"¿Porque continuas viéndome de esa manera?"
En dónde número ocho es tan ingenua, que no se da cuenta del desprecio de su familia
O
En dónde la inocencia de número ocho, logra despertar algo nuevo en número cinco
"¿Porque debería detenerme?"
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Silencio, únicamente se escuchaba el sonido del monitor cardíaco en el que estaba conectada Ocho. Todos los hermanos habían tomado la decisión de quedarse a dormir en la habitación en la que la joven estaba internada
Sorprendentemente, todos estaban descansando... Todos menos Cinco, quien lo único que hacía era mirar el techo. El futón en el que estaba recostado, por mala suerte se encontraba junto al de Cuatro y Seis, quienes eran los que más vueltas daban
Le gustaría admitir que no podía consiliar el sueño por el movimiento de sus dos compañeros, pero sabía perfectamente que no era así... Estaba totalmente preocupado, después de todo, nunca podría olvidar esa escena. Simplemente paso en un día, y el siquiera pudo hacer algo para ayudar a la Octava niña. ¿Cuánto debió de gritar?, ¿Cuánto debió de suplicar?, ¿Que fue exactamente lo que pasó?. A pesar del rostro inexpresivo que tenía en ese momento, no podía evadir el fuerte dolor de cabeza que le dió por tanto pensar
Aparto la sábana con la que se estaba refugiando del frio e inmediatamente se dirigió hacia la camilla en la que estaba descansando aquella muchacha
No sabía exactamente para que se levanto, simplemente quería acercarse, algo así como un instinto que le rogaba estar cerca a su amiga. Se sorprendió cuando el monitor cardíaco comenzó a sonar cada vez más rápido, dando casi tres pitidos por segundo. Entro en pánico, y se dió la vuelta dispuesto a llamar a su padre, a pesar de que estaban por ser las tres de la madrugada
Pero no alcanzo a dar dos pasos, cuando cayó de espalda hacia la camilla debido a que fue agarrado por una mano llena de rasguños. Era Ocho
La joven tenía los ojos abiertos y lo miraba con cierta curiosidad mientras seguía acostada en la camilla, realizaba un gesto con sus labios muy parecido a una sonrisa. Levantó un poco su mirada y luego la redirigió hacia el muchacho, para inmediatamente poner su dedo índice sobre sus labios, en señal de silencio, aún agarrada de la manga de la pijama del joven
Ninguno supo cómo reaccionar ante la situación, lo único que hacían era observarse en silencio, como si se contarán todo lo que había pasado entre sí. La última cifra se sentó sobre el colchón mientras le mantenía la vista a su hermano, completamente asombrada de ver su cabello desordenado
Cinco tomo la iniciativa, y en un movimiento un poco brusco atrapó a Ocho entre sus brazos, sorprendiendola. Ambos se sentían seguros en esa forma, ambos se sentían felices al estar juntos
-¿Cinco?- Murmuró la joven un poco preocupada por la actitud de su contrario, su voz salió en un hilo, más aguda de lo normal
-¿Sabes por qué los fantasmas son simbolizados por una sábana blanca?- Escondido en el hueco del hombro y el cuello de su hermana, pregunto ignorando por completo la cara de curiosidad de su acompañante
