Capítulo 40.

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La entrevista ha pasado normal, al menos este imbécil no ha sido imprudente pero sí algo condescendiente, la verdad he estado a punto de golpearlo en varias ocasiones pero debo mantenerme en mis cabales, hoy no es día de golpear estúpidos.

Me ha preguntado acerca de cómo "salí de la nada" y de cómo mi carrera a crecido tan rápido, cosa que ni yo comprendo; ha preguntado sobre la relación que tengo con Zamar, haciéndome explicar que es mi mejor amigo desde que tengo memoria.

Resulta que no sabía que habían rumores de que iba a aparecer en una película, lo cual negué rotundamente, no he tenido información sobre eso.

En este punto parece que su sonrisa se alarga y eso me hace nerviar como la mierda; conociendo a este imbécil, está a punto de preguntar estupideces sobre las tonterías que dicen en internet sobre mi sexualidad; al parecer, como no he sido visto con ninguna mujer, piensan que soy gay.

Que se suban la falda frente a mí, a ver si es cierto.

- De acuerdo, Espectro, todo parece ir de maravilla en tu vida laboral pero... Háblanos de tu vida amorosa. ¿Hay alguna sexy chica dentro de esos pantalones y de ese corazón?- Giré los ojos sin poder evitarlo.

- En este momento no.- Dije sin más.

- Bien, pero antes había alguien importante para ti, ¿O no?- Preguntó con sorna, lo que me hizo fruncir el ceño.

- Pues si, pero fue hace mucho.- Contesté mirándolo fijamente.

- Claro, hace mucho. ¿Hace cinco años?- Entrecerré los ojos en su dirección.- ¿Casi seis?

- ¿De qué mierda estás hablando?

- Hace casi seis años tuviste una novia ¿Qué tal si nos hablas de ella?

Enarqué una ceja y me giré hacia donde estaba Wick, quién asintió con seriedad, él tampoco sabía qué mierda estaba haciendo el imbécil de McArthee.

- Pues era la amiga de mi hermana, la conocía desde pequeño pero nunca la vi de esa forma hasta muchos años después.- Contesté con seriedad. Estamos en vivo, si la cago estoy muerto.

- ¿Ah si? ¿Y cómo era ella?- Su extraña sonrisa se ampliaba aún más, algo estaba haciendo.

- Pues.- Carraspeo con incomodidad y me enderezo en la silla.- Era amable y cariñosa, demasiado dulce para toda la mierda que la rodeaba.- Su sonrisa me vino a la mente, aquella sonrisa que cada vez que recordaba me llenaba de calidez el cuerpo.

- ¿Acaso su nombre es... Sara-Lee?- Lo miré de inmediato con el ceño fruncido, si enorme sonrisa cínica me confundió aún más.- Encontramos una foto de ambos en su graduación.

De pronto, en la enorme pantalla a nuestras espaldas, apareció la fotografía de nuestra graduación, con  las togas y abrazados; la manera en la que mi mano tomaba su cintura con firmeza hizo sentir un vacío en esta. Éramos jóvenes, ella lucía radiante como siempre, y mi cuerpo no era tan fornido en ese entonces. Mis puños se apretaron sin poderlo evitar, recordé todo lo que sucedió esa noche.

- Se veían tan enamorados ¿Qué pasó?- Su tono de voz con falsa y sobre-actuada inocencia me estaba llevando al límite, ¿Porqué este hijo de su putísima madre tenía que ser tan molesto?

- Ese no es tu problema.- Contesté tajante y lo miré a los ojos tratando de controlarme.- ¿De dónde mierda sacaste eso?

Ni siquiera yo tenía una copia de esa foto.

- Un anónimo nos brindó esta increíble primicia.- Dijo y de pronto lanzó una risilla burlesca.- Tú, el hombre más imponente que he visto jamás, con la mujer más dulce de la industria del cine y la televisión.

- Antes ninguno de los dos éramos lo que somos ahora.- Contesté seco y miré a Wick, quien me indicó con las dos manos que me relajara y respirara. Solo ahí me di cuenta que mis puños estaban blancos por la presión ejercida.

- Tienes razón, mi querida directora de cámaras es todo un caramelo bañado en miel.- Dijo con una sonrisa y miró a la cabina frente a nosotros, alzó la mano en un saludo y mi ceño se frunció en confusión.

Ella... Está aquí, todo el tiempo ha estado aquí, dentro de esa cabina, me ha estado observando... Necesito verla.

- ¿Sabes qué más tiene nuestra perfecta directora?- Preguntó y me hizo desviar la vista de la cabina, la cual tenía uno de esos malditos vidrios que no permitían ver si interior.- Que está como quiere ¿No es así?

Enarqué una ceja y mi respiración comenzaba a acelerarse, de pronto hace tanto calor en esta mierda.

- Bueno, por lo que veo, siempre lo ha estado.- Dijo y todos comenzaron a reír, aumentando mi ira. ¿Porqué este imbécil estaba exponiéndome de tal manera?- Siempre me pregunté porque no aceptaba estar entre mis sábanas.- Dijo susurrando para que solo yo lo escuchara.- Supongo que siempre fue por ti.

¿Cómo podía ser tan imprudente y tan poco profesional? Estábamos en medio de un programa, al aire, este hijo de puta piensa que la vida es un juego y yo voy a enseñarle a jugar.

Sin pensarlo me puse de pie, cuando iba a intentar avanzar hacia él una voz me interrumpió... Su voz.

- ¡Caleb, no!- Exclamó ingresando y posicionándose a un costado, de manera que las cámaras no la captaban.

Me quedé observándola con atención y asombro.

Su cuerpo estaba aún más fornido y sexy, su cabello rizado atado en una coleta en su nuca caía hasta llegar a su espalda baja. Su cintura era más pequeña y sus piernas y trasero eran despampanantes. Vestía una camisa blanca y unos jeans negros rotos en ciertas partes del muslo. Me miraba con los ojos abiertos, dejando ver su precioso color miel. Había un aparato negro del tamaño de un celular colgando en su hombro, el cual tomó para avisar que se fueran a comerciales rápidamente. Cuando le avisaron que ya estaban en comerciales ingresó al escenario y se acercó a mí ignorando por completo la mirada del idiota de McArthee.

- No puedes pelear aquí, y menos mientras estamos al aire en televisión internacional.- Me regañó con ese precioso tono que siento que nunca perderá.

Suspiré y la miré con seriedad. Moría de ganas por abrazarla pero la rabia estaba completamente en mi en ese momento.

- No escuchaste lo que dijo sobre ti.- Le dije con voz firme.

- Si lo escuché, tiene un micrófono el cual está conectado a mi pinganillo, puedo escucharlo todo en el set.- Me informó algo agitada apuntando su oreja.

No pude más, el impulso me ganó el cuerpo y la abracé con todas las fuerzas en mí. Sentí como si todos estos años estuve dentro de un río helado y que tenerla entre mis brazos fue estar en aguas termales en algún sitio recóndito del mundo.

- Te he extrañado tanto.- Dije sin vergüenza, las palabras salieron solas de mi boca y es que si no decía algo mis lágrimas iban a hacerlo por mí y no me lo iba a permitir frente al cagapalos desgraciado de John McArthee.

- Y yo a ti, Caleb.- Dijo contra mi pecho, sonreí sin poder evitarlo, mis ojos estaban cerrados pero sentía la mirada del John quemándonos.

¡Ja! El que ríe al último tiene derecho a golpearte en las bolas.

- Directora, estamos por entrar al aire de nuevo.- Asintió contra mi pecho y, aunque no quería soltarla, la dejé irse de regreso a la cabina. Antes de partir a su lugar me dedicó una sonrisa que hizo derretir cada parte de mí y se acercó a McArthee para decirle algo que no alcancé a escuchar. Él solo asintió y regresó a su lugar en el sillón frente a mí.

- No creas que ahora que volviste vas a hacer que mis esfuerzos se vayan a la mierda.- Lo miré con una sonrisa, me sentía en completa paz en este momento, él no iba a arruinármela.

- En realidad, tus esfuerzos no te han llevado a ningún lado nunca. Acéptalo, ella y yo regresaremos y tú seguirás masturbándote cada noche pensando en ella.- Dije con burla y el camarógrafo frente a nosotros comenzó el conteo para regresar al aire.

Su rostro lucía furioso y yo no podía esperar a verla otra vez para poder besarla y abrazarla de nuevo.

Espero ser suficiente para ella esta vez, porque no voy a dejarla ir tan fácil ahora que tengo esta oportunidad.

HUG ME.Where stories live. Discover now