Por qué tardaste tanto? -Oí detrás mío.

-Lo siento, solo seguía el protocolo de paternidad. - Reconocí la voz de Glam y me quedé estática en mi lugar ¿él había causado eso?

-¡Eh, _____! ¡Tengo tus cosas, apurate antes de que vengan! -Volteé notando como Heavy llegaba corriendo con mi guitarra en su mano.

-¡Es delicada, ten cuidado! -Olvidé de inmediato la extraña situación y corrí hacia él, Dee y Glam ya se nos habían adelantado. Noté que Heavy tenía el cabello mutilado. - ¿Qué diablos esta pasando? -Tomé el instrumento y lo llevé a mi espalda. - ¿Y por qué tienes el cabello así? -

-Te lo explico luego, pero apurate. - Soltó con afán, tirando de mi brazo para sacarme de ahí y yo no opuse resistencia.

-Mi padre oyó que Dee se encontraba en detención por razones injustas y tenía que venir a controlar esto. - Señaló su cabello. -Así que solo tomó las acciones necesarias. -Dijo saliendo por la ventana que daba al patio y yo hice lo mismo. -Le pedí que avisara a tus padres que todo era un malentendido. -

I'm not Mad at You (Dee x Tú) [[Metal Family]]Where stories live. Discover now