54

543 30 3
                                    

     Sentí luz pasando por mis parpados, haciendo que los abriera de manera lenta para dejar que la luz se adentrara a mis pupilas. Al poder adaptarme, logre poder admirar la habitación en la que estaba. El poder ver los colores neutros que me rodeaban y el poder sentir las sabanas tan suaves y blancas sobre mi persona, una extraña paz se hizo notar dentro de mi. Frente a mi, había una gran ventana que cruzaba a lo largo de la habitación, y gracias a que estaban abiertas, el viento movía de una manera armoniosa las cortinas, haciéndolas ver tan ligeras que mi paz incrementaba.

     Estire mi cuerpo a la vez que en mi rostro se formaba una sonrisa, y con mi cuerpo completamente relajado, di media vuelta para poder quedar de espaldas a la ventana que estaba en ese momento frente a mi, y al momento en que mi cabeza volvió a tocar la almohada cuando mi cuerpo ya estaba completamente girado, mi sonrisa incremento al ver esos ojos azules que tanto quería mirándome de manera fija.

     Sin pensarlo, casi de manera automática, mis delgados dedos comenzaron a acariciar su rostro se manera lenta, sintiendo su rostro firme y algo áspero por culpa de la barba de tres días que se hacía notar sobre su rostro. Su rostro tan inexpresivo, y su mirada tan penetrante me hacía sentir la adrenalina que ni siquiera el mejor drogadicto lograba obtener con su mejor droga, y eso es lo que él era para mi... droga.

     Poco a poco, mis dedos recorrieron su rostro hasta bajar por su cuello, y recorrer su fuerte brazo desnudo. Sentir su cuerpo después de tanto, hacía que mi rostro no dejara de tener la sonrisa estúpida que el siempre me ocasionaba, y gracias a ese efecto, poco a poco las palabras se formaron en mi boca y salieron sin pensarlo.

     - Te amo - 

     Al decirlas, sus ojos ya no solamente eran penetrantes, mas bien de cierta manera, eran intimidantes. Su ceño se frunció, sus ojos se oscurecieron de la peor manera y su rostro se torno frígido.

     Sin pensarlo dos veces, me senté sobre la cama y mi cuerpo se guio hacía atrás de manera automática, como si se estuviera auto protegiendo de algún tipo de ataque. La luz y paz que sentía, despareció de mi persona, y justo como mi interior, el exterior se torno nublado y el aire era intenso.

     - ¿Me amas? - La voz de Nate4 inundo el cuarto con un tono agresivo, molesto - Eres una ilusa, una niña. ¿Por qué no lo entiendes? - ahora se burlaba frente a mis ojos que ya estaban comenzando a prepararse para llorar.

     - Nate, basta por fa... - 

     - ¡Vete de aquí! - su cuerpo ya estaba fuera de la cama, mirándome con asco.

     Trate de gritar, trate de moverme, pero mi cuerpo y mi voz ya no estaba en  mi, no paraba de dar vueltas todo y la ventana comenzaba a ser golpeada de manera intensa por el aire que llegaba tan precipitado. Todo giraba, todo daba vueltas, solo veía el cuerpo de Nate acercarse a mi con odio, mientras sentía miedo, dolor y ninguna fuerza alguna como para poder hacer o decir algo. Era un objeto en una habitación...

     Sin pensarlo, sin analizar , sin siquiera sentir en lo más mínimo, mis ojos se abrieron a la luz tenue que entra por mi ventana en las mañanas.

      Levante mi mano para pasarla por mi mejilla que tenía una pequeña lagrima derramada. Fue un sueño que se sintió más real de lo que en mi vida llegue a sentir al estar dormida al grado de hacerme derramar una lagrima de manera inconsciente mientras dormía. Levanté mi espalda del colchón para sentir un poco de aire fresco en mi espalda sudada por el ajetreo que sentía en todo mi cuerpo. Miré a mi al rededor completamente desganada, y baje mi cabeza levemente deseando que en realidad hubiera despertado a un lado de Nate pensando que todo lo que ha pasado era en realidad una pesadilla, pero sabía que no era así.

Mine ~•~ (Phoebe Grey)~•~Onde histórias criam vida. Descubra agora