EPILOGO

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3.a.m, ambos estaban sentados en los columpios de la terraza del penthause de la fémina. Tomando una botella de cerveza. Hace varias horas se habían emborrachado tanto que cuando volvieron a verse después de unas semanas, terminaron en el departamento de Dupain.

 —  ¿Cómo es que llegamos a esto? — preguntó Adrien luego de darle  un trago a la botella de cerveza.
— Estábamos muy borrachos. — le respondió Marinette, quien miraba el cielo estrellado que podía apreciarse por la poca iluminación de las calles. — Es increíble, salgo a una discoteca a emborracharme sola y termine acostándome contigo.
—  Si...lo sé. Aunque yo me refería a todo esto. Nos convertimos en un desastre.
  — Tú me convertiste en esto.

Adrien la miró serio.

— Me gustaría que al menos seamos honestos el uno con el otro una vez.
- ¿Así? - Dupain rió. —  Así que quieres ser honesto... —  Ambos dieron otro trago al mismo tiempo. — El odio es proveniente del amor...amamos tanto que cuando ese persona nos traiciona comenzamos a odiarla.
— ¿Me odias?
— Con toda mi alma.

Un incómodo silencio se hizo presente en la oscura noche.

— Supongo que tu me odias también.
— Si, te odio como nunca pensé que iba a odiar a una persona. — Agreste sonrió. — ¿Qué nos paso, Marinette?, ¿podrías decírmelo?
— No lo sé.
— ¿Podrías ser honesta?

Hizo a un lado la botella vacía para luego abrir otra y darle un gran trago. Él bufo esperando una respuesta.

— Amamos de la forma equivocada, eso paso. — Hizo una pausa para volver a tomar. — Te ame y supongo que aún te amo. Te ame por años, te ame tanto que olvide amarme a mi misma. Te ame y te entregue todo aunque en el fondo sabía que no me amabas y nunca me habías entregado nada.
— Me amaste...y yo también te ame, aunque no como quisiste, supongo que aún te amo.
— Eso no puedo creerlo, aunque en el fondo lo quiera. El día en el que me dijiste que no me amabas deje de creerte. — Marinette sonrió. — Era tan ingenua. Te entregue todo mi amor y tu lo único que hiciste fue humillarme. Me hiciste mirarme al espejo comparandome con otras personas haciendome sentir insuficiente para ti. Te ame  y justifique cada uno de tus errores. Te ame sabiendo que tu no me amabas y te seguí amando cuando no estabas conmigo por estar con esa perra. Te ame a pesar de que se burlaban de mi, a pesar de que te burlabas de mi. Te ame y nada de eso fue suficiente. —  guardó silencio tratando de buscar las palabras para poder expresar lo que sentía y pensaba. — ¿Quieres que sea honesta?, esta bien. Me heriste demasiado y todo lo que me hiciste pasar jamás lo voy a olvidar, nunca lo olvidé. Me heriste demasiado y por eso te odio.
— Tu también me lastimaste con tus rechazos, con tus mentiras, con tus juegos.
— Lo sé, supongo que estamos a mano.

Adrien dio un suspiro, sintiéndose culpable. Sintiéndose el peor ser humano.

—  Te pague con la misma moneda, supongo.
— Perdóname.. —  Dijo Agreste apoyando su mano en la fría mano de la fémina.
— ¿Cómo sé que estas siendo honesto?
— Porque perdonar es lo único que nos queda,Marinette. Y a veces para ser feliz y avanzar hay que perdonar.
—  Estoy tan cansada... ya no puedo cargar con esto.
—  ¿Y?,¿prefieres perdonar?

Ella asintió.

Brindaron con sus botellas de cerveza y ambos se vieron a los ojos, buscando honestidad en ellos. Sonrieron en aquella  fresca y tranquila madrugada en Nueva York,al darse cuenta de que, de una vez por todas ya no había ninguna máscara entre ellos.

"Quítate la mascara" - Adrinette Where stories live. Discover now