gracias por salvarme

Alison- mi dulce pecado

Por lo que veo, estoy sola, y la verdad no me molesta, ya llevo una cantidad de alcohol razonable, sinceramente, quiero volver a mi soledad rutinaria, cada día me siento más sola, pero a la vez aprendo a lidiar y a convivir con ello, el molesto chico de pelo negro ha estado a mi lado toda la noche, está esperando a que está suficientemente ebria como para llevarme a la cama, pero sinceramente es lo último que quiero ahora , es como si tuviera una danza conmigo misma, esta pista me pertenece y eso me encanta, nunca he estado tanto tiempo en una discoteca sin tener que buscar a alguien para que llene mi alma negra, tan solo cierro los ojos y espero a que el destino me lance una señal.... Y claro el destino me odia.

-no te vas a escapar tan fácilmente de mí, pequeña- mierda, aún hay un problema, él está aquí, mi fuerza de voluntad baja de nivel cada vez que me habla, en serio he intentado alejarlo de cualquier manera posible pero el simplemente no se va, es como si yo fuera la línea de meta y el la tortuga contra la liebre de cabellera negra, es rápida, pero se queda dormida tanto tiempo que no aprovecha oportunidades.

Me giro y lo veo, su mirada picara me dice que lo siga mientras se da media vuelta y se abre paso entre la gente, no puedo evitar hacer lo que me dice en silencio, ya no está mi hermano, ni Jess, y sobre todo, ya no estoy en mis cinco sentidos, mi cuerpo se vuelve impulsivo, hago lo que puedo para ver su figura mientras me abro paso en la gigante discoteca, llegando a la salida el me extiende su mano con esa clásica sonrisa maliciosa, es la mano de la serpiente, y yo soy Eva, no la tengo que tomar pero es completamente irresistible, mi mano cae sobre la suya sacándome del salón, no sé qué quiere de mí, pero quiero averiguarlo. Caminamos una cuadra hasta ver su clásico auto descapotable, blanco como las nubes blancas y salvaje como el mismo, vuelve a mirarme con intenciones malignas

-a donde me llevas- no quiero volver a repetir esa frase en mi cabeza, ya que le dije que si me iba a ir con el si siquiera pensarlo 

-¿no quieres averiguarlo?- ladeo mi cabeza mientras el abre la puerta con seguridad, una parte de mi dice que debería dar la vuelta e irme lejos, pero sin previo aviso una parte de mi dice que quiere sentirlo esta noche, así que me monto, con la misma seguridad, el da la vuelta para montarse en la parte del conductor, enciende el auto sin quitarme los ojos de encima y yo solo pienso en que no me lleve a su casa, es el lugar menos conveniente ahora mismo.

El trayecto se define en mí, mirando la ventana mientras siento el viento frió de la madrugada, el poniendo su mano en mi pierna como marcando territorio que sabe que nunca será suyo y sobre todo, en preguntas algo incomodas

-espero que el destino no sea tu casa porque mis defensas no son tan fuertes como para recibir más puñetazos- sonríe un poco, lo cual me enerva pero a la vez me parece hasta un poco sexy

-no te preocupes, yo tampoco quiero, es solo un lugar tranquilo para que podamos... ya sabes, hablar- claro... como si el buscara "hablar "conmigo

-en el fondo no sé por qué quieres "hablar" ahora, ya has hecho demasiadas cagadas de otro nivel como para que ahora quieras "arreglar las cosas"- él sabe lo que significan las comillas, claramente no quiere hablar, ni tampoco dormir, pero yo, esta vez sí quiero, quiero una noche tranquila que espero que el respete

-no uses esas comillas  conmigo, lo de hablar es en serio, claro si después quieres callarme de alguna manera es tu problema- lo sabía...

- si vuelves a hacer un chiste sexual juro que me lanzo- hace como que cierra su boca y tira la llave, si... algunas veces puede ser muy tierno

-está bien, solo... quiero que tengamos un lugar tranquilo ¿sí?- asiento y vuelvo a mirar a la carretera, le echo un vistazo a mis uñas color vino tinto, ya han crecido bastantes, a pesar de que el profesor diga que me quedan mejor cortas, luego observo por donde vamos, ahora estamos en carretera con varios pequeños locales. Cuando menos me lo espero aterrizamos en.... carajo