11.- "Mensaje"

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Ayden Silverman

Con toda la tristeza de mi corazón, con el alma en las manos y mis sentimientos a flor de piel, me veía en la obligación de aceptar lo que estaba ocurriendo...
Hoy es el último día de vacaciones.

Pese a decir que mis vacaciones fueron divertidas, había muchas cosas que no cumplieron mis expectativas.

Tenía que darme cuenta que una de mis grandes expectativas desde el primer día de vacaciones, era que ese jardinero que ví entrar a la casa y yo; viviríamos un lindo romance de verano.
Cosa que no sucedió, claramente. Ver demasiadas películas y series me había dado la ilusión de que tal vez en estas vacaciones habría algo interesante entre los dos, algo que me haría ver a Frank como un chico encantador.

Mentiras, basura, esas cosas no pasan en la vida real y yo no conocí su lado gentil y amable del que tanto hablaba Hunter. Solo fue una relación entre trabajador e hijo de contratantes que resultó todo menos bien.

Mis padres regresarían aún no iban a regresar hasta dentro de una semana, me resultaba común y normal que no llamaron mucho, solo eran mensajes de vez en cuando preguntando si todo iba en orden.

Estaba entre triste y aliviado. Sabía que me liberaría por fin de Frank.
Ya no habría jardinero que dijera cosas hirientes, pero tampoco habría la oportunidad de tener una buena charla que pudiera lograr que nos conociéramos lo suficiente para llevarnos bien.

Kiwi y Pinky vinieron por última vez el día de ayer. Y sentía que los iba a extrañar, solo ellos escuchaban mis sollozos cuando se trataba de ver algo en la televisión, y aunque sabía que siempre discutí con ellos sobre quién se iba a llevar la ventaja con Walker, definitivamente ellos ganaron.

Era de mañana aún, mientras analizaba el jarrón que aún no he reconstruido pese a haber comprado el pegamento hace una semana; escuché el timbre de la puerta interior.

Levanté mi vista, no había escuchado a Frank llegar, mucho menos lo escuché abrir la gran reja de la entrada.

Me levanté a abrirle, ahí estaba, siempre tan puntual, una ventaja de la puerta de cristal, era que solo se podía ver con claridad al interior mientras más cerca se esté, por lo que podía ser una ventaja o desventaja dependiendo de la situación.

Lo vi desde lejos, yo me encontraba cerca de la puerta del jardín trasero, antes de acercarme, noté que estaba intentando mirarse por el ligero reflejo de la puerta, y él parecía arreglar su cabello de color negro.

Quería reírme pero, debía mantenerme serio, aún no le perdonaba lo que me dijo en la tienda de materiales, y aunque él no me haya pedido perdón, no lo iba a disculpar o dejarlo pasar, se ve que está muy mal acostumbrado a que la gente lo persiga.

O tal vez le daba igual, pero era molesto, y me daba un mínimo de tranquilidad el haberle dicho lo que le dije, no me arrepentía de nada.

Cambié mi expresión a la más neutral que pude, me acerqué hasta la puerta para abrirla, y como era de esperarse, cuando lo hice no obtuve la dicha de ser ignorado como otros días.

Suspiré sin más, odiaba esto, que él solo quisiera que le dijera algo cuando él era el culpable.

—¿Vas a entrar?

—¿Ni un "buenos días"?

—Es tu último día, no me importa si tu día es bueno.

Me hice a un lado, le permití entrar, pero claro que no iba a faltar su último comentario.

—Amanecimos bravos —siguió su camino.

En cuanto él fue a hacer lo suyo, mis ganas de seguir en mi misión para arreglar el jarrón se fueron, hacer ese tipo de cosas

Sexy Jardinero [Walker #1] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora