-No seas idiota, quítale el "creo"- Comento Cuatro mientras observaba la escena con cierta curiosidad. No paso mucho, cuando recibió un codazo de Tres, quien estaba a su lado

-Eres un completo idiota, Cuatro- Gruño el líder de todos mientras que intentaba bajar un poco la tensión del ambiente, pero... Era como si los otros dos números protagonistas estuvieran totalmente solos, pues estaban tan entretenidos en los ojos del contrario, que no lograban escuchar nada de la conversación del resto de presentes

No basto que Ocho digiera alguna palabra para que Cinco estuviera seguro de que ella sentía lo mismo, pues el toque de cabello que la joven le brindo a su cabeza, transmitió absolutamente todo lo que sentían el uno por el otro 

-Cinco, yo...- No puedo terminar de hablar, cuando la campana de Grace hizo estruendo en toda la habitación. Pogo entro al lugar lentamente, mientras observaba como todos se levantaban para ir al comedor, fijo su vista en la niña de mayor cantidad, y su acompañante, y... no pudo dejar de fijarse en la sonrisa que ambos tenían plasmada en la cara 

-Señorita Ocho. Su padre me ha encomendado traerle personalmente la cena hasta aquí. Antes de que alguien mas comente algo, Ocho es la única que tiene ese derecho debido a su... ¿Condición?- La joven recién nombrada suspiro vagamente, tomo las manos de Cinco, y seguido de una sonrisa, beso sus nudillos

-Debes irte- Le anuncio al joven, mientras que todos los presentes abrían sus ojos con miedo. No solo por la tierna acción, si no porque justamente en ese momento, junto a Pogo, hizo aparición Reginald. Cinco, al notar esto, aparto con cierta fuerza sus manos de la joven, y sin despedirse, se encamino a la habitación en donde comería su cena

Ocho suspiro ante la frívola mirada de su padre. Lo odiaba

Quizá fue por el hecho de separarse con tal fuerza de Ocho, que no quería comer, por lo que le ofreció disimuladamente su cena a su hermano mas cercano en la mesa: Dos. Ambos, en un descuido del mayor, intercambiaron sus platos, quedando así, Cinco con un plato totalmente vacío. Dirigió su mano al jugo de fresa, y al probarlo, noto que tenía un sabor extraño, un sabor metálico  

Sin darle muchas vueltas al asunto, continuo tomando de este, a pesar de que la sensación de un sabor tan agrio no desaparecía. Con el tiempo, fue uno de los primeros en volver a la habitación, y cuando ya todos estaban dentro de esta, noto algo extraño. Todos sus hermanos, incluyendolo tenían sueño, todos a diferencia de la octava. 

Se sentó en el suelo tan solo un par de segundos para recuperar energías, y en menos de un minuto, su cuerpo se había desplomado, junto con el de sus hermanos

Ocho, angustiada intento levantarse de la cómoda en la que estaba tendida, pero antes de llegar a donde estaba su séptima hermana, quien era la mas cercana. Inmediatamente, del marco que llevaba a la cocina entraron Grace y Pogo casi corriendo, los cuales la tomaron de los brazos y la empujaron con fuerza a la camilla en donde ella había estado reposando durante esos días. Intento zafarse dando patadas a los dos seres en la habitación, pero era como si nada de lo que hiciera funcionara para mantener su seguridad

Fue cuestión de segundos para que su padre entrase en la habitación, adornado con su tétrica bata de científico, y una jeringa con aguja de casi diez centímetros. Los ojos dilatados de la muchacha comenzaron a moverse por toda la habitación en busca de un arma con la que protegerse

pero... No había nada, nunca había nada cuando lo necesitaba

Las luces comenzaron a parpadear con intensidad con cada paso que daba el adulto hacia ella, casi sincronizado con los destellos de toda la casa. 

I'M FINE   •Number Five•Where stories live. Discover now