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Nota:No narra ______.

─ Oh, ¿Te llamas Jotaro Kujo?, ¡Me gusta tu nombre, suena a que eres fuerte!. ─ Comentaba yo, siguiendo al agradable, pero cortante y a veces frío chico que me enseñaba la escuela, a las alturas a las que había entrado a la escuela, se podía decir que eran tardías, pero me dejaron entrar al ver que venía de intercambio. El sujeto, a quien su nombre halague, sólo asiente, sin decirme, parece que quiere que termine el recorrido que debe darme de la escuela, ¡No lo culpo!, esa herida en su pierna no se ve muy bien, debe dolerle caminar y escuchar a un parlanchín como yo hablarle de todo, le debe ser molesto de igual forma. Lo sigo, llegamos a la enfermería, parece que no le molesta que lo acompañe, ¡Que genial, el chico más popular me soporta mi boca de perico!. Me siento a su lado, observo lo que hace la enfermera, y no te voy a mentir, me dio algo verla haciendo aquella cosa bizarra a los tipos que estaba atendiendo; grite como niña, casi que me agarraba a Jotaro del brazo, pero no lo hice, el pelirrojo de la ventana me dio tanto miedo que mejor no me metía.

Y de repente comenzaron a pelear, si es que a eso se le podía llamar. No entendía que pasaba, podía ver aquellos espíritus que luchaban, cosa que se me hacía rara; Jotaro parecía ir ganando, incluso logró dejarlo fuera de combate. Me miró, posiblemente mi semblante sorprendido junto a la manifestación de él al estarme alterando por lo pasado, logró que me dejará acompañarlo, a mi me pareció una genialidad, y sonreí, yendo a su lado, ayudándole con el peli rojo al que cargaba. Se sintió raro, que me dejará ayudarlo, que estuviera cargando a un inconsciente, pero no lo pensé mucho en ese momento, me sentía de lo mejor al estar ayudando a un chico popular ... Era muy inocente en ese entonces, para comprender lo que conllevaría conocerla, y el como mi vida cambiaría para estar solo centrada en ella, mi única mejor amiga en este mundo. De repente, en el camino, nos ataco un stand, no estábamos en posición de atacar y ese idiota aprovecho eso a su favor, creí que íbamos a ser exterminados, pero no, el sonido de sus escopetas impactando contra ese sujeto, su delicada entrada apoyandose en listones, su sonrisa tan calmada, me hizo interesarme a primera vista.

Sus cabellos se movían con el viento, mientras disparaba aquellas balas que producían una energía amarilla, que parecía ser del mismo sol. Ella nos protegía, sin pedirnos nada o en siquiera conocernos; no tardo mucho que ella lo derrotará, usando un arma demasiado grande, que para más adelante, significaría el peor presagio que pude haber visto. Una vez acabo con el sujeto, nos sonrió, y nos pregunto el porque huimos de clases, de forma tan natural; Jotaro le respondió rápido, ella pareció comprender, y decidió hacernos escolta para que llegáramos rápido a la casa de Jotaro. Una vez entramos, ella pareció querer irse, pero la flecha en su pecho no se lo permitió para nada, pues cayo directo en el pavimento. Yo me acerque rápido y la levante, ella respiraba raro, pero en cuanto vi la flecha en el piso ensangrentada, y revise la herida, ella ya comenzo a sanarse, con lo que para entonces no sabía que era el hamon.

─ Estoy bien, tranquilo, sólo fue un descuido mío. ─ Se levanto como si nada, y me sonrió como sólo ella sabía; por esa sonrisa yo estaría dispuesto a sacrificar mi corazón como cordura, tan sólo para salvarla del horrendo destino que le esperaba al final de esta cruzada. Jotaro nos dijo que pasáramos, se sorprendió al ver la sangre en sus ropas, pero ella le explico que ya no había nada de que preocuparse, que uso Hamon para curarse. Se le notaba mal, con fiebre, pero eso no le impidió caminar hacía dentro, se desmayo en la entrada, pero Jotaro le ayudo a que no se cayera, y la cargo como costal de papas adentro, yo los seguí, ya inseguro, porque me dio algo de miedo, pero al final lo hice, y los conocí a todos. A Kakyoin, Avdol, Joseph, Polnareff, Iggy, pero más importante, conocí a ______ ______ Risque, la que se convertiría en mi mejor amiga. Jotaro se hablaba más con Kakyoin que con ella, así como ella y yo nos hablábamos más entre nosotros, pero eso no les fue impedimento a esos dos para enamorarse en ese plazo de tiempo, se quedaron en un "deberíamos conocernos mejor antes de salir", cuando ocurrió el peor evento en el que pude haber pensado, el más cruel, fue una matanza a mis ojos.