33 | Algo especial

47 6 9
                                    

— Todo empezó hace dos años, estábamos juntos en clase ese curso y todos nos habíamos sentado como queríamos — sonreí al recordarlo —  La profesora llegó un día, cerca del final del curso, enfadada por qué había recibido multitud de quejas de que hablábamos mucho y no prestábamos atención, así que nos separó a todos y nos puso con quién ella quiso — hizo una pausa — y me sentó contigo, Abby Jonhson. Para ese entonces yo ya me había fijado en tí, siempre intentaba llamar tú atención, pero, tú nunca me mirabas, yo para ti era, un fantasma y pensé que esa podría ser mi oportunidad. Pero no fue así — tragó saliva para continuar y yo seguí escuchándolo con atención — Tú solo me tratabas como un compañero, me ayudabas en clase y me saludabas en los pasillos, nada más. Mis notas ese curso fueron bajando, y tú te enfadabas pensando que yo no estudiaba lo que me explicabas.

— Verdad — solté una pequeña risa y el continuó.

— Pero no era así — negó con la cabeza varias veces y bajo su vista — yo si que estudiaba, y todo lo que entendía era gracias a ti, lástima que no pensarás así, no te culpo — empecé a notar cierta preocupación en sus ojos — Mis notas no eran tu culpa Abby, mi madre murió en un accidente de coche ese año, y mi padre cayó en depresión. Vivía prácticamente sólo, u tuve que aprender a hacerlo, y-y no me quedaba tiempo para estudiar. Aquel momento verte en clase era lo mejor de mis días — vi como una lágrima recorría su mejilla — Estuvimos juntos hasta el resto del curso, y conociste a Ryan. Ese estúpido niño de mamá — noté la furia en su voz al hablar de él — Desde entonces sabía que mis posibilidades contigo eran nulas, y lo acepté. Fue a partir de ahí cuando todo empezó, Nash me ayudó mucho y me metió en su juego con las chicas —hizo una pausa y volvió a negar — Al principio pensé que sería divertido, así no sufriría más por amor, y podría llenar el vacío que tú me dejaste. Pero entendí que nadie podía reemplazarte — dijo soltando una risa sarcástica— sin embargo, todo cambio al empezar este curso. Me di cuenta de que eso no me llenaba, solo me hacía un capullo e intenté seguir con mi vida normal, o todo lo normal que se podía — volvió a dejar de hablar — Pero ahí estabas tú, haciendo que mi vida se pudiera patas arriba con una sonrisa. Puede que me olvidara de todo lo que sentía por ti, pero eso no quería decir que los sentimientos hubieran desaparecido.

Mis ojos estaban estaban cristalizados y mi corazón totalmente encogido, sabía que si intentaba decir algo mis palabras no se coordinarian, así que lo abracé, lo abracé como si se me fuera la vida en ello. Él hundió su cabeza en mi hombro, y al segundo lo noté mojado por sus lágrimas.

Nos separamos después de unos minutos y sequé algunas de sus lágrima  que se encontraban alrededor de su cara.

— Tengo que seguir — respiró hondo —   Mi padre después de unos años no podía estar sólo en casa, y yo no me podía hacer cargo de él, asi que el padre de Nash, que es el hermano del mío, lo mandó a una residencia, y yo me quedé a vivir con mi tía por parte de madre. Ella siempre está fuera por trabajo, pácticamente vivo con su mayordomo. Tu padre lo sabía, y por eso pase las navidades con ustedes — explicó — y con eso fue con lo que me amenazó Nash para separarme de ti, por eso me viste aquel día en la cafetería, necesitaba el dinero para pagarle la residencia a mi padre — terminó y lo atraje hacia mí. No había tenido para nada una vida fácil y me jodía no haberme dado cuenta antes para ayudarlo.

— Tengo aquí tu regalo — dijo después de varios minutos — me lo acercó y yo lo miré con la sonrisa más sincera.

— Sabes que no hacía falta — dije y miré la caja, la abrí y vi una cadena de plata con un pequeño corazón — es precioso.

— Era de mi madre — añadió — se lo regaló mi padre por su aniversario en el lugar que se conocieron — me miró y sonrió — la bolera.

— B-blake yo, no puedo — negué con la cabeza.

Abby ®️Where stories live. Discover now