"¿Porque continuas viéndome de esa manera?"
En dónde número ocho es tan ingenua, que no se da cuenta del desprecio de su familia
O
En dónde la inocencia de número ocho, logra despertar algo nuevo en número cinco
"¿Porque debería detenerme?"
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La Octava hija palmeo la habitación de su cuarto con una de sus manos, en un vago intento de encontrar el botón que encendiera la luz. Necesitaba recostarse y pensar por un buen rato; sentirse miserable y maravillosa al mismo tiempo mientras que escondía su rostro sobre la almohada y dejaba que grandes gotas de agua se deslizaran por sus ojos.
Realmente no le había sucedido algo muy malo, simplemente había recibido un comentario malintencionado por parte de su padre, que termino por ser apoyado por el resto de sus hermano, y aunque no quisiera aceptarlo, le había dolido bastante. Quizá comenzó a llorar por la frustración que le causaba el ser parte de esa "absurda" familia, o tambien puede que llore por el simple hecho de no ser como sus hermanos... Aunque puede ser una mezcla entre todas las frustraciones en las que se encontraba
Se dejo caer en su suave cama, sin siquiera preocuparse del cambio de uniforme que debía realizar, solo quería estar ahi, llorar como si enverdad tuviese una buena razon para hacerlo. Tambien deseaba que en cualquier segundo se acercara uno de sus hermanos a su habitación y le dedicaran palabras de aliento
¿Estaba pidiendo mucho?
Pasaron minutos e incluso horas, llego el punto en el que Ocho ya se había cansada de llorar, y lo único que hacia era frotarse con fuerza los ojos, mientras intentaba calmar sus sonoros hipos y jadeos. Miro el botón para apagar la luz y se maldijo mentalmente el haberlo encendido en un inicio, pues en esos momentos no quería siquiera estirarse un poco para desactivarlo, por lo que intento extender una de sus piernas hacia el lugar en donde se encontraba tal objeto, teniendo la intención de apagarlo
Estuvo en esa posición un largo rato hasta que bufo y se canso. Frustrada, se dio media vuelta para observar la pared que estaba junto a su cama mientras un par de lágrimas se volvían a acomular entre sus ojos, producto de la frustración, por lo que solo decidió apagar su mente, esperando que todo se arregle de un momento a otro
Escucho un sonido extraño en su habitacion, pero decidió no abrir sus ojos, despues de todo ya estaba apunto de dormirse y no tenía las fuerzas como para realizar todo ese proceso de nuevo
Su respiración se volvio mas sonora cuando sintió que la luz de su habitación ya no la acompañaba, los párpados ya no brillaban con intensidad, ahora solo era oscuridad. No supo si sentirse alegre o preocupada
Su cuerpo se erizo por completo cuando sintió como el borde contrario de donde se encontraba en su cama, se hundía un poco, para luego, casi que de manera inmediata, tener unos firmes brazos alrededor de su abdomen abrazándola desde su espalda. Podia imaginar quien era, pues reconocía ese aroma en casi cualquier lado, pero... no quería verlo a los ojos, no quería que Cinco la viese de esa manera
-Ocho- La mencionada sonrió levemente ante el tono que había usado su hermano para dirigirse hacia ella, pues casi parecía como si no estuviese seguro de que la contraria estuviera consciente -¿Te encuentras despierta?- Decidió preguntar el chico
-No- Respondió con un tono de burla la Hargreeves usando un tono mucho mas grave de lo normal, lo que hizo que Cinco notara el estado de nuestra protagonista
Cinco junto mucho mas su cuerpo con el de su compañera, teniendo el impúlso inmediato de olfatear el cabello de ella. Sonrió al percibir un aroma de chocolate, como si usará un shampoo para niños pequeños
-Viajemos- Propuso el muchacho con voz firme mientras que miraba la pared que estaba frente a ambos, casi de inmediato, la figura de la niña comenzó a moverse para quedar frente a frente con el chico. Se miraron por un largo tiempo, analizando por completo el rostro que se encontraba frente a cada uno. Se sentia bien estar asi
Ocho observaba cada pequeño rasgo que tenia la cara de su hermano: sus cejas, sus pestañas, sus mejillas... Todo. Penso en varias palabras con las que definir a su acompañante, y no solo fisicamente, si no tambien fijandose en su psicologia. Termino por llegar a una conclusion; Cinco era genial, pero no como cualquier otra cosa que le pareciera interesante, aquel muchacho era diferente, era algo asi como el sabor del cafe caliente cada mañana, era perfecto
Por otro lado, el muchacho admiraba el rostro frente al mismo. Experimento un fuerte golpe de tristeza, como si pudiese proyectar las emociones de su contraria en el mismo. Miraba los rojizos ojos que portaba la niña, y se sentia culpable al ver lagrimas rojas acomuladas en estos. Contemplaba las mejillas sonrosadas de la fémina por tanto llorar, y queria acariciarlas por el resto de la noche. Entonces los busco, busco los labios de Ocho en la profunda oscuridad de la habitacion, y no pudo evitar contagiarse de la sonrisa que le brindaba la joven
-Fuguemonos de este lugar, Ocho- Sonrio al decir esas palabras, orgulloso de lo que tenia en mente para ambos, porque ya no era "Cinco", ahora era "Ocho y Cinco". Se sintio demasiado bien para el adolescente el ver los dientes de la chica en una sonrisa, que aunque no fueran perfectos, eran hermosos y curiosos a sus ojos
-Fuguemonos, Cinco- Reafirmo Ocho mientras que miraba con determinacion a Cinco
Porque ya se habian cansado de ese lugar
Porque ya se habian cansado de ser simples marionetas para salvar al mundo
Porque ya se habian cansado de verse sufrir mutuamente
Por eso se iban a fugar, porque ya no eran unos crios que debian de volverse heroes, en ese preciso momento eran un par de chicos normales que querian tener una vida normal. Juntos
-Escuche el rumor... De que te olvidaras de todo, Ocho-