Capitulo once.

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10:30 a.m, el rubio se despertó por los rayos del sol que pegaban en sus parpados. Marinette dormía plácidamente sobre su pecho, ambos con sus cuerpos desnudos, cubiertos por las frazadas, sintiendo la calidez de sus cuerpos.

Sonreía mientras acariciaba sus suaves cabellos azabaches, no tenia ninguna duda, estaba perdidamente enamorado de Marinette Dupain Cheng. Aquella mujer lo había cautivado en todos los sentidos y estaba dispuesto a comenzar de 0 con ella y suspender su boda, ¿boda?

— Mierda, la boda es hoy. — dijo en voz baja y con cuidado salió de la cama para no despertar a su amada.

Se cambió rápido, prendió su celular y vio la hora. Quería que la tierra lo tragara en ese mismo momento, ¡era demasiado tarde!

Bajó hasta el living del departamento y llamó a Kagami, pero esta no respondía. Entró a su sección de noticias y un video de Kagami vestida de novia, yéndose corriendo estaba por todos lados, ¿qué había hecho?

— ¡¿Adrien?! — Gritó Marinette desde su cuarto.

— ¡Ya voy, My lady! — le gritó mientras iba hasta el cuarto de la fémina. La vio sentada mirándolo con tristeza.

— ¿Te vas con ella?

— No, me quede dormido y... no quiero estar con ella, quiero estar contigo. — respondio. — Te amo, solo esperame, ¿nos vemos en el bar de siempre?, necesito hablar con ella para aclarar las cosas.

— Claro, gatito. Ve. — Le sonrió y entonces este se fue corriendo.

Sonrió con malicia, ya había logrado su cometido, sin importarle los verdaderos sentimientos que tenia hacia él. Sentía amor, pero el odio sobrepasaba ese sentimiento mil veces más.

Se levantó de la cama y se pegó una ducha como lo hacia habitualmente, se arregló y bajó a la cocina para hacerse un café. Prendió la televisión, la mayoría de los canales estaban hablando de la dramática situación que ella misma creo, Kagami Tsurugi saliendo corriendo del salón completamente humillada.

Se reía a carcajadas, sin parar y estas aumentaban cuando las imágenes volvían a repetirse. A pesar de lo rota que se sentía por dentro, a pesar del amor que sentía por Adrien Agreste, disfrutaba tanto ver como el mundo de los demás se derrumbaba, quizás eso la consolaba de alguna forma, ya que el suyo se derrumbó hace tanto tiempo.

Después de todo, aquella mascara tan ruin la hacia ver como una persona perdecta, ¿quién podría ver lo que realmente era?

* * *

Entró devastada a su departamento, completamente decepcionada de la persona con la que pensaba pasar el resto de su vida. Al abrir la puerta se encontró con su madre sentada en el sofá, con su expresión tan seria, ¿como había llegado tan rápido?

— Decepcionaste a todos, por ese hombre tan inútil. Siempre te lo he dicho, Kagami, esto era solo una tontería. Una distracción.

Tsurugi ignoró las palabras de su madre y fue a cambiarse de ropa, dejó el vestido en el suelo y se puso su típica ropa deportiva. Tomó dos maletas, un bolso y entonces, comenzó a poner toda su ropa y pertenencias allí, no quería volver a ver a Adrien  nunca mas en su vida.

Una vez lista, tomó sus tarjetas de crédito y bajó por las escaleras hasta donde estaba su madre.

–- ¿Te vas? Me parece una buena decisión, así podrás concentrarte en el esgrima otra vez.

–- Ya no habrá mas esgrima. -

Su madre se levantó y se acerco rápidamente a ella, apoyandose con su baston.
— ¿Qué? — cuestionó sin poder creer lo que estaba oyendo.
— Si, si. Me cansé de toda esta mierda.

— ¡¿Qué estas diciendo?!

— Esta vez no vas a manipularme, Madre. Se acabo, no quiero volver a tocar una espada en mi vida.

— ¡¿Cómo puedes decirme algo como eso?! ¡es tu sueño!

— No es mi sueño, es el tuyo. Siempre fue tuyo. — respondió. –- ¿Acaso no te das cuenta lo mal que me haces?, me canse. –- caminó hasta la puerta.

–- ¡Si sales por esa puerta te aseguro que no volverás a verme nunca mas en tu vida! ¡¿me oíste?! ¡estarás muerta para mi!

Miro por encima de su hombro, bajó la cabeza y lo pensó por un segundo. Siguió avanzando y giro el picaporte.

— Es una pena que no puedas entenderlo, Madre. Creo que soy la única que esta destruida por dentro, ¿verdad?. — Se marchó del departamento y cerró la puerta con fuerza.

Bajo por el ascensor, se hospedaria en un hotel hasta que pudiera sacar el primer vuelo a Japón, quería alejarse de aquella ciudad donde la hicieron pedazos.
Al salir, paró un taxi, el hombre se bajo para ayudarla a dejar sus maletas en el baúl.

Iba a entrar en el auto, pero de repente:

— ¡Kagami!— escuchó que la llamo una voz masculina, volteo su cabeza y miró con desprecio a Adrien Agreste. — Espera. — le dijo tratando de recuperar el aliento.

— ¿Qué quieres? — le preguntó con frialdad.

— Hablemos por favor, al menos cinco minutos.

— Espere un momento. — le dijo al chófer del taxi y entonces dirigió su mirada al rubio. — ¿por qué Adrien?, dime el por qué.

— Perdoname por favor, nunca quise que las cosas acabaran así. Escucha... hace tiempo que yo estoy enamorado de alguien mas.

— ¿Marinette?

Él la miro atónito. Kagami soltó una risa sarcástica.

— Supongo que lo supe desde el principio.  Siempre sentí que no me amabas, pero yo...aún así...

— Kagami...

— ¡Siempre Marinette, desde que esa mujer volvió a nuestras vidas lo único que hizo fue arruinar las cosas!— gritó furiosa.

— Marinette no tiene la culpa.

— ¿No?, ¿como puedes ser tan ingenuo Adrien? ¡date cuenta, Marinette no es lo que crees!

— ¡No hables así de ella!.

— Luego de mi competencia, Marinette se quedó y vino a devolverme una espada, como si estuviera jugando conmigo. La ataque, pero ella se defendió, me acorraló y con una mirada tan cínica y me dijo unas palabras.

–- Seguro fue porque la atacaste, ella no seria capaz de hacer algo así.

–- ¿No? –- comenzó a reír. –- solo quería destruir nuestra relación y lo logró. Ahora que lo logró, querrá alejarse de ti.

— Eso no es así...

— Ya basta. Ya tuve suficiente, ¿por qué no me lo dijiste?, te amaba y aún lo hago, pero... lo destrozaste todo, no fue solo Marinette, tú también formaste parte de esta gran mentira.. Te amaba con locura, pero me equivoque, no eres mas que una vil mascara.

— Exacto, te enamoraste de alguien que no existe.

— ¿Y Marinette?, o mejor dicho ¿y tú?, te enamoraste de una mujer tan falsa. — se dirigió a la entrada del taxi. — no vuelvas a buscarme, cuando te des cuenta de ello.

"Quítate la mascara" - Adrinette Where stories live. Discover now